VII Concurso de Relatos - Momento Lectura

Es raro el escritor que sepa de verdad lo que ha escrito cuando lo plasma por primera vez en papel.[...] No sabrá nada de esto hasta que alguien más lo haya leído y se lo diga.

[...]Para esta labor es preferible que su lector experto no tenga una especial preparación literaria, puesto que de esta forma estará menos dispuesto a ofrecer diagnósticos - "la caracterización era débil"- o, el cielo nos asista, recetas - "necesitas recortar toda esta descripción". El lector que buscamos no se imagina ni por un momento que puede decirle cómo arreglar su historia. Todo lo que puede decir es cómo se siente al leerla.

Lo primero que he notado ha sido que el protagonista habla demasiado en voz alta para sí mismo. Dice lo que piensa en lugar de sencillamente pensarlo, lo que genera en él una personalidad un tanto extraña que no me ha gustado.

Esto sumado al torpe golpe que se da con la puerta al principio, me ha generado una situación algo cómica o patética, que no me ha encajado con el tono del relato.

La presentación de la escena del pasillo no me ha quedado clara en la primera lectura. Porque se dice que hay muy poca luz y que esta viene del otro lado del portón abierto que está tras él. Sin embargo, conforme se describe la situación parece que es capaz de ver perfectamente todo el pasillo, que se supone que es terriblemente largo, a pesar de la supuesta falta de visión que se comenta. Una vez que el portón se cierra y el protagonista se golpea en la puerta, se enciende una luz ¿qué es esa luz?

Tal y como se cuenta parece que alguien ha abierto una de las puertas y esa es la causa de la luz, sin embargo luego resulta que es un mostrador que está en la esquina del pasillo ¿el recepcionista ha encendido una lamparita o algo así?

Este último detalle puede ser una tontería pero sumado a lo anterior ha hecho que no tuviera claro el escenario.

Cuando comienza a seguir por las escaleras al ¿hombre? Con acento ruso, se supone que hay una oscuridad total ¿no? ¿y entonces como es capaz de ver por donde pisa?

De nuevo no me queda clara la situación ¿puede que el ruso encendiera al principio una lampara portatil o algo así y ahora la esté llevando con él mientras suben las escaleras en la penumbra?

Cuando han comenzado a subir las escaleras y le ha preguntado el ruso quien era, justo ahí el relato ha comenzado a mejorar, porque realmente ha sido ahí cuando ha empezado.

No has contado demasiado, tan solo las pocas preguntas que le hace el ruso a Millán por las escaleras, pero han sido suficiente como para que mi imaginación comenzara a hacerse preguntas ¿el ruso es un demonio? ¿Millán está muerto y eso es una parte del infierno? Creo que eso ha estado muy bien y me ha gustado.

No se si lo habrás hecho a propósito o ha sido mi imaginación al leer el relato, pero cuando el ruso comienza a caminar cada vez más despacio hasta pararse al tiempo que Millán comienza a dudar me ha dado la sensación que ha sido como si el ruso materializara los miedos del protagonista en su propio cansancio y la cadencia de los pasos. Yo lo he entendido así y me ha gustado ese detalle, porque de nuevo me ha dado la sensación de que ese ruso era una especie de demonio o algo así y podía ver en el interior del protagonista. Muy bueno.

Cuando se encuentran con el jefe al final del pasillo es cuando de nuevo el relato ha comenzado a flojear por una cosa: el escenario.

Yo he entendido que con quien va a hablar es con El Diablo o alguna personalidad demoníaca importante. Aunque lo de no verle las facciones al jefe me ha parecido correcto (se mantiene el misterio y el miedo), pero la situación me ha resultado algo "pobre", todos todavía en la escalera, y el protagonista todavía sin terminar de subir ni ver a su interlocutor. No me ha parecido algo impactante ni misterioso, tan solo raro y poco profesional. Digo esto último porque durante todo el escrito, el edificio donde entra el protagonista da una sensación de profesionalidad, de oficinas o algo así. Y sin embargo, su recepción con el jefe es de todo menos profesional, hablando en el rellano de la escalera cuando el "cliente" ni siquiera ha terminado de subir la escalera.

