El maravilloso mundo de las... citas!

Requisitos: cita proveniente de un libro que hayas leido.
Formato: Cita + Libro + Autor.
No se aceptan: ni citas sueltas, ni citas sin el formato indicado, ni tonterias varias.

B

Pero este sordo por obligación no puede no oír voces; lo que pasa es que resuenan en su imaginación. Al igual que el oyente radiofónico confiere un rostro a sus locutores predilectos, incluso y sobre todo si nunca los ha visto (cosa que le permite soñar mejor con estos rostros), el espectador de la película muda - perdón, de la película sorda - soñaba las voces de la película, cada uno las suyas. Garbo, en los tiempos del cine mudo, tenía tantas voces como le podían prestar, individualmente, sus admiradores. El cine hablado le ofreció una, la suya. Pues no cabe duda alguna de que el cine mudo sacaba ventaja de las voces soñadas, por el hecho mismo de sobreentenderlas.

(...) Si el cine hablado sigue pareciéndole a algunas personas muy vulgar en comparación con el mudo, es porque las voces reales que en él se oyen establecen un conflicto con las voces imaginarias que cada uno puede inventar a su antojo. Y ello muy a menudo provoca la misma decepción secreta o confesada y el mismo efecto de realismo grosero que el que a veces produce el descubrimiento, en televisión o en fotografía, de los rasgos de una actriz radiofónica cuyo aspecto físico se desconocía hasta ese momento (cosa que en la actualidad sucede pocas veces, pero que todavía era frecuente hace veinte años).

Michel Chion, "La voz en el cine"

"Pero si la presencia de un cuerpo no estructura el espacio que lo contiene, no existiría razón alguna para que se encontrara allí y de una determinada manera."

Christiane Sacco "Plaidoyer au Roide Prusse"

Mi pregunta es, un árbol cuando cae en una selva remota, ¿hace algún sonido? El viejo acertijo.

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krm

"Oí un disparo en la calle y comprendí que en el mundo todo iba bien. A los cinco minutos estaba dormido. Como todos los demás"

Bukowski, Pulp.

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B

"Tu pasado no es tu futuro"
Frase de Quim Valls promocionando su libro.

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Mr-Carradine

Definitivamente, me decía, no hay duda de que en nuestra sociedad el sexo representa un segundo sistema de diferenciación, con completa independencia del dinero, y se comporta como un sistema de diferenciación tan implacable, al menos, como este. Por otra parte, los efectos de ambos sistemas son estrictamente equivalentes. Igual que el liberalismo económico desenfrenado, y por motivos análogos, el liberalismo sexual produce fenómenos de empobrecimiento absoluto. Algunos hacen el amor todos los días, otros cinco o seis veces en su vida, o nunca. Algunos hacen el amor con docenas de mujeres, otros con ninguna. Es lo que se llama la «ley del mercado». En un sistema económico que prohíbe el despido libre, cada cual consigue, más o menos, encontrar su hueco. En un sistema sexual que prohíbe el adulterio, cada cual se las arregla, más o menos, para encontrar su compañero de cama. En un sistema económico perfectamente liberal, algunos acumulan considerables fortunas, otros se hunden en el paro y la miseria. En un sistema sexual perfectamente liberal, algunos tienen una vida erótica variada y excitante, otros se ven reducidos a la masturbación y a la soledad.

Michel Houellebecq - Ampliación del campo de batalla

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B

A medida que aumentaban los ataques, duplicándose después de cada noche, y la cepa del virus se propagaba exponencialmente, las noticias insistían en reducirlos a simples «disturbios». Equivalía a decir que una revolución era una protesta aislada.

Guillermo del Toro & Chuck Hogan - Oscura.

D

Hay almas superiores sobre la tierra, privilegiadas para el sentimiento y desconocidas de las almas vulgares: almas ricas de afectos, ricas de emociones... para las cuales están reservadas las pasiones terribles, las grandes virtudes, los inmensos pesares...

Gertrudis Gómez de Avellaneda - Sab

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Diegacho

No tengo muchas guardadas en el Kindle últimamente, pero dejo un par que me gustan especialmente:

Siempre he pensado que las posibilidades de descubrir lo que realmente pasa son tan absurdamente remotas que lo único que puede hacerse es decir: olvídalo y mantente ocupado.

