En 1982, la FIA introdujo el Grupo B, una nueva serie de regulaciones para los ralis que dieron lugar a lo que los nostálgicos llaman la era dorada de la competición.
El Grupo B produjo algunos de los coches más rápidos que se han visto en los ralis, conducidos por pilotos temerarios arengados por seguidores igual de imprudentes. Esa combinación provocó múltiples accidentes mortales que hicieron que en 1986, solo cuatro años después de inaugurarse, la FIA diese el paso al Grupo A, con vehículos mucho más limitados en potencia y peso.
Desde entonces, el grupo B sigue fascinando a los aficionados del motor y continúa dando para infinidad de documentales y tributos, incluyendo el el nuevo juego del creador de Absolute Drift.
Situado en una realidad alternativa en la que el grupo B sigue vigente, art of rally sale hoy en PC (Epic Games Store, GOG, Steam) rindiendo homenaje, a su manera, a 30 años de ralis.
Lo primero que salta a la vista al lanzar el juego es el estilo visual. Minimalista, colorido y con vista cenital, art of rally no sacrifica estilo por realismo para conseguir escenarios idílicos. En ellos, podremos conducir como si estuviésemos en esas carreras locas de los 80, con el grupo sanguíneo inscrito en el coche por si tenemos una accidente y deslizándonos por pistas de tierra y nieve con espectadores que esperan al último instante antes de que los atropellemos para apartarse de nuestro camino.
Aun con esa dirección artística, art of rally no es para nada un juego en el que apretar a fondo el acelerador sin miedo. A medio camino entre la simulación y el arcade, usar los frenos y el freno de mano es esencial para acometer las curvas y no acabar en la cuneta.
El modo principal de art of rally es la carrera, que repasa la historia de los ralis desde el grupo 2 en 1967, hasta el grupo A de los 90. Progresando año a año por cada una de las clases, podremos ir desbloqueando recreaciones de los coches icónicos de esos 30 años, desde el BMW 2002, hasta el Toyota Celica de Carlos Sainz, pasando por el Lancia Delta S4 del Grupo B.
Cada una de las pistas, situadas en cinco localizaciones distintas, tiene su propio ranking en línea, a los que hay que sumar eventos diarios y semanales con los que seguir midiéndose con el resto de jugadores.
Quizá lo mejor del juego, sin embargo, es la experiencia zen del modo de conducción libre. En lugar de buscar ser el más rápido, en este modo podemos relajarnos conduciendo por Finlandia, haciendo fotos y consiguiendo coleccionables que desbloquean los otros cuatro mapas: Cerdeña, Japón, Noruega y Alemania.