La transición al hospital ha sido algo brusca y no me ha terminado de gustar, pero no ha estado mal.

El último problema que le he visto es que deja muchas cosas sin responder: No me deja claro qué ha ofrecido exactamente Millán a cambio de la vida de su pareja, supongo que el alma porque es lo típico pero en ningún momento se nombra. Sí que se habla de las piernas como un "plus" a su ofrenda pero es todo. Además, no comentas cual es el objetivo de la ofrenda. En el resumen del relato se dice que es para salvar la vida a su pareja (supongo que será su pareja), pero en el relato en si mismo no queda claro salvo porque nombran a "la chica" en una parte muy concreta. Si no hubiera leído antes el resumen no me habría quedado nada claro.

Tampoco explicas el por qué el recepcionista tiene al principio acento ruso pero de repente deja de tenerlo. Creo que es algo importante porque se hace hincapié varias veces en su forma de hablar pero al final no se explica nada sobre ello, se queda en el aire.

En resumen, el relato ha sido un poco irregular. Ha tenido algunos momentos buenos que me han gustado y otros que creo que fallaban en la falta de explicaciones. Se pueden dejar caer algunas cosas o explicarlas a medias para que el lector se las imagine o comience a montarse sus propias teorías, como me ha pasado (y me ha gustado), pero en ocasiones te has excedido y directamente hay cosas que no quedan nada claras o que directamente no se explican.

El texto en general no me ha generado ningún sentimiento destacable. Sobre todo me ha generado cierta impaciencia y al final cierta decepción ¿por qué? Porque mientras leía estaba pensando "¡que pase algo ya!".

Personalmente, la trama en si misma no me ha resultado especialmente interesante (para gustos colores), además la pregunta inicial (¿consigue escribir algo que valga la pena?) no queda respondida. Lo que menos me ha gustado es que las ideas de relatos que se van viendo (las del amigo y las que el protagonista deshecha) tienen mayor interés que la historia que cuenta el propio relato. Esto tiene cierta culpa de que te pases todo el relato esperando un giro interesante o un relato que sea mucho mejor que los "deshechados" y cuando finalmente no ocurre, es cuando te sientes decepcionado.

Lo primero de todo, decir que mientras leía el relato estaba en el tren de camino a Madrid, con un señor a mi lado que no hacía más que mirar lo que estaba leyendo y ha sido bastante incómodo jajaja.

El protagonista al principio parece muy pardillo, cosa que no está mal; el problema es que se pasa casi todo el relato en esa actitud y llega un punto en el que se hace desesperante, porque se convierte en increíble. Esto hace que al principio empatices con él, pero en seguida pasas a criticarlo y a pensar "¿estás tonto?", cosa que no ayuda a meterse en la historia.

Algunas descripciones son un poco confusas y no sabes quien hace qué y tienes que leerlo dos veces para enterarte bien de la situación. Un ejemplo sería la escena en la que al mujer se sube a la escalera y el protagonista mira debajo de su falda. En la descripción no queda claro quien se sube y de hecho parece que es el chaval y tienes que seguir leyendo para darte cuenta de que era la mujer quien se había subido. Cuidado con estas cosas.

El giro de guión ha sido muy inesperado y gore. Sin embargo, no me ha gustado, porque al final este giro deja al relato sin ningún tipo de explicación sobre lo que en realidad ha pasado. Sencillamente elimina toda la trama y no la sustituye por nada, solo por una escena inconexa, que sacrifica toda la historia a cambio de tener un gran giro de guión. Es un “coitus interruptus”, nunca mejor dicho jajaja.

El relato adolece de pequeñas erratas que lo empañan, porque crean frases extrañar que saltan a la vista muy rápidamente y te hacen perder el hilo. Por ejemplo: “se fue a en una esquina”, “y la sangre de las orejas por o fuerte que se apretaba”, “la madre de ahora Paco ya adolescente”.

