¿A que viene esto?
A raíz de un suceso que me acaba de ocurrir, me he animado a crear un hilo, que me extraña que no este creado, y creo que será interesante, a la vez que entretenido de leer.
Vale, y ahora ¿Qué es esto?
Como su título indica, la razón de ser de este hilo, será sin duda, para compartir sucesos, historias y aventuras, ya sean traumáticas o dignas del mismísimo Hércules cúbico.
El único requisito, es que sean creibles, me explico:
Lógicamente, podrán tratar, sobre el singleplayer, o el multiplayer, pero claro, para este último, ya tenemos el de drama. Y sin duda, esto versa más sobre sucesos a los que nos hemos visto envueltos, gracias a la pobre IA del juego.
Puntos a tener en cuenta
Si alguien se decide, a redactar un suceso, ya sea ficticio, o verídico, sería aconsejable, que fuera ligero de leer, entretenido, y al menos bien escrito, una sugerencia, que me ha parecido correcta añadir.
Recopilación
Si el hilo tiene aceptación, me comprometo a realizar una recopilación en este mismo post, para que sea más accesible la lectura de los relatos.
Sin más dilación, me dispongo a redactar la primera historia, acontecida hace escasos minutos, y la desencadenante de esta idea.
Comenzaré con el principio, lógico ¿No?
Era un anochecer cualquiera, como todos los enésimos que he presenciado.
Al caer la oscuridad sobre mí, me encaminé rapidamente hacia mi refugio en el límite norte, rodeado de paradisíacas playas, e inexistentes palmeras.
Como cada momento preliminar a la exploración de las cuevas que pueblan la parte baja de la base, me dispongo a equiparme.
Cojo la ya bastante maltrecha armadura de cuero, dos espadas de piedra, una de ellas en sus ultimos momentos de durabilidad, un puñado de picos y palas de piedra, dos chuletas, antorchas, tierra, piedra, y un cubo vacio.
Con el equipo básico encima, me dispongo a bajar, y continuar la exploración de las inmensas cuevas que han ido apareciendo mientras picaba.
A mitad de camino, recuerdo una herramienta muy importante y olvidada, el arco, me lo habia dejado arriba, pienso:
"No pasa nada, nunca lo utilizo".
Explorando, encamino mis pasos hacia ruidos de bastantes zombis, para mi sorpresa, encuentro una mazmorra. Tras abrirme paso a espadazo limpio, sorteando abrazos, y flechazos, ilumino, y limpio la mazmorra, abro el cofre, que no contenia gran cosa, trigo, seda y un poco de pólvora.
Tras tamaña hazaña, me dispongo a consumir un chuletón, las bajas fueron tres corazones, una espada, y los pantalones de la armadura.
Guío mis pasos hacia otra zona inexplorada, quito la tierra que la cerraba (aclaración, yo al explorar, si encuentro mas de un camino, cierro todos con tierra menos uno, al terminar y picar sus recursos, si no me interesa, quito todas las antorchas, y lo cierro con piedra, de ahí que este tuviera tierra en su entrada).
Quito la tierra, y me pasan dos flechas rozándome sendas orejas, entro en modo berserk, me cargo a zombis, creepers, y un esqueleto.
En el fragor de la batalla, consumo el último filete que me quedaba, y me encaro contra el esqueleto que quedaba, lo sorteo, comiéndome una flecha, en este punto mi armadura ya estaba casi rota, le doy dos golpes, y horrorizado, pero horrorizado, veo que mi espada se rompe, con cara desencajada, emprendo la huida. Mal asunto, el mamón estaba entre la entrada y yo, pasar por ahí era un suicidio, ya que contaba con una miseria de vida.
Solo me quedaba una salida, aventurarme por la parte oscura, e inexplorada con la esperanza de vislumbrar una conexión con mis partes exploradas.
Sin darme tiempo a poner mas que dos antorchas, una flecha me impacta de frente, ya nervioso perdido, con dos corazones de vida, vuelvo sobre mis pasos, pero pienso "joder, el otro cabrón seguirá ahí".
Pues no, el indeseado, me había seguido, y estaba a escasos pasos de mi, flecha su arco, y me dispara, en este momento ya rezaba al dios cubo, dos esqueletos, uno enfrente, y otro detrás, en un espacio reducidísimo, es tarea imposible.
Rápido, ingenio, la escapatoria, me encierro en lo que me quedaba de espacio con piedra.
Encerrado, y sin escapatoria, mi mente pensaba aceleradamente. Me vino una idea, podía escapar, picando un túnel, y volver a sitio seguro.
Comienzo a
. Ya alegre, prosigo, cuando pico una piedra, que me deja al descubierto frente al tramo de cueva, donde moraba mi amigo, al que con alegría veo disparar, verdaderamente, no se como me dio tiempo a esquivarla, fue algo a lo matrix, ya que me disparó de cara, y se quedo clavada muy cerca mía, tapo precipitadamente esa sección, y prosigo ya con mucha más cautela
.
Tras un corto espacio de tiempo, pico la última piedra que me separaba de mi liberación, con sobrecogimiento, me doy cuenta que la entrada a esa sección, estaba abierta, sin perder tiempo, la
.
Tras este suceso, he aprendido algunas normas nuevas, que sin duda, serán escritas a su debido tiempo, en la enciclopedia del buen minero y explorador.
- Si tienes un equipo mínimo, es por algo, todo sirve para algo, si te olvidas algo, vuelve para arriba.
- Llevar a partir de ahora tres espadas, o en su defecto, dos en buen estado.
- Jamás entrar en tromba hacia un lugar oscuro, la imprudencia es la mejor aliada del fracaso.
Espero que os haya gustado, y os animéis a contarnos vuestras historias también.
Un saludo, y cuidado en las profundidades insondables, guardan muchos peligros, pero sin duda, el mayor peligro es uno mismo, y sus despistes.