Creo que ya lo han dicho por arriba, pero hay que saber descansar de un logo (o de cualquier trabajo creativo) para no volverte loco, siempre que el plazo de entrega te lo permita. Yo he llegado a alucinar viendo errores donde no los hay, espacios entre elementos que de repente son más grandes o más pequeños de lo que recordaba, colores que parece que ya no pegan en el diseño (a pesar de que hace una hora los veías perfectos) y cosas así.
Unas horas de margen, o preferiblemente un día, ayudan a ver el trabajo con perspectiva.