La idea de volver al primer párrafo no me ha terminado de gustar. Al principio parece algo de coña, como que no se sabía qué hacer con el texto y se ha puesto por obligación. Cuando el narrador rompe la cuarta pared queda forzado, no está del todo bien planteada y te saca totalmente del trágico relato.

Por otro lado, ese “ahora quiero que imagines” no es nada agradable al lector, porque imaginar es precisamente lo que ha estado haciendo durante la lectura de todo el relato, queda extraño y el aire imperativo de la petición es algo molesto: Está de más pedirle, a quien está leyendo la historia, que se imagine una escena, porque si está bien narrada, lo hará sin que se lo exijas.

Al principio del capítulo III, el relato pasa de hablar en pasado, a hacerlo en presente y de nuevo en pasado. No se si es una errata o si ha sido algo deliberado, pero queda raro y te saca de la lectura.

La historia como tal es muy buena. Hay escenas, como por ejemplo la parte en la que se entera del cáncer y llama a su ex, cuya carga emotiva está muy bien lograda. Sin embargo, el final, aunque es trágico, se vuelve totalmente previsible justo cuando el protagonista ayuda al conductor bebido a librarse del control y te describe con demasiado lujo de detalles el coche que lleva. En ese momento el lector ya anticipa totalmente lo que va a ocurrir y por tanto, al ser un hecho previsible, su dramatismo e impacto se diluye muchísimo.

La escena final, aunque bastante brusca, es correcta, pero no he podido evitar tener la sensación de que no tiene tanta carga emocional como debería. Queda algo anodina, quizá por lo rápida que es y sobre todo, por venir de otra más larga e impactante.

Pese a que el primer sueño no está mal, el relato no se pone realmente interesante hasta que Nora no les habla a sus amigos del sueño que ha tenido y de lo que sintió. Creo que ese momento tarda demasiado en llegar y hasta entonces no hay hilo conductor fuerte: como lector, piensas (erróneamente) que ella les va a explicar lo mismo que tu has ya has leído al principio y toda la espera se hace algo aburrida.

En relación a lo anterior, para el lector queda algo extraño que Nora les explique a sus amigos una versión diferente del sueño que antes ha sido explicado, pero no tiene importancia. El problema viene con el segundo sueño:

Este en general es mucho mejor que el primero, está más logrado y resulta muchísimo más tenso y perturbador. Pero se repite el mismo patrón del primero en tanto que se dan dos versiones del mismo sueño, la primera descripción y luego la segunda que cuenta lo que ha sentido Nora. Esto crea una sensación de artificio en el lector, se nota demasiado que es un recurso narrativo y este se da cuenta, sacándole un poco de la narración.

La escena final no me ha gustado, porque como lector me he sentido decepcionado: No se explica que le pasó a Nora ni por qué. Además, al resultar ser solo una historia de otro personaje pierder algo de fuerza, aunque lo peor es que no se explica quienes son los otros refugiados ni el por qué de los bombardeos ni el cuando. Tampoco se llega a entender la risa enloquecida final. Por tanto, la escena corta abruptamente el relato y solo aporta preguntas sin respuestas.

Al principio del relato, tantas figuras retoricas hacen que el lector no sepa qué es lo que está leyendo, no entiende absolutamente nada de lo que está pasando. Esto hace que dichas figuras literarias pierdan su función y se vuelvan molestas, ya que al final solo evocan confusión en quien las lee.

Algunas frases tienen una construcción demasiado extraña, que dan la sensación de pretender ser más “literarias” o “artísticas”, pero que tan solo llaman la atención por ser confusas. Por ejemplo, cuando el relato dice “[…] se dirigió al templo y subió las pesadas escaleras”. ¿como que pesadas escaleras? ¿a qué se refiere? Da la sensación de querer expresar que al personaje le cuesta mucho subir por las escaleras, pero como el adjetivo se lo pone a ellas, queda muy raro. ¿no sería más sencillo y efectivo poner “subió pesadamente las escaleras” o “subió con dificultad las escaleras”?

