PlayerUnknown's Battlegrounds fue sin ninguna duda el auténtico rey el año pasado dentro de los juegos Battle Royale y supuso un éxito rotundo en número de jugadores simultáneos pero 2018 se presenta diferente y con un candidato que le está poniendo las cosas muy difíciles.
Fortnite Battle Royale salió a la venta el pasado mes de septiembre de forma totalmente gratuita, y aunque en un principio parecía que este nuevo modo no iba a hacer la más mínima sombra al rey de reyes, los creadores de PUBG mostraron su preocupación desde el primer momento (y con razón).
Las principales ventajas con las que contaba en ese momento Fortnite Battle Royale eran sin duda salir de forma gratuita (a diferencia de los 30€ del PUBG), y hacerlo tanto en PC como en PS4 y Xbox One (PUBG llegaría solo a One y a finales de año).
Poco a poco el juego iba calando en los jugadores gracias a su sencillez, su colorido y su diversión que mantenía la esencia de PUBG pero añadiendo la posibilidad de construir edificaciones a modo de defensa/cobertura contra los enemigos.
Epic Games, lejos de dormirse en los laureles ante el éxito que iba ganando su producto, tomó la decisión hace un mes de cerrar Paragon para destinar esos recursos a su gallina de los huevos de oro.
Además, y mientras PUBG "pelea" por mantener los 30 fps en Xbox One, Fortnite ha añadido recientemente una actualización en la que se incluye un modo a 60 fps en consolas, además de añadir jetpacks (lo cual puede dar un salto importante dentro de la jugabilidad).
Por último y mientras que PUBG batió el record de Steam con 3 millones de jugadores concurrentes hace poco, Fortnite alcanzó los 3,4 millones entre todas las plataformas (PC, PS4 y Xbox One).
PUBG sigue siendo el rey actual pero Fortnite le va ganando terreno sin prisa pero sin pausa. Como diría la prensa deportiva, ¿tendremos cambio de ciclo?