Bueno, vamos a ver, esto es LARGO, así que leedlo solo cuando tengáis un rato. Intentaré ir en orden cronológico según lo vamos jugando pero añadiendo alguna explicación que se nos revela en momentos posteriores. Seguiré los pasos del final más probable, Abandono de la Inmortalidad, y comentaré las implicaciones del de Purificación, ya que son los dos que he completado.
Citaré alguna fuente de la que me acuerde, pero no todas porque eso doblaría el esfuerzo; nótese, eso sí, que nada de lo que escriba será infundado y todo está sacado de lo que he visto ingame. NPC’s importantes, cosas abiertas para especular y mis opiniones al final.
INTRODUCCIÓN
Lo primero que vemos al darle a Nueva partida es una cinemática que muestra un campo de batalla durante el periodo Sengoku de Japón. Nos muestran cómo Isshin Ashina derrota en duelo al general Tamura, reclamando para sí la lanza de tres puntas del vencido, el control de la tierra y reivindicando de este modo el éxito de su “golpe”. Años después, compartiendo sake con él, nos revela que la tierra ya era el lugar donde vivían los Ashina pero se vieron sometidos hasta el punto que ni siquiera podían rezar ante las aguas de los manantiales (el agua: tema central de la trama) y que lo único que hizo él fue recuperar lo que les fue robado.
Tras la victoria, Isshin entregaría la lanza de tres puntas a uno de sus generales de mayor confianza: Gyobu Masataka Oniwa, un borracho pendenciero antes de conocer a Isshin, pero ahora líder del grupo conocido como Las Siete Lanzas de Ashina.
Vemos cómo un maestro shinobi y hombre de confianza de Isshin (como nos revela años después, de nuevo tras compartir sake), conocido simplemente como Búho, se encuentra a un niño que lo ha perdido todo en el campo de batalla y decide entrenarlo en las artes ninja como su propio hijo. También recurrió por lo menos a otro shinobi, la Dama Mariposa, para que lo entrenara en técnicas ilusorias.
TUTORIAL
20 años después, con el clan Ashina al borde del colapso, comenzamos el juego como un shinobi sin nombre que se ha autoimpuesto el ostracismo al haber perdido a su señor, Kuro, a quien había jurado proteger ante todo según el Código de Hierro, y ha perdido hasta las ganas de vivir.
La figura de una dama nos arroja desde una abertura en el techo de nuestra “celda” una nota que nos anima a sacar del castillo a nuestro señor Kuro, quien ahora está confinado en un edificio apartado. Genichiro Ashina, nieto de Isshin Ashina, es quien lo mantiene cautivo.
Llegamos hasta Kuro, quien se alegra de vernos y, preocupado, nos pregunta si tenemos secuelas después de “aquella noche”. Sin embargo, el shinobi no recuerda nada y no sabe de qué está hablando. “Dejaremos la conversación para otro momento”, dice nuestro maestro.
Logramos atravesar juntos el muro exterior del castillo. Sin embargo, Genichiro Ashina nos está allí esperando, listo para derrotarnos y no dejar escapar a Kuro. El nietísimo vence (de un modo u otro), nos corta el brazo izquierdo, nos da por muerto y se lleva de vuelta a Kuro.
EMMA, EL ESCULTOR Y LA HACIENDA HIRATA
Nos despertamos en un templo descuidado y en desuso. En la habitación hay una figura parecida a un orangután que resulta ser a quien únicamente conoceremos como el Escultor. Él es quien nos recogió, curó y otorgó la prótesis shinobi anteriormente suya para sustituir nuestro brazo perdido. Nos cuenta acerca del Descendiente Celestial del Acervo (linaje) del Dragón y su sangre especial, la cual poseemos y nos permite volver de entre los muertos (en esta ocasión esta es la justificación narrativa para las muertes del personaje). También nos dice que sigue vivo y que alguien va tras él por su poder, de lo que se deduce que Isshin Ashina parece que lo está protegiendo de alguna amenaza.
Tras una pequeña charla, nos enteramos de que dedica sus horas a tallar ídolos, pero todos acaban con el rostro airado y lleno de odio porque es lo único que ve. Y sólo puede tallar lo que ve. Es lo que les ocurre a aquellos con una gran deuda kármica.
