Pues eso, entro a las 9, salgo a las 7:30 (10 minutos más tarde de lo normal) y llego a Valencia y no encuentro puta zona para dejar el coche a todo lo largo del río.
Me ha tocado dejarlo en un puto sitio recóndito y, encima, le he tenido que pagar a un puto gorrilla, putos coaccionadores.
Empezamos bien la vuelta a la rutina.