La Guía del Autoestopista Galáctico, de Douglas Adams

[Refiriéndose al pez Babel] Pero es una coincidencia extrañamente improbable el hecho de que algo tan impresionantemente útil pueda haber evolucionado por pura casualidad, y algunos pensadores han decidido considerarlo como la prueba definitiva e irrefutable de la no existencia de Dios. Su argumento es más o menos el siguiente:
"Me niego a demostrar que existo", dice Dios, "porque la demostración anula la fe, y sin fe no soy nada."
"Pero", dice el hombre, "el pez Babel es una revelación brusca, ¿no es así? No puede haber evolucionado al azar. Demuestra que Vos existís, y por lo tanto, según vuestros propios argumentos, Vos no. Quod erat demonstrandum."
"¡Válgamen Dios!", dice Dios, "no había pensado en eso", y súbitamente desaparece en un soplo de lógica.

La Guía del Autoestopista Galáctico, de Douglas Adams

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arklam

Y entonces llegué yo con mis amigos, mis nuevos y mortíferos amigos que tanto empiezan a parecerse a mis viejos y mortíferos amigos. Llegamos tejiendo nuestro círculo mágico alrededor de nosotros y de todo lo que tocamos, una hebra venenosa tras otra, y ahora yaces aquí, a nuestros pies. El mundo se ha movido de nuevo, y esta vez, viejo amigo, eres tú quien se ha quedado atrás.
La Torre Oscura III. Las Tierras Baldías, de Stephen King.

lovebuzzz

El único libro que había en aquel ilustrado hogar era uno titulado Cocina fácil, que pertenecía a su madre. Una vez que lo hubo leído de cabo a rabo y se aprendió de memoria todas las recetas, decidió que quería algo más interesante.
-Papá -dijo-, ¿no podrías comprarme algún libro?
-¿Un libro? - preguntó él-. ¿Para qué quieres un maldito libro?
-Para leer, papá.
-¿Qué demonios tiene de malo la televisión? ¡Hemos comprado un precioso televisor de doce pulgadas y ahora vienes pidiendo un libro! Te estás echando a perder, hija...

Matilda, Roald Dahl.

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YaZzMaN

"A aquel que me odia, lo amo dos veces". Rafael Lechowski.

"Un hombre libre no sabe cuándo es lunes". Desconozco el autor.

#790 Sorry, andaba con prisas! <3

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B

"Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Venid hasta el borde.
No, que caeremos.
Se acercaron al borde.
Los empujó, y volaron."

Guillaume Apollinaire

Puede parecer una chorrada fuera de contexto pero en un libro sobre el cáncer justo arriba del título del capítulo "Amor y muerte" me pone los pelos de punta.

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B

#790 ¿De quién son? mira las normas y edita por favor

rackinck

“Los humanos están atrapados –en sus vidas, en sus pensamientos, en sus anhelos y ambiciones, en su avaricia y crueldad, y también en su bondad y generosidad- en una red entretejida de bien y de mal. Yo creo que ésta es nuestra única historia y que tiene lugar en todos los niveles del sentimiento y de la inteligencia [...] Un hombre, despues de barrer el polvo y las astillas de su vida, tiene que enfrentarse tan solo con estas duras y escuetas preguntas: ¿Fue mi vida mala o buena? ¿He hecho bien o mal? [.......] Cuando un hombre llega a las puertas de la muerte, no importa cuáles puedan haber sido sus talentos, su influencia y su genio, que si muere sin amor, su vida entera le parecerá un fracaso, y su muerte, un frío horror. Me parece que si estamos obligados a escoger entre dos lineas de pensamiento o de acción, sería bueno que pensásemos en nuestra muerte, y que, por lo tanto, nos esforzásemos en vivir de tal manera que nuestra muerte no le produjese ningún placer al mundo”

Al este del Edén, John Steinbeck

Y de regalo otra de Steinbeck, de De ratones y hombres, buenísima:

“- Tal vez - continuó suavemente Crooks-, tal vez comprenda ahora. Usted tiene a George. Sabe que va a volver. Pero suponga que no tuviera a nadie. Suponga que no pudiera ir al cuarto de los peones por ser negro. ¿Le gustaría? Suponga que tuviera que sentarse aquí y leer, y leer. Claro que podría jugar a las herraduras hasta el anochecer, pero después tendría que leer. Los libros no sirven. Un hombre necesita a alguien, alguien que esté cerca. Uno se vuelve loco si no tiene a nadie. No importa quién es el otro, con tal de que esté con uno. Le digo -gritó-, le digo que uno se te van solo que se pone enfermo.”