En la puerta del templo nos encontramos a la mujer que nos animó a tomar acción. Se llama Emma y es médico, aprendiz del gran Dogen. No nos revela quién es su señor, pero nos ayuda contándonos acerca de las semillas de calabaza.
Kuro está ahora retenido en lo alto de la torre del castillo Ashina, así que allí es a donde nos dirigimos.
Por el camino nos cruzamos con un soldado moribundo a quien le somos conocido y a su madre anciana y senil, que nos da una campanilla y nos pide que se la ofrezcamos a Buda en un altar. El Escultor nos comenta que eso nos permitirá rememorar recuerdos perdidos.
Si lo hacemos, aparecemos 3 años atrás en la Hacienda Hirata siendo asaltada, hogar de la familia Hirata, a la cual Kuro pertenece y que es una rama de la familia Ashina. La primera persona a quien nos encontramos es un Nictibio medio muerto, un miembro de una guardia especial encargada de proteger a Isshin Ashina y, por extensión, a los miembros de su familia. Nos habla de la situación, que nuestro shinobi reconoce, pero de la cual no tiene recuerdos.
De camino a la mansión principal nos podemos encontrar con un duro shinobi vestido de morado y que combate con la mano izquierda en la cintura. Uno de las 17 sombras solitarias (8º collar de oración), miembros de élite de las fuerzas del Ministerio del Interior. Este es el primer indicativo de quién puede ser el culpable del ataque.
Más adelante, nuestro shinobi se encuentra al Búho respirando sus últimos alientos. Nos dice cómo llegar hasta Kuro, nos da la llave de la puerta tras la que se encuentra, nos encomienda a seguir el Código y muere. Aparentemente.
Si le hacemos caso, encontramos al Descendiente Celestial preso de un genjutsu (técnica ninja de ilusión), no sin antes cruzarnos con el hombre y la anciana que nos dieron la campanilla que nos ha permitido llegar hasta aquí.
La Dama Mariposa, antigua mentora del shinobi, es la responsable. Cumplimos nuestro deber diligentemente y finamos a nuestra maestra, permitiendo a Kuro escapar. Sin embargo, cuando nos disponemos a seguirle, una espada nos atraviesa el pecho desde la espalda. A punto de morir, distinguimos la figura de Kuro, quien se lamenta de que una lealtad así no se puede desaprovechar, así que nos concede el don de su sangre para que podamos volver a la vida.
Lamentablemente, tras este acontecimiento el shinobi no recuerda nada de lo sucedido y, creyendo que ha fallado en su cometido impuesto por su padre, se retira al lugar donde comenzamos el juego.
Despertamos de nuevo en el templo. El ninja pregunta al Escultor si lo que ha experimentado es un recuerdo o algo más, a lo que éste contesta que no lo sabe y no debería preguntarlo. Y esa es toda la información al respecto que conseguiremos.
Por otra parte, Emma nos anima a investigar la Dracogripe, un fenómeno consecuencia del uso repetido del poder de la Sangre del Dragón: si un usuario de ésta resucita muchas veces, termina nutriéndose de la esencia vital de las personas que le rodean, provocando el estancamiento de la sangre de estas personas y llevando eventualmente a la muerte si no se trata.
EL CASTILLO DE ASHINA, EL REENCUENTRO CON KURO Y EL INCIENSO.
De vuelta en el presente, continuamos hacia el castillo. Los puentes que llevan hacia él están derrumbados, probablemente consecuencia de un sitio o de la gran serpiente a la que tenemos que evitar para salvar el abismo que nos separa de nuestro objetivo.
Gyobu el demonio y su caballo están haciendo de porteros del castillo, pero no son rivales para un maestro shinobi. Tras acabar con él, podemos ver un rastro de cadáveres de shinobis vestidos de morado como el que nos encontramos en Hirata. Si lo seguimos llagamos hasta un edificio en donde conocemos al culpable: el tengu de Ashina, un maestro espadachín protector del castillo que se dedica a cazar a estos ninjas, “ratas” según él. Nos apoda Sekiro (lobo de un solo brazo) ya que ve en nuestros ojos la mirada de un lobo hambriento y en nuestro brazo izquierdo la prótesis shinobi que le “recuerda a alguien”.