Por otro lado, hay descripciones imprecisas donde no sabes quien hace qué, como por ejemplo durante todo el párrafo donde el protagonista abre el libro por primera vez. El lector tiene que leerlo varias veces o seguir adelante para intentar descifrar qué ha pasado.

Justo tras terminar de leer el relato, solo he podido pensar que no lo he entendido, no he conseguido comprender qué estaba pasando. Durante todo el texto, hay escenas muy bien construidas e interesantes, atmósferas con personalidad, pequeñas metas que mantienen la atención del lector, además de interesantes preguntas por responder que van surgiendo con naturalidad. Brillante.

Sin embargo, al final, casi todas las preguntas quedan sin respuesta y la sensación general del relato es la de escenas espectaculares pero de conexión totalmente desconocida. Solo te quedas con la desagradable sensación de que, o no tienes la capacidad intelectual para entender una gran obra de ficción, o que esta tiene un envoltorio maravilloso pero no hay nada más dentro.

Me ha gustado el relato. Mantiene la tensión en todo momento, en tanto que va dosificando la información y la adereza con las referencias sexuales. Cuando el padre le ofrece dinero al protagonista, intuyes que este se la va a liar de alguna forma, pero sinceramente, no me esperaba que fuera a soltar de repente que se acuesta con la madre de su novia.

En ese momento he dejado de leer y he exclamado en silencio “¡ostias!”, mientras sonreía con una mezcla de diversión e incredulidad. Creo que si una escena provoca esa clase de reacción en el lector, es que está muy bien planteada y ejecutada.

Por otro lado, las descripciones, diálogos y en definitiva la forma de escribir, no ha destacado en ningún momento ni para bien ni para mal, cosa que me parece correcta: Es sencilla y ello permite que se siga la trama con naturalidad.

En definitiva, es una historia pequeñita, sin demasiadas pretensiones, pero muy bien construida y con un efectista giro final.

El relato parece más uno de los capítulos de una novela que la historia de un micro-relato. Es muy interesante toda la historia que tiene alrededor. Los giros de guión están muy bien planteados y las distintas metas muy bien creadas para que el lector no se aburra en ningún momento. Las descripciones y diálogos también son correctos.

Lo curioso del relato es que, pese a plantear muchas preguntas y dejar algunas sin respuesta, al terminarlo el lector no se siente decepcionado, porque las metas del relato se van cumpliendo y las preguntas principales se responden. Las que quedan en el aire tienen que ver con el “mundo” que rodea al relato y las pequeñas perlas de información que se han ido dando, siendo eso lo que da la sensación de que el argumento pertenece en realidad a una historia mayor.

Al final la sensación que deja al lector es: “si la historia fuera más larga, seguiría leyéndola a ver qué sucede a continuación, porque me esta gustando”.

Al poco de comenzar el relato, se produce la rotura de la 4ª pared de una forma muy brusca e innecesaria. Te saca totalmente del relato y no ofrece nada a cambio, siendo la explicación más razonable la de intentar cambiar el punto de vista de la narración. ¿no habría sido mejor escribir todo el relato en 1ª persona desde el principio y ya está?

El niño, a pesar de tener supuestamente 14 años, en varias ocasiones tiene pensamientos de adulto. Esto hace que el lector no empatice con David e incluso resulte algo “repelente”.

La historia no tiene un buen cierre, porque no se llega a responder a ninguna pregunta planteada, se queda a medias. De hecho toda la carga del relato está en la escena del banco del parque, que no ha estado nada mal; pero tras ella, la historia no avanza, sencillamente se corta.

Los tiempos de la historia también quedan raros, ya que el relato del libro a penas avanza, y sin embargo, da la sensación de que David lleva horas leyendo.

Además, también resulta poco creíble que al protagonista le haya marcado tanto un texto que a penas ha comenzado a leer, y la casualidad del parque y su amigo no parece justificación suficiente.

