Antes de separar caminos, Nintendo estuvo años trabajando en una consola con un CD-ROM provisto por Sony. Por una parte, era un complemento para SNES llamado Super NES CD-ROM; por otra una, consola independiente que iba a llamarse Nintendo PlayStation, fabricada por Sony y con juegos de Nintendo.
Mientras crecían las diferencias y las traiciones entre las dos empresas japonesas, un hecho que desembocó en la PlayStation y cambió el rumbo de la historia de los videojuegos, Sony fabricó unos 200 prototipos del engendro con su propio software de lanzamiento.
Esos prototipos podían leer tanto cartuchos de SNES como CD y, además, tenían una pequeña pantalla de cristal líquido que funcionaba al usarla como reproductor de CD para leer el artista y título de la canción que sonaba.
Hasta hace poco más de tres años, se pensaba que todos los prototipos que existían habían sido destruidos. Fue en noviembre de 2015 cuando apareció uno de ellos salido de la subasta de la bancarrota de Advanta. Al parecer, la había dejado detrás Ólafur Jóhann Ólafsson, antiguo director ejecutivo de Sony Interactive Entertainment.
Terry Diebold, uno de los trabajadores de Advanta, lo compró en aquel momento y ahora lo ha puesto en subasta en Heritage Auctions. En solo unas horas la puja va ya por 48 000 dólares, así que el que quiera quedarse con este pedazo de historia va a tener que apoquinar una cifra de récord que seguramente se cuente en millones.