La historia de Miudev es una historia triste. No parecía un mal tipo, solo un chico tímido con pocos amigos que no encajaba en ningún sitio y encontró en la informática su refugio. Tras una infancia solitaria y llena de carencias, llegar a la universidad y encontrar un grupo de frikis como tú resulta liberador. Quizás fueron sus primeros amigos. Y no olvidemos que ese sentimiento de pertenecer a un grupo da un calor vital que a muchos les cura la existencia en sus momentos de mayor fragilidad. Ese fuego que calentó su pecho por primera vez, iluminó las partes más oscuras de su corazón. Comenzó como una chispa de esperanza, terminó arrasando con todo, dejando solo cenizas en su estela.
Tampoco es una historia tan rara. Seguro que muchos pueden empatizar con él. Típico chico que siente que la vida ha sido injusta con él. Que la vida le debe algo a cambio del sufrimiento. Cuando creció, cayó en la trampa de los libros de Clean Code y las buenas prácticas de programación. Se dejó seducir por las promesas de productividad y eficiencia, creyéndose superior a los demás. El ego de un joven herido, cuyo único contacto humano eran sus compañeros de prácticas, se infló gradualmente de orgullo, aislándolo de la realidad. Y qué peligroso es el orgullo. El orgullo te lleva a creerte superior a los demás, te hace luchar para demostrarlo como si estuvieras en guerra, te arrebata la humildad y finalmente te deja solo, tan solo y triste como está Miudev. No es raro que haya perdido amigos y compañeros debido a su actitud de querer quedar por encima del resto. "Seguramente tengo más años de experiencia que tú de vida", dice en el video. Qué no dirá a sus conocidos, a sus compañeros de trabajo, o incluso a sus espaldas? Si en un video suelta esas faltas de respeto y soberbia, imagínate cómo será esta persona en privado, hablando a las espaldas de los demás. Tejiendo intrigas con la envidia de un niño que anhela el éxito ajeno. "No hay nada que no sepa hacer, soy un ingeniero de verdad, no un vende humos".
Así, el niño ignorado por todos, creció poco a poco a base de mentiras y engaños, convirtiéndose en el supuesto salvador de muchos. En el autoproclamado dios de la programación. El ángel protector de los débiles. "Larga vida a Miudev!" gritan sus acólitos excitados cuando lee su nombre en el chat de Twitch durante su misa. "La espada o la vida!" Debe defender esa imagen que se ha creado ante cualquiera que se le enfrente, con la misma fiereza con la que un rey defendería su trono. Cada día de su vida se ha convertido en un campo de batalla, con su reputación siempre en juego. Su frágil ego tiembla de miedo, pues cada rumor sobre Miudev revela no a un hombre fuerte y seguro, sino a un niño tembloroso y pusilánime, incapaz de madurar y convertirse en el hombre que pretende ser.
Yo creo que Miudev solo necesita un amigo. Un amigo con quien pueda hablar sin máscaras, un confidente con quien pueda sincerarse y llorar. Y aquí estoy yo. Yo puedo ser tu amigo, Miu.