Por otro lado, el misterio del libro, que es de lo que al final trata la historia, comienza de verdad en los últimos compases de la narración, cuando en la biblioteca no lo encuentran y cuando se deja caer que el paquete recibido puede tener algo que ver con él. Pero como digo, no se cuenta nada más, porque ahí termina el relato, cuando la historia que pretende contar acaba de empezar.

El comienzo del relato se ha hecho un tanto lento, ha tardado quizá demasiado en presentar la historia. Una vez comienza, que sería cuando entra en la consulta de la doctora, cobra bastante interés. Todo tiene un aire sórdido y crudo que le da un tono bastante realista.

Desgraciadamente, el relato comienza a desplomarse cuando Ángel acaba su relato. Todo sucede demasiado deprisa y llega a ser incongruente.

Suena muy poco creíble que la psicóloga se quede tan absorta e impactada con la historia de su paciente, que en definitiva es tan solo es la narración de la despedida de uno de sus amigos. Por su comportamiento, parece una doctora experimentada y por tanto seguro que ha escuchado cosas mucho peores, por lo que no tiene demasiado sentido que le afecte tanto la sencilla historia que se cuenta.

Pero sobre todo es incongruente y nada creíble la reacción de Ángel al contar su relato a la doctora: Desde el principio, a este personaje se le presenta como alguien antipático, exasperarte, que ya ha pasado por varios doctores antes y que ahora solo quiere pasar el trámite de la visita de la doctora y largarse con sus papeles.

Sin embargo, tan solo con un rato de sesión, con solo contar un fragmento de su historia, queda tan conmocionado que no solo se “cura”, sino que además se toma la molestia de escribirle una sentida nota de agradecimiento a la doctora que acaba de conocer. Ese cambio de actitud en el personaje es demasiado milagroso y no encaja nada con toda la presentación anterior, no me lo he creído.

La escena de Juan agrediendo a su risueña e inexperta doctora ha sido bastante impactante y me ha tenido en tensión todo el rato que ha durado, ha estado muy bien.

En cuanto al final, cuando la doctora va al baño esperando un aborto, sinceramente no lo he entendido. Cuando el relato decía que había dado a luz una amapola, no sabía si estaba hablando figuradamente para referirse a un bebé o si la descripción era literal, como si fuera la mandrágora de El Laberinto del Fauno.

De todas formas, de todas las posibilidades que tenía en mi mente sobre qué había ocurrido en esa escena, ninguna de ellas me ha gustado, porque no he terminado de entender qué tiene que ver cualquiera de esos finales con toda la historia antes contada.

No he entendido el conjunto del relato. Al comenzar, este se hace algo lento porque tarda mucho en montar la relación entre los dos hombres, sin embargo, una vez lo hace plantea una serie de preguntas que parecen interesantes, aunque las continuas disertaciones filosóficas se llegan a hacer algo pesadas, porque requieren la continua atención e interpretación del lector. El problema es que, cuando llega el final del relato, no se explica absolutamente nada de la relación de los dos hombres ni el por qué del oculto odio de su pupilo.

Durante todo el escrito, se hace referencia continuamente a un suceso que es el centro de la historia y que ha marcado la vida de ambas personas, todas las preguntas están supeditadas a ese acontecimiento pasado. Como constantemente se habla de lo que sucedió, esto genera gran interés en el lector, porque espera que todo cobre sentido con la revelación de lo que ocurrió. Sin embargo, ese momento no llega. El relato sencillamente se acaba y te quedas con la sensación de que no has entendido nada.

Cuando Artem va a entrar en la habitación, tras el combate, la descripción de la situación se vuelve confusa y no tienes clara la posición del guerrero en el espacio. Por tanto, esa parte se hace difícil de seguir.

