Un país que, a lomos de su clasismo inglés, nos ha despreciado durante siglos. Mandaban a sus piratas a saquear nuestros buques, extendieron la leyenda negra, nos arrebataron gibraltar, no perdieron la oportunidad de joder nuestra política exterior en cuanto tuvieron oportunidad, se frotaron las manos cada vez que una guerra civil azotaba a España, y más recientemente, han intentado boicotear el proyecto de la unión europea desde que entraron.
Enemistados por siglos. Multitud de enfrentamientos, ofensas al honor, litros de sangre derramados.
Cientos de miles de valientes españoles que dieron su vida a lo largo de la historia combatiendo a los británicos, en nombre de Dios (católico, como tiene que ser) y de su Rey. Compatriotas que portaron la bandera de su reino con orgullo y no dieron un paso atrás ante el enemigo. Soldados desconocidos cuya individualidad se ha perdido en las profundidades de los tiempos, pero gracias a los cuales España prosperó, extendió su cultura, su rica lengua y mantuvo su poderío aún teniendo al resto de potencias en contra y estando en guerra casi perpetua.
¿Que habéis sentido al ver a nuestros REYES de risas con los británicos y masajeando la espalda de la vieja pérfida esta semana?
Yo vergüeza, frustración y odio al pescado frito. Y ahí siguen los de gibraltar, riéndose de nosotros mientras ponemos el culo.
Qué desgracia de dirigentes.