Que recuerde ahora mismo, los que más se me atragantaron fueron:
“Carolus Rex” de Ramon J. Sender. No digo que sea un mal libro, pero a mí se me hizo una tortura leerlo hasta el punto de que cuando lo terminé (no me quedó otro pues fue una de esas lecturas escolares de las que luego me examinarían) lo arrojé y aun seguirá detrás del armario donde aterrizó.
“Los versículos satánicos” de Salman R. Tampoco digo que sea mal libro, de hecho algunas partes me estaban interesando mucho, pero en general cuando llevaba un rato leyéndolo me producía somnolencia y no recordaba nada de lo leído… así que me tocaba retroceder hasta donde me sonaba. Mi record es llegar hasta la página 500, pero jamás lo terminé.
“El Silmarilion”: Tiene partes muy buenas… y otras tantas que se me hicieron de lo más inaguantables, un par de veces estuve a un tris de dropearlo.