Avanzando un poco más conseguimos llegar al dojo de la parte más alta del castillo. Allí nos encontramos a Genichiro junto a Emma, quien revela que Isshin está gravemente enfermo y sigue vivo de milagro. El samurái se dirige entonces a Kuro, a quien le insiste una vez más que le acepte en su “juramento inmortal”. Este juramento inmortal es lo que realizó el Descendiente con Sekiro en Hirata: el Descendiente Celestial confiere su sangre del Acervo del Dragón a alguien para compartir el don que él mismo posee, la inmortalidad. Ya sabemos por qué Genichiro retiene a Kuro e impidió que Sekiro se lo llevara del castillo.
Kuro se niega a la petición de Genichiro en favor de Sekiro, quien hará todo lo posible por llevarlo de vuelta a casa. Genichiro se resigna sabiendo que la sangre del dragón nunca será suya y nos desafía. Después de atravesar su pecho y su garganta con Kusabimaru en el primer intento (lol), deja bien claro que para proteger Ashina recurrirá a cualquier práctica herética que haga falta, como la técnica de lucha conocida como el Relámpago de Tomoe. Aquí nos enteramos de que el objetivo de Genichiro es hacerse inmortal con la sangre de Kuro para proteger Ashina. Muy noble por su parte.
Tras vencerlo una tercera vez, Genichiro resucita y escapa. ¿Cómo puede resucitar, si no tiene la sangra del dragón? Emma nos explica que es consecuencia de las Aguas Rejuvenecedoras que brotan del Manantial, más concretamente por haber tomado el “sedimento”, algo así como un preparado concentrado de las Aguas, que hacen que quien lo toma obtenga una resistencia sobrehumana, pero a un alto precio. Vamos, una versión cutre y limitada de la sangre del dragón.
Se revela que Emma sirve a Isshin Ashina, cuya intención es ayudar a Kuro a escapar de Ashina ya que no está interesado en su sangre. De esto deducimos que Isshin no aprueba los métodos de su nieto Genichiro.
Hablamos con Kuro y, básicamente, nos cuenta que está harto de ver cómo los hombres se corrompen al ambicionar el poder que otorga su sangre y que ha decidido “cortar el poder de la inmortalidad”, pero no sabe cómo. Preguntamos a Emma, al propio Isshin en su habitación (que resulta ser el tengu que nos apodó Sekiro) y hablamos de nuevo con Kuro, que ha investigado en la biblioteca. Nuestro maestro se entera de que años atrás otro Descendiente Celestial, Lord Takeru, ya intentó lo mismo que quiere hacer él ahora y dejó notas del proceso.
Resulta que para acabar con el poder de la inmortalidad necesita tomar las lágrimas del Dragón Divino, pero el problema está en que dicho dragón reside en el Reino Celestial. Indagando un poco más descubrimos que para alcanzar el Reino necesitamos impregnarnos en su aroma, para lo cual necesitamos elaborar un incienso. Los ingredientes de este incienso son cuatro: una flor blanca de loto que crece en el Valle Sumergido, lugar cercano a donde nacen las Aguas Rejuvenecedoras del Manantial y por tanto donde son más puras; una piedra fragante que está en una aldea oculta tras un abismo en las profundidades; una rama del Siempreflor, un cerezo del Reino Celestial que nunca se marchita (Takeru trajo de vuelta del Reino Celestial un esqueje que floreció en el castillo, pero “alguien” –más adelante se revela quién- arrancó una rama y se marchitó); y por último, un poco de la sangre del Descendiente Celestial. El problema con esto último es que Kuro no sangra, por lo que pedimos ayuda a Isshin, quien nos revela que sólo la Espada Mortal, oculta en el Templo Senpo del monte Kongo, es capaz de herirle.
TEMPLO SENPO Y VALLE SUMERGIDO
Así pues, nos dirigimos al monte Kongo, hogar de un grupo de monjes antaño dedicados a Buda, pero que se han vuelto corruptos por la búsqueda de la inmortalidad a través de las Aguas Rejuvenecedoras, como nos dice la voz de la Niña cuando llegamos al monte y como podemos leer en la nota de la mazmorra que habla sobre la piedra fragante.
Si venimos aquí antes de derrotar a Genichiro, en el salón principal del templo nos encontramos al Gran Sacerdote, medio momificado y recubierto de ciempiés, quien nos cuenta que se arrepiente de que los monjes hayan acabado así y de lo que hicieron con los Niños Divinos de las Aguas Rejuvenecedoras. Nos da el Tomo Divino: Infestación, donde se describe su investigación sobre la inmortalidad, con la esperanza de que ayudemos al Descendiente Celestial y así poder redimirse de alguna manera. Si acabamos con Genichiro antes de llegar al templo, la evidencia de que el sacerdote se arrepiente de lo que han hecho es que encontramos ese mismo tomo arrojado al lago cercano en señal de repulsa y arrepentimiento.
