Un día nos dedicamos a coleccionar los tapones de las ruedas de los coches de toda nuestra urbanización, luego nos dió cargo de conciencia y los devolvimos uno a uno.
Ibamos al McDonald y nos llevábamos miles de bolsitas de ketchup, nos escondíamos al lado de la carretera y las tirábamos cuando pasaban los coches para que se estrellasen en las lunas, muchas veces nos veían y nos perseguía con el coche incluso cuando corríamos a escondernos dentro de la urbanización.
Había unas obras al lado de nuestra urbanización y un día paseando por ellas vimos que había una apisonadora con las llaves puestas. El plan en principio era "arrancarla a ver como sonaba" pero se nos fue de las manos. La arrancamos y eso empezó a ir para alante, muy despacio, pero no sabíamos como pararla, causa de los nervios alguien gritó: "saltaaaaad!!" y así lo hicimos, como si de un tren en marcha se tratara saltamos mientras veíamos como la máquina seguía su camino sin conductor alguno. Por suerte había una zanja en su camino y se quedó ahí atrancada.
Quitarles el "gorro" a las monjas y salir corriendo. Quien más consiguiera ganaba.
En el recreo, cojer las bolsas de basuras de las papeleras y tirarlas dentro de las clases donde aún se estaba dando clase.