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frankeitor

"Yo solo soy yo cuando estoy solo"
Miguel Hernandez

"Formar parte de la sociedad es un fastidio, pero estar excluido de ella es una tragedia."
Oscar Wilde

"Ningún hombre puede usar un rostro para si mismo y otro para la multitud sin acabar confundido respecto a cual es el verdadero"
Nathaniel Hawthorne

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soulsville

"Como afirmó un teólogo cercano al papa: La crisis actual no es una crisis del capitalismo, sino una crisis de moralidad, insinuando con cautela que los manifestantes [Ocuppy Wall Street] debían culpar a la injusticia, a la codicia, el consumismo, etcétera, más que al capitalismo mismo. Podemos felicitar al teólogo por su sinceridad en la medida en que abiertamente formula la negación que implica la crítica moralizante: se apunta al ámibto moral para evitar formular una crítica al capitalismo. La circulación autopropulsada del capital sigue siendo más que nunca lo Real último de nuestras vidas, una bestia que, por definición, no puede ser controlada. Esto nos lleva a nuestra segunda prohibición: debemos rechazar la crítica simplista del capitalismo financiero (como si hubiera otra forma justa de capitalismo).
Pero tampoco debemos limitarnos a admirar la belleza sublime de las rebeliones destinadas al fracaso. La poesía del fracaso tienen su expresión más clara en la historia de Brecht sobre el señor Keuner: ¿En qué trabaja usted? -le preguntaron al señor Keuner, y él respondió- Hago grandes esfuerzos preparando mi próximo error. Sin embargo, esta variación sobre el viejo motivo beckettiano de fracasar mejor es insuficiente: en lo que deberíamos centrarnos es en los resultados que trae un fracaso. Para la izquierda hoy, el problema de la negación determinada ha vuelto clamando venganza. ¿Qué nuevo orden positivo debe reemplazar al viejo, una vez que el entusiasmo sublime de la rebelión se ha disipado? Es aquí cuando encontramos la debilidad fatal de las actuales protestas. Expresan una rabia auténtica que continúa siendo incapaz de transformarse incluso en un programa mínimo concreto de cambio sociopolítico. Expresan un espíritu de rebelión sin revolución."

El año que soñamos peligrosamente; Zizek.

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OutMyAshes

Estoy algo nostálgica hoy, así que toca fragmentito de libro de adolescencia;

“Con todo, jamás volveré a ser el mismo. A partir de mañana seré una persona distinta. Pero nadie de los que me rodean se dará cuenta de que he vuelto a Japón transformado en otro. Porque exteriormente nada habrá cambiado. No obstante, algo dentro de mí ha quedado reducido a cenizas, ha desaparecido. Ha corrido la sangre. Dentro de mí, alguien, algo, se irá. Con la mirada baja, sin una palabra. La puerta se abrirá, la puerta se cerrará. La luz se apagará. Para mí, tal como soy ahora, hoy es mi último día. Éste es mi último atardecer. Cuando amanezca, yo, tal como soy ahora, ya no estaré aquí. Una persona distinta habrá ocupado mi cuerpo.”

  • Haruki Murakami - Sputnik, mi amor
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holeshow

Toda la plaza, bajo la catedral, estaba llena de cascotes, y la gente, que había acudido como nosotros de todas partes, contemplaba asombrada aquel cuadro ejemplar, sin duda alguna monstruosamente fascinante, que para mí era una monstruosidad como belleza y no me producía ningún terror, de repente me enfrentaba con la absoluta brutalidad de la guerra, y al mismo tiempo me fascinaba esa monstruosidad, y me quedé contemplando durante unos minutos, sin decir palabra, aquel cuadro que todavía tenía el movimiento de la destrucción, y que formaban para mí la plaza con la catedral poco antes alcanzada y la cúpula salvajemente abierta, como algo poderoso e incomprensible. Entonces fuimos a donde iban todos los otros, a la Kaigasse, allí enfrente, que había quedado destruida casi por completo por las bombas. Durante largo tiempo estuvimos condenados a la inactividad, de pie ante los gigantescos montones de escombros humeantes, entre los cuales, según se decía, muchas personas, probablemente ya muertas, habían quedado sepultadas. Mirábamos los montones de escombros y a los que buscaban desesperadamente seres humanos en esos montones de escombros, y en ese instante vi todo el desamparo de los que pronto penetran sin transición en la guerra, al hombre completamente sometido y humillado que, de súbito, cobra conciencia de su desamparo y su falta de sentido. [… ] Pisé un objeto blando y, al mirar ese objeto, creí que se trataba de una mano de muñeca, y también mis compañeros de colegio creyeron que se trataba de una mano de muñeca, pero era una mano de niño arrancada de un niño. Sólo al mirar aquella mano de niño dejó de ser súbitamente ese primer bombardeo de mi ciudad por aviones americanos un hecho sensacional, que sumió en un estado febril al muchacho que yo era, para convertirse en una atroz intervención de la violencia y en una catástrofe.