Los monjes hicieron experimentos con niños. Les administraron Aguas Rejuvenecedoras, pero el resultado fue la muerte de todos salvo una. Sin embargo, esa niña adquirió un poder similar al del Descendiente Celestial: aunque “falsa”, inmortalidad, al fin y al cabo. Aprovechando esa condición, ahora es la custodia de la Espada Mortal, oculta en el Sanctasanctórum del templo. De vez en cuando, también se pasa por el limbo protegido por los monos del biombo a charlar con los espíritus del resto de Niños de las Aguas Rejuvenecedoras que no tuvieron tanta suerte.
Parece ser que el resto de gente que abusa de las Aguas Rejuvenecedoras consigue alcanzar algo parecido a la inmortalidad, aunque no sé si se le puede llamar así exactamente. Todo parece indicar que lo que provoca su consumo excesivo es la aparición de un parásito ciempiés que no queda claro hasta qué punto controla a su huésped. Desde luego, viendo los cadáveres de monjes en la cueva más allá del templo principal, queda claro que inmortales, lo que se dice inmortales, no eran. La única excepción a esto es la niña superviviente de los experimentos.
Dicho esto, tiene sentido que un simio que vive y bebe en el Valle, cerca de la flor de loto blanco, donde las Aguas Rejuvenecedoras del Manantial son más puras, tenga uno de estos parásitos dentro que le permite seguir “vivo” a pesar de que una katana le atraviesa el cuello y además le cortamos la cabeza.
Así pues, con la Espada Mortal y la flor blanca, continuamos la aventura hacia…
LA ALDEA MIBU
Avanzando por las profundidades de Ashina llegamos hasta un bosque cubierto por la niebla. Descubrimos que, lo que más adelante se revela como un noble del Palacio del Manantial, está ocultando el acceso a la aldea Mibu. En otras palabras, mantiene sellado y protegido el acceso tanto a la piedra fragante como al Palacio y, por ende, al Reino Divino y al Dragón.
Gracias a un aldeano oculto en su casa, nos enteramos de que el sacerdote ha estado dando Agua del Manantial (el origen de las Aguas Rejuvenecedoras) a la gente con la esperanza de “ser admitidos como sirvientes en el Palacio”. Si seguimos su historia particular, acaba convertido en uno de esos “nobles” babosas del Palacio, quienes parecen poder llegar a ser muy longevos. Más sobre esto más adelante, en la parte del Palacio.
Acabamos con la ilusión de la Monja Corrupta, conseguimos la piedra fragante (que nos enteramos de que acaban surgiendo de quienes beben mucha Agua del Manantial) y a falta de un ingrediente (por falta de pistas) para el incienso volvemos con Kuro.
DE VUELTA AL CASTILLO
El castillo está sufriendo los primeros pasos de una invasión.
El mercader que llevamos de vuelta al templo del Escultor nos había dicho que el Ministerio del Interior teme a Isshin Ashina y que, visto su estado de salud, se aproximaba el momento para atacar. Por eso vemos varios shinobis de morado (recuerdo: la élite del Ministerio) en los interiores del castillo. Me resulta especialmente detallista encontrar a uno enfrentándose a un nictibio bajo la habitación de Isshin, donde antes había tres nictibios custodiándole.
Por eso en el tutorial podemos ver a un Gollum con sombrero bajo el puente espiando a dos soldados de Ashina. Estos personajes son los asesinos del Templo Senpo, por lo que todo indica que los monjes se han aliado con el Ministerio. Yo creo que sus intereses no son los mismos: los monjes buscan la verdadera inmortalidad de la sangre del dragón y el Ministerio solo quiere la tierra y acabar con Isshin, pero tampoco tiene mucha importancia este detalle.
Resulta que Genichiro quería el poder de la sangre del Dragón para conseguir la fuerza suficiente para defender Ashina del asalto del Ministerio del Interior.
