Lo que tenéis es envidia porque él con su divina cabeza, nuevo cisma de la gracia bendita del dios del cielo, es capaz de seducir a miles de millones de clientes que solo quieren que esa ingente frente les dedique un minúsculo porcentaje de la vastidad de su intelecto.
Si Wang-xi hiciera réplicas de su cuerpo abandonaríamos el uso de consoladores, plugs anales y biberones. Todo en su entidad es cabeza, y toda su cabeza es bien.