Xbox One S es ligeramente más rápida que Xbox One, según podemos leer en el análisis que ha realizado Digital Foundry.
Este aumento de rendimiento se debe a un overclock de la GPU, pasando de los 853MHz de la consola original a los 914Mhz en la S (un aumento del 7.1%), y a un incremento del ancho de banda de la memoria ESRAM, que ahora alcanza los 218GB/s.
Según DF, en algunos juegos no hay ninguna diferencia significativa, pero en otros sí, como por ejemplo en Project: CARS, en el que se aprecia un ligero aumento de los FPS. En todo caso, Microsoft dice que esta mejora está mayormente orientada a dar a los desarrolladores un extra de potencia para el contenido HDR, aunque algunos juegos se puedan beneficiar de ella.
Con todo esto, el rendimiento de Xbox One S alcanza los 1,4TF (la original se queda en 1,31TF), aún lejos de los 1,8TF de la todopoderosa PlayStation 4.