Un pequeño paréntesis que cabe señalar. Espiando a Isshin en su habitación hablando con Emma, Isshin dice que Genichiro se “sacrificará por Ashina” y que “no espera menos de él, pero no dejará que use la sangre de Kuro”. En otro momento revela la existencia de una Espada Mortal Negra y que Genichiro está en su poder: sin embargo, le parece “trágico que su nieto se haya abandonado a sí mismo en pos de la fuerza”, por lo que confirmamos que no aprueba su forma de proceder a pesar de que sus motivos le parecen justificados. Sobre la Espada Mortal Negra, más al final.
Llegamos al dojo en la parte de arriba del castillo una vez más. Esta vez, nos encontramos a alguien a quien no esperábamos para nada: el Búho, nuestro padre. Fingió su muerte en Hirata y ahora es el cabecilla tras el asalto al castillo y quien está al mando de las fuerzas del Ministerio.
Algo que me llamó mucho la atención la primera vez que hablas con él aquí es que te dice que “estaba seguro” de que “estabas muerto”. ¿Hola? Si cuando Sekiro es apuñalado por la espalda él ya estaba muerto… Eso, sumado a que la forma de la espada que nos sale del pecho ya me tenía mosca, el shinobi de morado en Hirata, el shinobi de morado que nos busca en la celda donde empezamos para matarnos, … Las cosas ya estaban bastante claras.
El caso es que resulta que el Búho ha traicionado a su maestro Isshin (en una conversación de sake revela que solían beber juntos junto al Escultor, por lo que eran muy cercanos). También se ha visto seducido por el poder de la sangre del Descendiente Celestial y quiere ser inmortal, por lo que te presenta dos opciones: obedecer el Código de Hierro y serle leal como padre o desobedecer el Código y ser leal a sus principios morales.
Si eliges ser leal a Kuro, le decepcionas como shinobi y te ataca por la espalda, pero esta vez Sekiro reacciona y para el golpe, a lo que el Búho responde que “ha mejorado”. Cuando lo matas, se alegra de haberte entrenado bien, revelando cierto orgullo de padre a pesar de que “lo traicionas”, y descubres que fue él quien arrancó la rama del Siempreflor. Por eso cuando Sekiro huele el incensario por primera vez dice que tiene un olor familiar, pero no recuerda de qué: es a lo que olía su padre.
PURIFICACIÓN
A partir de aquí, Emma nos abre la posibilidad del final “Purificación”. Para ello necesitamos flores del Siempreflor. El problema es que la rama que encontramos en el Búho está marchita, con lo que hay que buscar la forma de obtener sus flores.
Si espías una conversación de Emma con el Escultor, ella habla sobre que “uno de los dos debe morir”. Cuando Sekiro le pregunta si ha hallado la forma de conseguir las flores, ella contesta que no, pero si le preguntamos por lo que hemos oído entonces nos cuenta la verdad: seguir por este camino implica que Sekiro debe morir. Nuestro shinobi acepta el camino que ha elegido, el de defender a su señor hasta la muerte.
Nos da una campanilla del recuerdo que el Búho llevaba encima y que nos permite visitar una versión de Hirata hace tres años tan solo unos momentos antes que en la primera versión. En esta ocasión, en lugar de enfrentarnos a la Dama Mariposa, es al propio Búho a quien nos encontramos.
Por si aún no estaba claro, fue él el responsable del ataque a Hirata con intención de secuestrar a Kuro y obtener su poder (si todo estaba orquestado por el Ministerio o por él es irrelevante) y el que nos clava la espada por la espalda en el primer recuerdo, de ahí la puya de “has mejorado” en su pelea en el presente.
Cuando lo derrotamos, obtenemos la rama del Siempreflor de hace tres años, que no estaba marchita. Esto nos habilita una segunda opción tras la batalla final del juego.
EL PALACIO DEL MANANTIAL
Con todo lo necesario para elaborar el incienso, nos impregnamos del aroma del Palacio Celestial y nos dirigimos a la aldea Mibu, donde se hace el ritual para alcanzarlo. Una vez allí, un espantapájaros gigante (que seguramente tenga algún significado en la mitología japonesa – encontramos entramados de paja similares en las tori del santuario de la serpiente, por ejemplo- pero que yo desconozco) nos transporta hasta allí.
Derrotamos a la monja corrupta, la sacerdotisa Yao (Vestigio: monja auténtica), una inmortal infestada que protege la entrada. Volvemos a ver el tema de ciempiés en alguien relacionado con las Aguas Rejuvenecedoras.