El origen, Thomas Bernhard.

Durante muchos años, al despertarme cada mañana, había pensado que tenía que romper con el camino que me habían impuesto mis educadores como administradores, pero no tenía fuerzas para ello, durante muchos años tuve que recorrer ese camino a disgusto y con la mayor tensión mental y nerviosa, hasta que súbitamente tuve fuerzas para romper con el camino, para dar una vuelta del ciento por ciento, en la que yo era el que menos había creído, pero una vuelta así sólo es posible en el punto absolutamente más alto de esfuerzo afectivo e intelectual, en el momento en que hay que dar la vuelta o sólo queda matarse, cuando la resistencia contra todo que tiene un hombre como era yo entonces es la mayor resistencia, una resistencia mortal. En uno de esos instantes salvadores tenemos que existir simplemente contra todo o no existir ya, y yo tuve la fuerza de existir contra todo y fui, contra todo, a la oficina de empleo de la calle de la fábrica de gas. Mientras la máquina docente de la ciudad exigía ya otra vez sus víctimas absurdas, yo, al dar la vuelta en la Reichenhaller Strasse, me había sustraído a ella; en un instante no quise ser ya una de las miles y cientos de miles y millones de víctimas de la máquina docente y di la vuelta y dejé que el hijo del alto funcionario siguiera solo su camino.

El sótano, Thomas Bernhard.

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Insurgente

#797 me has recordado a:

