La next gen de consolas se aproxima y con ello las ganas de la comunidad por conocer sus datos oficiales, tanto de la nueva Xbox como de PlayStation 5.
Según las filtraciones y pequeñas dosis de información tanto de una como de otra, todo apunta a que van a contar con un hardware bastante potente en comparación a con lo que salieron PS4 y Xbox One en su momento.
Pero la potencia bruta siempre tiene un efecto directo, y ese es el precio que costarán ambas consolas. Esta misma semana se ha filtrado que el coste de fabricación de cada PS5 es de 450 dólares, por lo que si Sony quiere sacar rentabilidad en el precio de venta (y no asumir pérdidas en pos de ganar pasta únicamente a través de la venta de software y de los servicios online), podría ponerla a un PVP de, por ejemplo, 500 dólares.
Solo escuchar la palabra 500€ o más como precio de una consola hace sacar el hacha de guerra a la mayor parte de la comunidad, pero si analizamos la situación y el hardware que en principio van a montar, es muy probable que se dé este caso.
Si echamos la vista atrás recordaremos como PS3 costó 500 y 600 euros de salida (dependiendo del modelo de 20 GB y 60GB) hace ya más de 13 años, mientras que Microsoft puso su Xbox 360 a 300 y 400 euros (versión normal o Pro), lo que sorprendió a Microsoft y posteriormente Sony confirmó que fue motivo de peso de lastrar sus ventas iniciales.
El motivo de este debate es ver si nos vamos a fijar únicamente en un número (el de PVP de cada consola) a la hora de valorar su compra inicial (además de otras muchas cosas como juegos y servicios), si vamos a tener en cuenta el hardware que van a tener en su interior a la hora de interpretar ese precio, y ver cual es el precio de salida máximo que la comunidad estaría dispuesta a pagar por ellas a día de hoy.