Aquí encontramos a más nobles como el que ocultaba la aldea Mibu, además de guerreros defendiendo el lugar. Son gente que ha bebido de las Aguas del Palacio y ansían la juventud, de ahí su habilidad de absorbérnosla. Más evidencia de que estos personajes son, si no inmortales, sí muy longevos es la anciana que nos encontramos aquí, quien nos pide que liberemos a su padre del deber de alimentar a la gran carpa: por edad, él ya debería haber muerto.
Pequeño aparte por si alguien se pregunta por qué el cadáver de la gran carpa aparece en el Valle donde vencemos al simio. Si abrís el mapa, veréis que el Valle está justo debajo del Palacio, ya sabíamos que el Valle es donde más puras son las Aguas Rejuvenecedoras que manan del Manantial donde está el Palacio y además si buceáis en el pequeño estanque que ha formado la cascada veréis que hay un puente destrozado con los mismos colores que los restos hundidos del Palacio.
Atravesando el Palacio nos abrimos paso hasta el interior, donde se encuentra el Santuario del Dragón Divino. Allí podemos ver la figura de una mujer desconocida que no sabemos si quiera si está muerta; lo que sí sabemos es que si rezamos, acabamos llegando por fin al Reino Divino.
Aquí encontramos al Siempreflor, el cual permanece inerte hasta que acabamos con los Viejos Dragones del Árbol. Una vez hecho esto, el Dragón Divino surge en todo su esplendor. Nótese que le falta el brazo izquierdo y que cuando lo derrotamos obtenemos sus lágrimas rajándole el ojo izquierdo.
Por fin tenemos las lágrimas del Dragón Divino que Kuro necesita para acabar con la inmortalidad.
FINAL
Aparecemos en la habitación de Kuro y encontramos a Isshin muerto en el suelo. La casualidad. La casualidad ha querido que sucumbiera a su enfermedad en este momento, protegiendo a al Descendiente Celestial.
Las tropas del Ministerio del Interior han comenzado la ofensiva total y entre todo el caos Emma nos dice que Genichiro se ha llevado a Kuro. Dado que ya sabe que Kuro no le dará el poder de la sangre del dragón para conseguir la inmortalidad y defender Ashina, tiene un plan B: obtenerla a la fuerza gracias a la Espada Mortal Negra, igual de capaz de dañarlo que la Espada Mortal Roja. Pero en frente tendrá al leal shinobi del Descendiente Celestial.
Llegamos al lugar donde todo empezó. Nos encontramos a Kuro tambaleándose por una herida infligida por el samurái. El duelo se repite una vez más, pero esta con un Genichiro moribundo y blandiendo la Espada Mortal Negra, más decidido que nunca a sacrificarlo todo por el bien de Ashina.
Lo derrotamos por última vez y aquí es donde vemos el momento más “no entiendo nada” del juego. Sin embargo, antes de seguir hay que tener en cuenta que (creo que antes del combate con el Búho, no lo recuerdo bien) podemos encontrar un tomo sobre la Espada Mortal Negra en un cofre en el balcón de la habitación de Isshin. Dicho tomo cuenta que la espada “abre la puerta al inframundo y a través de este poder crea vida”. Saber esto es imprescindible para entender lo que pasa a continuación en la pelea.
Genichiro reconoce que se ve impotente, pero… su abuelo, famoso por combatir a muerte por diversión y por ser una picadora de carne humana, no lo era. Así que utiliza el poder de la Espada Mortal Negra, ahora impregnada de la sangre del dragón (“que corre por sus venas”, metafóricamente, las de la espada), para traer de vuelta a la vida a Isshin con la esperanza de que él si sea capaz de defender su tierra.
Sin embargo, algo chirría aquí. Si Isshin te ha estado ayudando todo el tiempo, ¿por qué ahora es hostil? La respuesta está abierta a debate. La mía, partiendo de que Isshin dice “lamentable nieto, este fue tu último deseo… devolver Ashina a la gloria, lo que significa, Sekiro, que debo destruirte”, es la siguiente:
Yo creo que es una cuestión de honor. Teniendo en cuenta que, como he remarcado antes, Isshin aprueba los motivos de Genichiro pero no sus métodos, que él recalca que “ese fue su último deseo” y lo especiales que eran los japoneses con ese sentimiento, creo que se ve obligado a cumplir con la última voluntad de su nieto. De hecho, cuando lo matas, te dice “bien hecho” y en una conversación suya con Emma dice que te admira, reforzando la idea de que no le queda otra opción que luchar pese a su deseo de librar también a Kuro de la inmortalidad.
