La compañía nipona, con Sonic como abanderado, no está pasando por sus mejores momentos. Tras el gran traspiés sufrido hace un lustro y que le obligó a dedicarse únicamente a desarrollar software en detrimento de hardware (a pesar de que Dreamcast iba viento en popa, la sombra de Saturn, Mega CD y 32X era todavía demasiado alargada), todo parecía indicar que este cambio de perspectiva le iba a venir bien y que iban a remontar el vuelo. En principio, y gracias a adaptaciones de sus grandes títulos de Dreamcast para el resto de consolas de 128 bits, parecía confirmarse esta reafirmación de la compañía, sobre todo tras su fusión con Sammy.
Lamentablemente, nos vuelven a llegar noticias una vez más de la crisis que SEGA podría estar sufriendo. Unas más alarmantes que otras, todas ellas tienen un factor común: la apuesta de SEGA por nuevas franquicias (obtenidas de películas o comics) como última tentativa para convertirse en una de las grandes desarrolladoras una vez más y salir de esa crisis económica por la que parece estar pasando.
Así pues, SEGA deja a un lado pasos en falso como sus últimas entregas del puercospín azul para centrarse en títulos como Iron Man, El Increíble Hulk, Capitán América o Thor. Pero, ¿evitarán estos títulos que SEGA caiga en el abismo? El futuro es más incierto que nunca para SEGA.
Pero, ¿por qué SEGA está sufriendo tanto económicamente? La respuesta es fácil. Es de todos sabido que muchos de sus últimos títulos (con sanas excepciones como Virtua Fighter 5) han sido rotundos fracasos, sobre todo aquellos protagonizados por Sonic y demás personajes de ese mundo (como Shadow). Pero no sólo su crisis radica en títulos desafortunados. Los costes de desarrollo que las compañías tienen que afrontar hoy día son otro gran escollo. Con juegos desafortunados, las ventas no compensan esos gastos de desarrollo, y SEGA ha sieguido perdiendo dinero con casi cada juego editado. De hecho Simon Jeffery es el primero en alertar de dicha situación, comentando que los costes de producción en juegos para consolas de próxima generación son los grandes impedimentos que la compañía nipona encuentra y que, como he dicho anteriormente, no suelen ser compensados por las ventas.
Por el bien de la industria, ojalá una compañía como SEGA nunca nos deje porque las consolas y los juegos son hoy en día gracias, en parte, a sus años de duro trabajo por mejorar el sector.
Fuente: bussinessweek / n4g