El final del relato con queda claro ¿la sombra es Artem? A causa de la confusa descripción que he mencionado antes, no es posible saberlo. Si no es el guerrero ¿quien o qué es esa sombra? De todas formas, sea quien sea ¿con quien habla? ¿por qué lleva a cabo esos viajes “vitales”? Son demasiadas preguntas sin respuesta.

El relato parece un capítulo de una obra de ficción más grande. Esto no tendría porqué ser malo si no fuera por el confuso final, que como digo, todo él genera preguntas en en lector y ninguna respuesta.

Con respecto al protagonista, Artem, queda algo extraño que alguien con tantas batallas y experiencias a sus espaldas, sienta tantos temores durante todo el relato. Está bien que se muestre su parte más “débil” o humana, porque ayuda a empatizar con él, lo aleja del héroe perfecto por el que solo se siente desidia. Pero las descripciones de esos sentimientos dan la sensación de ser demasiado intensos y eso genera cierta incongruencia en el personaje.

El relato está bien construido en tanto que, aunque debería haber sido predecible, el final que crea un circulo vicioso de entrega de paquetes y repite el primer párrafo, no lo he visto venir, me ha pillado por sorpresa.

El problema es que no hay nada más en el texto. Es decir, todo él está pensado para crear esa cadena infinita de paquetes entregados, pero no explica nada más sobre ello. Mientras lees, llegas a la conclusión de que debe haber algún tipo de elemento sobrenatural en la procedencia de dicho objeto ya que es realmente extraño que pueda ser entregado varias veces a la misma persona si esta se niega a colaborar, incluyendo una amenaza y también que pueda aparecer en su casa.

Sin embargo, al final no se explica nada sobre su procedencia mas allá del círculo vicioso y tampoco si sus amenazas pueden materializarse ni de qué modo. Todo son preguntas y hay pocas respuestas. Da la sensación de que el escritor tampoco las sabe y que relato tan solo pretende contar la sorpresa del giro final, y ello puede saber a poco para el lector.

Buenísimo relato, me ha gustado mucho. Todas las escenas están muy bien construidas y los personajes están bien planteados. Tiene constantes metas y giros de guión que mantienen en todo momento la atención del lector, que a pesar de no saber a dónde conduce el relato, sigue devorando el texto preguntándose qué pasará a continuación.

Conforme avanza el relato, se generan preguntas constantes y poco a poco se van resolviendo, incluso algunas que parecían fallos de guión, se responden de forma perfecta. La explicación de la doctora ha sido estupenda en tanto que daba un sentido complejo y profundo a la escena del piso. La guinda ha sido el final del relato, completamente inesperado y aun así, encajando a la perfección en todo el conjunto y dando un nuevo sentido a toda la historia sin dejar cabos sueltos.

La única pega que puedo encontrarle al relato son las excesivas y complejas figuras retóricas que pueblan todo el texto hasta para describir pequeñas cosas. Al principio resultan curiosas pero rápidamente se vuelven cansinas y distraen la atención de la historia principal, porque la cortan demasiado tiempo. Como se suele decir, a veces “menos es más”.

La historia está bien contada en cuanto a su estructura, sus descripciones, etc. No notas nada raro que te distraiga de seguir avanzando en el relato. El personaje de Ury se vuelve cada vez más interesante conforme se describe su vida y sus aventuras.

La mejor parte del relato es sin duda el “duelo de espadas” con su madre y la tragedia que trae consigo. Ha sido una parte muy intensa, triste y emotiva. Está muy bien ejecutada y hace que el lector empatice rápidamente con el dolor, culpabilidad y desazón del niño.

También está muy bien el cambio que se produce en el objetivo del protagonista y en la actitud de la gente hacia él: pasa de ser alguien cuyo objetivo es buscar la enfermedad y es admirado por ello, a ser alguien cuyo objetivo es “curar” su alma y por ello es tratado ahora como un loco. Esto encaja muy bien con el devenir de la historia y le añade profundidad a la personalidad del protagonista y lo que le rodea.

