#1244 Justo iba a decir esa. Lloré como una descosida y no recuerdo libro en mi vida que me haya hecho sentir tantísimo:
“Espero que pasaran esas ultimas horas a gusto. Espero que no las malgastaran en tareas tontas como encender el fuego o otrocear las verduras para la cena. Espero que cantaran juntos, como solian hacer. Espero que se retiraran a nuestro carromato y que pasasen un rato uno en los brazos del otro. Espero que despues se tumbaran lado a lado y hablasen en voz baja de cosas sin importancia. Espero que estuvieran juntos, amandose el uno al otro, asta que llego el final.
Es una esperanza pequeña, y en realidad absurda, porque de todas formas estan muertos.
Pero yo lo espero”
Y por supuesto la relación de mutua admiracion entre Abenthy y Kvothe... Estoy deseando que se vuelvan a ver..
Aunque lo que se me quedó grabado es esto:
"Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que «el tiempo todo lo cura» es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado. "
Por dios, va siendo hora de una cuarta lectura >.<