En un principio era el verbo, y el verbo era Dios y entonces se reunió un comité de señores —muy serios ellos, todos bien trajeados— para fijar una serie de convenciones y buenas prácticas para la vida en sociedad, a destacar: que nunca ocuparás el unirario más cercano al prójimo siempre que haya otros urinarios libres, y que los números de teléfono se dan en cifras de dos en dos.
El comité:
Me ralla mucho que me pregunten si mi número de teléfono es el seiscientos veintisiete - trescientos dieciocho - novecientos setenta y dos (número al azar). Yo qué coño sé si ese también es mi teléfono. ¿Tan difícil es agrupar las cifras de dos en dos? ¿A vosotros también os pasa? ¿Es que nadie piensa en los niños?
Insultos y derivados a mi tablón de firmas, por favor. Hagamos de éste un thread serio.