En mi opiinión este tipo de productos vienen a rellenar el hueco que hay entre la concepción tradicional del videojuego y el cine o la literatura. Si hay que encuadrarlos en algún sitio, yo creo que están bien catalogados como videojuegos (VJ de ahora en adelante, por no repetirme).
Asumimos que, tradicionalmente, el VJ es una aplicación electrónica a través de pantalla, donde el jugador tiene todo el peso de la acción y el juego gira alrededor de él, hasta el punto de que su inacción paraliza el propio juego. En el siguiente nivel encontramos las pautas programadas, que se van a ejecutar independientemente de las acciones del jugador A medida que el VJ gana complejidad, los programas se van a llenar de acciones que sólo se van a desencadenar alrededor del jugador a medida que este avance a través del mismo, dando la sensación de que el mundo gira a su alrededor cuando no es más que un accionador avanzando a través de un túnel, ya sea de manera lineal o instanciada (aquí podemos meter casi todos los juegos monojugador de corte clásico, y muchos multij).
La frontera se rompe con la llegada de los multijugadores, especialmente los masivos, los mundos abiertos, online, persistentes, etc, donde algunos elementos dejan de rotar alrededor del jugador. Se pierde la experiencia personalizada, pero se gana la sensación de estar participando de algo, y no de que ese algo participe de ti.
Las novelas gráficas y similares vienen a traer partes de ambos mundos; la experiencia interactiva alrededor del usuario (que suele ser moverse, mirar, y tal vez hacer algún clic en el entorno... lo cual no deja de ser interacción, insisto) con la capacidad para transmitir que dicho usuario es un espectador de algo que SE va a descubrir (quiera o no el usuario). Todavía conservan un ejercicio de actividad, porque de otro modo nos iriíamos al cine y a la novela pura y dura.
En este género también nos encontramos los VJ pedagógicos, como visitas virtuales y los juegos educativos; funcionan, se instalan y se conciben como videojuegos, y mantienen la interacción del usuario. No es necesario que contengan retos que enfrentar, sino sólo explorarlos para descubrir lo que ofrecen, que puede ser perfectamente la propuesta de un videojuego. No de uno clásico, pero sí de algo que está a caballo entre la experiencia "activa" del VJ y la pasiva del cine.
Es un debate que me recuerda a los e-sports, porque no son deportes desde el punto de vista tradicional, pero sí están concebidos como tal... aunque eso es otro tema.