La pasión por la burocracia basta para producirnos desaliento. Es como si deliberadamente hubiéramos de convertirnos en hombres que necesitan orden, y nada más que orden, que se inquietan y se acobardan si por un momento este orden se tambalea, y se quedan absolutamente inermes si se les sustrae de su total incorporación a él. El gran interrogante consiste en cómo oponernos a esta máquina a fin de conservar una porción de humanidad libre de este parcelamiento del alma, de este supremo dominio del estilo burocrático de vida.
Max Weber, Economía y Sociedad.
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De arriba a abajo de la escala, la ambición se despierta sin saber dónde encontrar el apoyo definitivo. Nada puede calmarla, cuando su meta está mucho más allá de su alcance. La realidad parece desvalorizada en comparación con los sueños y la imaginación febril. Surge una sed de novedades, placeres desconocidos, sensacione sin nombre, que pierden su sabor una vez conocidos. A partir de entonces se carece de fuerza para soportar el menor revés.
Émile Durkheim, El Suicidio.