El problema del relato es que genera muchas expectativas sobre el final, sobre qué será la estancia de piedra, qué contendrá la caja y qué hará que Ury pueda curar el terrible dolor de su alma por la trágica muerte de su querida madre. Esta expectación no se ve en absoluto saciada con el final, que parece resumirse en una milagrosa e inexplicable curación, más fruto de la magia que de algo con sentido propio; empañando mucho la experiencia de la lectura en su conjunto.

Aunque la historia está bien escrita en tanto que las descripciones y el ritmo son buenos, las sensaciones que te quedan tras leerlo son aburrimiento e incomprensión.

Aburrimiento porque en ningún momento empatizas con el personaje ni con la historia. O quizá sí, porque desde el principio el protagonista transmite su hastío y aburrimiento, es el único sentimiento de verdad patente en él, así que el lector va leyendo con la misma sensación. Las distintas historias que va contando el relato se vuelven pesadas y sientes que este no ha comenzado: no hay metas, ni objetivo, ni giros de guión, nada. Solo un relato detrás de otro filtrado con la óptica del aburrimiento del protagonista que también siente el lector.

Incomprensión en tanto que ni el principio ni el final tienen explicación alguna. En la escena inicial parece que el protagonista ha salido airoso de un secuestro o algo así, y durante toda la historia esperas que llegue el momento de explicar qué ha pasado exactamente y que todo cobre sentido. El resto del relato se convierte en una especie de “trámite” hasta conseguir nueva información sobre lo sucedido, porque esperas que ello vertebre el inconexo y aburrido relato.

Sin embargo, llega el final, de nuevo con el helado del inicio, y no entiendes nada. La última frase del relato, es incomprensible, demasiado rebuscada y no sabes qué ha querido decir. Tienes la sensación de que te has perdido algo importante y no sabes qué es aunque leas la frase varias veces. Por tanto, después de toda la lectura, no entiendes qué quería decir el autor ni de qué trataba el relato.

Parece un capítulo de una historia más grande de sci-fi y el universo que plantea es interesante. Durante todo el relato, el ritmo es vertiginoso e invita a seguir leyendo a ver si consiguen o no salvar a su compañera y derrotar al monstruo mecánico.

La historia del protagonista es sencilla, pero está bien distribuida para ofrecer pequeñas perlas de información. Pese a que en realidad el relato deja muchas preguntas sin responder, todas ellas tienen que ver con el universo que hay alrededor del relato en sí mismo, y las cuestiones centrales que trata la historia quedan respondidas.

Quizá el problema que tiene el relato, es que peca de sencillez. Como he comentado antes, parece un capítulo acción sacado de una historia mucho más grande de sci-fi. Por ello, como historia individual es poco ambiciosa, pero como parte de una historia mayor, invita a seguir leyendo las aventuras y desventuras del cuarteto (ahora trío) protagonista y el futuro de Pastor. Así como el poder e intenciones de “la organización”.

El texto parece el capítulo de una historia de fantasía más grande, donde se cuentan las aventuras y desventuras del Taumaturgo. Ni las descripciones ni las situaciones tienen ningún error destacable.

El problema del escrito es que tras leerlo no te causa ninguna sensación en especial. La meta del protagonista es ir pasando las pruebas, donde se cuenta poco sobre él, aunque de forma intensa y convincente que ayuda a empatizar.

Cada reto superado anima al lector a seguir leyendo, pero cuando llega el final, cuando se encuentra al joven que le habla, pese a que sus palabras indican lo que debería ser un momento solemne y trascendental, el lector se queda indiferente ¿por qué? Porque en realidad es ajeno a lo que ha sucedido. Se intuye que ese final es el resultado de una gran epopeya, pero como se sabe poco de lo que ha pasado antes, la escena esta descontextualizada y al lector no le causa ningún impacto emocional destacable.

El relato plantea una utopía muy interesante cuyas descripciones constantemente te hacen pensar que en realidad se trata de una distopía. La selección de los Elegidos, lo perfectamente planteada que está toda la sociedad, los espacios dimensionales, etc, general un entorno enorme que llena de expectativas al lector.