Con Isshin derrotado, se nos plantean dos opciones:
- Entregar a Kuro las lágrimas del dragón y acabar con su vida, cortando así su inmortalidad y su capacidad de otorgarla gracias a su sangre. Es considerado el final malo porque Sekiro acaba como el Escultor: además de seguir siendo inmortal (como queda implícito en el final de Purificación), con un carro de muertos a la espalda, una gran deuda kármica y un montón de odio e ira acumulados por fallar a su señor al acabar muerto.
- Entregarle las lágrimas del dragón y las flores del Siempreflor. De este modo, la inmortalidad del Descendiente Celestial queda “purificada” sin necesidad de morir y recupera su humanidad. El único problema es que el receptor del juramento inmortal, Sekiro, sigue vivo y cuenta con la sangre del dragón, por lo que el poder de la inmortalidad no se acabará hasta que él muera. Así que, siguiendo sus principios hasta el final, Sekiro usa la Espada Mortal para cortarse la cabeza y con ese acto acabar con la inmortalidad, cumplir con el deseo de su señor y protegerlo al evitar que nadie lo vuelva a perseguir por su linaje.
Y hasta aquí lo gordo del juego.
EL ESCULTOR
Es el demonio del odio. Esto está bastante claro y si haces la ruta de Purificación directamente te lo dicen.
- La anciana tras el tengu te dice que “habrá más guerras y ¿adónde irá todo ese odio? Por eso te compadezco, como me compadecí el él.
- En una conversación con Emma dice que tiene mucho odio dentro y que talla Budas para sacarlo. Odia a las fuerzas de Interior que se oponen a Isshin, a quien él es leal.
- Las conversaciones que espías por el final de Purificación hacen que te diga que “debes matarme tú, no puede ser ella porque no lo soportaría”.
- Una conversación de sake con Emma revela que Isshin le enseñó a usar la espada porque a ella “le gustaría matar a un demonio, si se diese el caso de que apareciera uno”.
- El mercader te dice que el escultor se fue al campo de batalla murmurando algo sobre “las llamas” después de que invadan Ashina.
- Si haces la ruta de Purificación, cuando empieza la pelea Sekiro dice “Escultor…”, cuando pasas a la segunda fase dice “Así que estas son las llamas del odio…” y cuando terminas, la anciana detrás del tengu te pregunta si sabes quién era, a lo que Sekiro responde que sí. Si no has hecho esta ruta, entonces te lo pregunta con retranca.
Por otra parte, otros datos sobre él:
- Por la descripción del hacha, es originario del Valle Sumergido.
- Tenía una “compañera de entrenamiento”, Kingfisher, cuyo brazo, si no ella entera, acabó comida por el simio del Valle Sumergido. La herramienta del silbato que obtenemos de ese jefe es su dedo, que utilizaba para silbar y volver locos a los monos. Cuando le llevas el dedo para instalarlo en el brazo, se muestra extrañado de que fuera ahí donde acabó, lo que sugiere que ella desapareció y nunca supo que se la comió el mono. O puede referirse tan solo a su brazo.
- Salvó a Emma del campo de batalla cuando era una cría (de forma similar al Búho con Sekiro). Ella lo llama cariñosamente “Orangután” y están bastante unidos.
- La prótesis shinobi la diseñó Dogen específicamente para él después de que Isshin le cortara el brazo cuando empezaba a transformarse en shura (demonio que solo vive para matar) por todo el odio que llevaba dentro. Esto te lo cuenta con sake. Isshin también lo menciona en una conversación con sake: “se enfrentó a un shura una vez” e incluso te dice que si te pasas matando, no dudará en acabar contigo.
- Si le das sake dragonspring, te cuenta que “Ashina se volvió un lugar peligroso para ellos” (él y Emma) y fue entonces cuando la adoptó Dogen como discípula. Probablemente esto sucedió tras el episodio del brazo con Isshin y fue la causa de que él esté apartado en el templo.
Hasta aquí por ahora. Esta tarde/noche cosas sobre la verdadera naturaleza de Isshin, los motivos del Búho y la relación de Takeru, Tomoe, Genichiro e Isshin.