“Los sábados por la tarde los he sentido siempre como un tiempo muy peligroso para todos, la insatisfacción consigo mismo y con todas y cada una de las cosas, y la repentina conciencia de haber sido realmente explotado durante toda la vida y de carecer de sentido producían ese estado de espíritu, en el que la mayoría caía con aterradora profundidad. La mayoría de los hombres están acostumbrados a su trabajo y a alguna clase de trabajo u ocupación regular; si les falta, pierden instantáneamente su contenido y su conciencia y no son más que un morboso estado de desesperación. Al individuo le pasa lo que a la mayoría. Piensan que se regeneran, pero en verdad se trata de un vacío, en el que se vuelven medio locos. Por eso todos tienen las tardes de los sábados las ideas más demenciales, y todo termina siempre insatisfactoriamente. Empiezan a desplazar armarios y cómodas, mesas y sillones y sus propias camas, cepillan sus vestidos en los balcones, se limpian los zapatos como si se hubieran vuelto locos, las mujeres se suben al borde de las ventanas y los hombres se van al sótano y levantan torbellinos de polvo con escobas de ramas. Familias enteras creen que tienen que poner orden y se precipitan sobre el contenido de sus alojamientos y lo trastornan y se trastornan con ello. O se echan y se ocupan de sus dolencias, huyen y se refugian en sus enfermedades, que son enfermedades permanentes, de las que se acuerdan al terminar su trabajo el sábado por la tarde. Los médicos lo saben, los sábados por la tarde hay más visitas que en cualquier otro momento. Cuando el trabajo se interrumpe, irrumpen las enfermedades, llegan de pronto los dolores, el famoso dolor de cabeza de los sábados, las palpitaciones de las tardes de los sábados, los desmayos, los arrebatos de ira. Durante toda la semana las enfermedades son contenidas, mitigadas por el trabajo e incluso por una simple ocupación, el sábado por la tarde se hacen sentir y el hombre pierde en seguida su equilibrio. Y cuando el que ha dejado de trabajar al mediodía, cobra conciencia poco después de su auténtica situación, que en cualquier caso es siempre sólo una situación sin esperanzas, sea él quien sea, sea lo que sea, esté donde esté, tiene que decirse que no es más que un hombre desgraciado, aunque pretenda lo contrario. Los pocos afortunados a los que el sábado no trastorna sólo confirman la regla. En el fondo, el sábado es un día temido, mucho más temido aún que el domingo, porque el sábado sabe todo el mundo que queda el domingo aún, y el domingo es el día más horrible, pero después del domingo viene el lunes, que es un día laborable, y eso hace soportable el domingo. El sábado es terrible, el domingo horrible, el lunes es un alivio. Todo lo demás es una afirmación malévola y estúpida. El sábado se prepara la tormenta, el domingo descarga, el lunes vuelve la calma. El hombre no ama la libertad, todo lo demás es mentira, no sabe qué hacer con la libertad, apenas es libre, se dedica a abrir cómodas de vestidos y ropa blanca, a ordenar viejos papeles, busca fotografías, documentos, cartas, va al jardín y escarba la tierra o anda totalmente sin sentido ni objeto en cualquier dirección, sea la que fuere, y lo llama paseo. Y cuando hay niños, se los utiliza para el famoso matar el tiempo, y se los excita y azota y abofetea, para que produzcan ese caos que, en verdad, es la salvación. Y qué hay por otra parte más terrible que un paseo de sábado por la tarde, como visita a parientes o conocidos, en el que se satisface la curiosidad y se destruyen las relaciones con esos parientes o conocidos. Y si la gente lee, se tortura en verdad con una pena que se impone a sí misma, y nada es más ridículo que el deporte, esa coartada favorita entre todas para la absoluta falta de sentido del individuo. El fin de semana es el homicidio de todo individuo y la muerte de toda familia. El sábado, después de terminar el trabajo, el individuo y, por consiguiente, todo el mundo está súbitamente solo por completo, porque en verdad y en realidad los hombres sólo conviven durante toda su vida con su trabajo, sólo tienen en verdad y en realidad su ocupación, y nada más. Nadie puede sustituir al trabajo de otro, cuando alguien pierde a un ser, aunque sea para él decisivo, el más importante para él, el más querido, no perece; cuando se le quita el trabajo y la ocupación, se extingue y, en poco tiempo, muere. Las enfermedades surgen cuando los hombres no están plenamente utilizados, están demasiado poco ocupados, no deberían quejarse de demasiadas ocupaciones sino de demasiado pocas; si se limitan las ocupaciones, las enfermedades se extienden, la infelicidad lo abarca todo cuando el trabajo y las ocupaciones se limitan. En esa medida, el trabajo, en sí sin sentido, tiene su sentido, su finalidad propia original. Los sábados por la tarde podía observarse primero el silencio característico de los sábados por la tarde, la calma que precede a la tormenta, de repente la gente se precipitaba a la calle, se habían acordado de sus parientes y conocidos o simplemente de la Naturaleza, de que había cine o una función de circo, o se refugiaban en los jardines y empezaban a escarbar. Pero hacían lo que hacían entonces, en cualquier caso y por toda clase de razones, sin ilusión. Es evidente que quien no se refugiaba en una actividad y creía poder pasar el tiempo sólo meditando y superar su estado mental amenazado y, muy a menudo, mortalmente peligroso, por medio de la meditación, se abandonaba rápidamente y, además, al ciento por ciento, a su desgracia personal. El sábado ha sido siempre el día de los suicidios, y quien ha frecuentado alguna vez durante cierto tiempo los tribunales sabe que el ochenta por ciento de los asesinados lo son en sábado. Durante toda la semana, todo lo que tiene que hacer a un hombre insatisfecho e infeliz, porque está tan concentrado en la insatisfacción y en la infelicidad, se encuentra contenido, pero el sábado, después de terminar el trabajo, su insatisfacción y su infelicidad están otra vez presentes y, de hecho, presentes cada vez con mayor brutalidad. Y todos intentan descargar los sábados en otro su insatisfacción y su infelicidad. La insatisfacción y la infelicidad se llevan después de terminar el trabajo a casa, donde al fin y al cabo no esperan más que insatisfacción e infelicidad, y se descargan en casa. Como consecuencia, los sábados por la tarde tienen, en todas partes donde hay hombres y donde se reúnen hombres, un efecto devastador. Cuando hay varios reunidos, como en las familias, no lo soportan, y tienen que producirse explosiones, y cuando alguien está totalmente solo consigo mismo y, por consiguiente, solitario y aislado, es también una situación terrible. Los sábados son los verdaderos homicidas del mundo, y los domingos hacen evidente ese hecho de la forma más insoportable, y los lunes aplazan otra vez la insatisfacción y la infelicidad toda la semana hasta el sábado siguiente, hasta el siguiente empeoramiento del estado mental.”

— Thomas Bernhard, El sótano.

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B

#800 Mira las normas anda

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Ornithos

Dejad de desvirtuar el hilo.

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2 comentarios moderados
B

#802 te he ocultado de buenas, si me vacilas te llevas punish. Tienes un hilo con un título parecido a los azucarillos del café para ese tipo de cosas. Aquí pones cita + autor o viendo la sobrada que te has marcado de yo lo pongo como quiero, te llevas punish.

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YaZzMaN

#808 Vale, me acabo de leer las normas.

Requisitos: cita proveniente de un libro que hayas leido.
Formato: Cita + Libro + Autor.

Empieza a moderar las citas que no son de un libro, o las citas en las que no hayan puesto de que libro son.

Y no es una sobrada es la realidad que tú me has "obligado" a ver.

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Mr-Carradine

#808 Qué pasa con esas citas que tienes encima?

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