Sólo por el número de personas en la Tierra que darían cualquier cosa por tener mi pene, debo apreciar todo lo que tengo.
Los hombres reales como yo con penes XXL, conocen la verdad sobre cómo es vivir con un miembro viril que mide más de 20 centímetros en erección. Y tiene más desventajas de las que pensamos.
No hace demasiado, decidí rodearme de una docena de conocidos y curiosos en la esquina trasera de un bar poco iluminado. Todos los presentes formaron un círculo a mí alrededor para taparme. No era la primera vez que estaba en esta situación y sabía perfectamente cómo proceder. Así que tomé aire, cuidadosamente me desabroche los pantalones y me saqué el pene.
El público estaba entusiasmado por poder echar un vistazo en primera fila a la mayor polla de España. Era un pene legendario en la ciudad del noreste de España y yo me había convertido en casi una celebridad gracias a él. Fui yo el que hizo correr el rumor para que quien quisiera verlo se acercase aquel día al lúgubre local. Entendía la curiosidad de la multitud. Si yo tuviese un amigo con seis o siete dedos en cada mano o con dos cabezas, también me gustaría verlo.
Cuando otros chicos me dicen que desearían tener mi pene, se están visualizando en el terreno sexual como verdaderos machos alfa.
Así es la vida para los chicos con pollas gigantes como yo. Unas veces tienes que quitarte de encima a los fans de tu miembro viril y otras le rompes un quiste ovárico a tu novia durante el coito