El problema es que, aunque el escrito está lleno de pequeñas metas, al principio se destaca la misión de los elegidos con respecto a la raza humana y esta se convierte en la principal y más interesante de todo el relato. Aunque el lector está entretenido con las otras pequeñas metas y no pierde la atención, está esperando ver qué sucederá durante la misión y si necesitarán o no a Xavier, así como su comportamiento cuando llegue el momento.

Sin embargo, esta meta final que espera el lector no llega, el relato se termina durante el primer día de clase en la academia, cuando conoce a la que supuestamente será su gran amor. El detalle final de que llegado el momento tendrá que matarla por el bien de la humanidad, aunque es muy interesante, sigue sin suplir lo suficiente las expectativas insatisfechas del lector, además de añadir más preguntas sin respuesta.

Lo bueno es que el relato es lo suficientemente interesante como para que quien lo lea, quiera saber qué sucede a continuación, lo malo es que al ser un mini-relato, no puede saberse lo que pasará y por tanto, no funciona como historia autocontenida.

Al principio el relato ha sido muy difícil de leer. Las continuas palabras poco usuales así como algunas figuras retóricas innecesariamente recargadas, provocan que se tengan que leer varias veces o directamente utilizar el diccionario para ver qué significan algunas palabras. De esta forma, hace que el lector sienta que no tiene el nivel suficiente como para leer ese texto, lo cual es una sensación tremendamente desagradable.

Lo peor es que todo esto te saca constantemente del relato, una y otra vez, lo cual se hace muy molesto y evita que puedas meterte adecuadamente en la historia, teniendo que hacer un gran esfuerzo para ello. Aunque también es cierto que conforme avanzaba la historia esta situación iba mejorando y se hacía mucho más sencillo leerlo.

En cuanto a la trama en si, las escenas de “terror” están MUY bien conseguidas y transmiten perfectamente angustia, desconcierto y miedo. El problema es que durante la mayor parte de él, no sabes de qué trata el texto, desconoces las motivaciones del personaje y su personalidad, lo cual hace que no empatices con él, ni sabes cuales son sus metas, con lo que te pasas toda la lectura buscando impacientemente algo que de sentido a lo que estás leyendo, a llegar a alguna parte donde la historia comience o de sentido a lo que ha ocurrido hasta entonces.

El final, cuando los dos doctores agarran al paciente para evitar que, en su locura, siga haciendo daño a la mujer, no es sorpresivo, sino que se va volviendo previsible conforme avanza el relato. No sabría decir si es algo intencionado por parte del autor o si es un defecto de la obra y se pretendía sorprender.

Lo malo es que, mas allá de constatar que el protagonista no está en su sano juicio, el final hace que todo el relato quede “vacío”, en tanto que la respuesta final a la impaciencia por saber de qué trata el relato, se torna insuficiente.

El relato es desgarrador, corto pero muy intenso. Cuando el hombre llega, parece que el relato va a pretender que el lector lo odie de forma forzada, artificial, por lo que es y no por lo que hace, pero lo cierto es que este odio, aparece rápidamente y se interioriza en seguida. La empatía con la protagonista también está muy bien lograda, sobre todo cuando tiene que satisfacer sexualmente al hombre. Transmite muy bien el asco y el tremendo sacrificio que debe hacer Judith.

Al principio, parece que el relato trata sobre una mujer y su marido rico y maltratador. De hecho, cuando habla de la madre de Judith, piensas que está metiéndose con su suegra tan solo por hacerle daño a la mujer.

El desenlace es brillante. Con tan solo una palabra, consigue cambiar todo el significado a la narración y a la relación de los personajes, haciendo que la situación sea todavía más repulsiva y terrible. Además, este final es totalmente inesperado, transmitiendo violentamente toda la nueva información y dejando al lector paralizado.

En definitiva, es una historia pequeñita, muy intensa y con un final espectacular por su también aparente sencillez, pero que encierra unas consecuencias enormes para toda la narración.