Hola, ¿Qué tal? Soy el chico de las poesías, tu fiel admirador y aunque no me conocías...
Bueno, vamos al lío o no empezamos:
El otro día me disponía a pedir hora en el Hospital Universitario de mi localidad. Al llegar al aparcamiento me fijé que no había sitios disponibles para dejar mi vehículo. Tuve que aparcar de mala manera, al fin y al cabo iba a ser poco tiempo. Me bajo del coche y el aire mañanero golpea mi pecho descubierto por el escote de la camiseta de manga corta que llevaba. Un minuto caminando y me planto en la entrada del Hospital. Miré alrededor y me dirigí a la zona donde se dan las citaciones. Cuando recorro unos 50 metros me fijo bien y veo la sala de espera. Pues empezamos bien... Una ingente cantidad de abuelos y abuelas con sus tickets para pedir hora poblaban la zona. Ante semejante fauna me dirijo raudo y sin miedo hacia delante.
Aclarar que yo venía con un volante del ambulatorio para que me dieran día y hora en el hospital para una pequeña cirujía sin mayor complicación.
Pues el caso es que al llegar y ver que eso parecía una excursión del IMSERSO en Benidorm me acerqué al aparato automático que te da la cita y pulsé el botón correspondiente.
Click.
Sale el papelito, lo cojo y miro el número. 387. Bueno, no está mal. Miro el número de la pantalla digital y me horrorizo. 204.
Alucino en colores, miro con mala cara a todos los supuestos enfermos y me cago mentalmente en sus muertos.
Momento de reflexión. Céntrate PocketAces.
Me acerco a una ventanilla y trato de hacerle una pregunta a la mujer. La vieja de al lado que está siendo atendida me mata con la mirada. Bueno, no sé si primero me desnuda y luego me mata o al revés. Pero se notaba deseo en su mirada. Al darme cuenta que sería imposible preguntar nada, me busco las castañas por otro lado.
Veo una puerta y pone "Citaciones telefónicas". Pienso en algo verde y me excito. Trato de calmarme. Me acerco al picaporte, lo bajo y empujo la puerta. Abro bien los ojos para ver la escena bacanal que se presenta ante mí. Un culo choca contra la puerta que yo empujo y un "Espere fuera un momento por favor". Dudo, pero la cierro y espero.
Pasan 5 minutos y un abuelo obeso se acerca a la puerta. Pienso que trata colarse delante mía y ocupo la entrada de la puerta y la tapono con mi robusta espalda. Me dice si he abierto la puerta y afirmo asintiendo con la cabeza. Y de paso le digo que llevan un buen rato ahí. El hombre sonríe. Supongo que él también se imaginaba una escena lésbica en la que nosotros seríamos las dos únicas espadas que lucharían entre si por ver quién clava su cetro de placer en la almeja más babosa y deliciosa de la sala.
Salen dos personas. Una pareja. Swingers, supongo. Entro y veo una chica, muy standar. Me deprimo. La escena que yo me imaginaba con mujeres desnudas sobre las mesas es una mera ilusión. La hembra, que era un 6 para la gente normal, un 2 para mí, me mira y sonríe. Ya está mojada. Yo lo sé, y ella sabe que lo sé. Se remueve en la silla. ¿Tendrá un consolador pegado a ella? Qué guarrilla...
Carraspea y me dice que le deje el papel. Se lo cedo y aprovecha para tocar mi mano vasodilatada por el Nitrix. Se moja más. Noto como su frente brilla. ¿Ya estaba sudando? Por favor... Está claro que suda desde que entré.
Como puede me pide que le de las pegatinas típicas que necesitas para que te den cita en los hospitales. Me mira el paquete. Le gusta lo que ve. Se le caen las pegatinas sobre la mesa y como puede las coge, despega una y la pone a duras penas sobre el volante del ambulatorio.
Me dice que ya ha terminado. Sonrío y me despido con un "Siempre termináis antes que yo" mientras le guiño un ojo. Ella escapa una risa nerviosa y creo que tiene un orgasmo. Bueno no lo creo, lo sé cuando su mano derecha desaparece bajo su escritorio. Quizá fue a coger el boli que se le había caído, pero estamos hablando del tito PocketAces.
Salgo de la sala y miro orgulloso por mi hazaña al resto de la gente que ha estado haciendo cola durante horas. Me doy cuenta de que me miran con recelo. ¿Tendré la cremallera bajada? Pues no. Entonces lo que miran es mi pecho definido y mis brazos de hierro alejarse de ese criadero de enfermedades degenerativas. Donde habrá 100 ojos y tan solo 4 ó 5 dientes a lo sumo entre todos.
Semanas después, es decir, hoy, me llega una carta del Hospital. Por fin, ya me han dado cita. Cuanto antes mejor. Abro la carta y para mi sorpresa me encuentro una citación para Junio.
WAT
Luego me informo y me doy cuenta de que la gente que hacía cola, le daban cita para mucho antes. Tampoco es una diferencia excesiva, pero joder me han dado para Junio esos hijos de mil padres. La próxima vez me llevo a mi abuela a que haga cola y saque la citación por mí.
¿Por qué me jode? Pues porque en Junio empieza el veranito y hay que hacer un entrenamiento específico de cara a la playa. Y si me hacen la cirujía estare casi un mes sin poder darle duro a los hierros. Así que al enterarme de esto, he cambiado mis vacaciones de verano de la 2ª quincena de Julio para la 2ª de Agosto de cara a poder ir a Ibiza über-rajed.
Así que he escrito esto indignado no, indignadísimo de cómo funciona la SS aquí en España y me gustaría saber qué opináis vosotros al respecto.
Así que eso, comentad qué opináis acerca de cómo funciona la SS en este gran y azul país.
Siempre vuestro,
El tito Pocketaces
