-La historia es magnífica. No le pondría un solo pero. Me ha enganchado en todo momento y creo que es muy coherente con el mundo y el escenario que plantea.
-Los personajes, tanto Clive como sus compañeros y algún que otro personaje de las misiones secundarias, están muy bien desarrollados. Casi todos tienen sus propios arcos, todos tienen su personalidad perfectamente definida, sus ambiciones, sus miedos, sus virtudes y sus defectos. Cuando ves el cambio en la forma de ser de Clive, lo entiendes por su relación con el resto.
-Como nota muy secundaria, este debe ser el mejor Cid que ha tenido un Final Fantasy.
-Las batallas con los bosses son un auténtico espectáculo. Las acabas y te quedas pensando que lo que acabas de ver y hacer, es una auténtica pasada. Esa es la sensación que debería dejarte cualquier Final Fantasy después de una sesión de juego.
-A pesar de la falta de recompensas, me ha encantado explorar el mundo. La verdad es que le daba muchísimas vueltas a cada mapa y puedo decir que aunque solo fuese por las vistas, o por las pequeñas ruinas que encontrabas aquí y allá, merecía la pena.
-El mundo de este juego es maravilloso. Toda su historia, su mitología, sus estructuras sociales, su política, sus guerras con armas de destrucción masiva incluidas, etc. Cosas tan tontas como ir caminando por al lado de un campo de batalla mientras Titán y Shiva están combatiendo, te dejan con una sonrisilla que no se te va en un buen rato.
-El sistema de combate es muy acertado en mi opinión. Tienes opciones distintas a pesar de la falta de variedad de armas. Puedes utilizar Eikons que te permiten mantener la distancia u otros que te llevan a combatir cara a cara con el enemigo. Puedes utilizar algunos que van cargando para dar un golpe definitivo al final, o usar otros que te incitan a un combate rápido y brutal. Todo esto sin olvidar que incluso el combate contra al adversario más irrelevante puede ser realmente espectacular.
-Sumado al punto anterior, el juego te hace sentir bastante poderoso, pero a la vez sobrepasado por el mundo que te rodea. Siempre hay un Eikon que vuela, o que lo corta todo, o un ser con poderes divinos...
-A pesar de la cantidad de misiones secundarias insulsas, si te paras a considerar la historia que te están contando en lugar de las recompensas que vas a obtener, muchas de ellas merecen la pena. Además, tienen todo tipo de resultados finales; agridulces, alegres, desagradables... Lástima que tienes que esperar para ver la auténtica gracia de estas misiones, porque habrá gente que no las haga por puro hastío, o que no se pare a leerlas porque el inicio ha resultado más insulso, y se estarán perdiendo bastante del encanto de este mundo.