HASTA LUEGO
No os voy a engañar, no es mi primer intento escribiendo esta carta. Se me estaba atragantando más de lo que tenía previsto. Spoiler: tras haberla finalizado, la he vuelto a escribir de nuevo: David, eres testigo.
He pasado casi una década ligando mi vida a este club, a Giants, y, hasta hace muy poco, no era capaz de imaginarme una vida sin él. De hecho, a medida que escribo, me cuesta imaginarme un día sin Giants en mi vida.
Al igual que todas las personas que han formado parte de esta locura azul, son muchos los momentos vividos y que siempre recordaré. Mucho lo aprendido y mucho que agradecer. De hecho, me voy sintiéndome en deuda con la gente que ha estado conmigo tantos años, y espero algún día poder recompensarles.
He podido conocer a gente maravillosa, crear relaciones personales y profesionales de una tremenda calidad y, quiero pensar también, he podido servir de ayuda para que otras personas mostrasen todo su potencial.
Siempre me ha movido el poder tener un impacto positivo en los demás y ayudarles a conseguir sus objetivos, su felicidad. Pienso que una de las mejores cosas que podemos hacer como seres que vivimos en sociedad es, precisamente, tratar de mejorar nuestro entorno. Construir, no destruir. Aportar, no restar. Eso implica dar sin esperar nada a cambio más que inspirar a los demás a actuar de esa manera. Seguramente sea un idealista con muchos pájaros en la cabeza, pero es lo que hay y no me arrepiento de ello. Soy un tío raro.
También he querido siempre aprender, crecer, mejorar como persona y como profesional para ver hasta dónde puedo dar de mí. Me considero curioso por naturaleza, y eso no siempre se ve bien; se malinterpreta. Andar cuestionando lo que se hace se suele interpretar como un gesto de egocentrismo, como un intento de demostración de “superioridad”, cuando la realidad es que lo que siempre he buscado ha sido una forma mejor de hacer las cosas, obteniendo mejores resultados, sin buscar reconocimiento o una medalla por ello.
El crecimiento de Giants ha sido, cuanto menos, vertiginoso (Y lo que viene, ya no sé ni cómo calificarlo).
Hace cuatro años llegué a Torremolinos como un crío que tenía mucho que aprender, y vaya si aprendí. Tuve los mejores mentores que pude tener, y el mejor respaldo que se podía desear. Ellos me permitieron aprender del mejor maestro: el error. No ha habido ni una sola equivocación de la que no haya aprendido, y me haya ayudado a ser mejor. Y escuchad, no todo el mundo está dispuesto a tolerar que los demás se equivoquen y a ser pacientes con ellos. He sido un privilegiado a todos los efectos, y lo he seguido siendo hasta el momento de publicar esta carta. Hace cuatro años me brindaron una oportunidad envuelta en papel de reto, y eso sin duda alguna no se puede llamar de otra forma que regalo.
Vine a Málaga sin conocer a nadie, dejando todo atrás, y hoy me voy dejando atrás una familia que sé que estará ahí cuando lo necesite siempre. Una familia siempre está para ayudarte, apoyarte e inspirarte cuando lo necesitas, y eso es justamente lo que a mi me han dado. Esto no tiene precio, y esto es lo que realmente significa Giants. Giants no son los títulos, no son las victorias, ni las derrotas; Giants es la gente que está ahí, para los demás, cuando lo necesitan. Giants es que tu compañero te pille un AVE turístico con 41 millones de paradas entre Málaga y Madrid, y también es que tu jefe te ayude a mover cosas en el coche cuando te mudas por primera vez en Málaga. Es pegarte 48h sin dormir para cerrar un equipo a tiempo que luego saldría campeón y también lanzar un peluche del mojón de WhatsApp a la cara de alguien que está concentrado en editar un vídeo y que no se lo tome a mal. Giants es ir a la tienda y traer cuarenta kilos de chucherías para todos y también es que nadie sepa cómo se han acabado los crujientitos si comprasteis la caja ayer. También es poner la música de Alf cuando entra un compañero y sugestionar al resto para que piensen que ese compañero es el verdadero Alf. He puesto muchos ejemplos, pero aun así es difícil describir Giants en su totalidad.
Para formar parte de Giants hay que tener algo especial. No basta con dar el cien por cien. Para formar parte de Giants debes ser capaz de, sin esfuerzo, dar más que los demás y no esperar nada a cambio. Hace falta ponerle no sólo tu corazón, sino tu alma. Y hacerlo no por el dinero ni por el éxito, sino por la gente con la que trabajas. Haces lo que haces por la persona que se sienta a tu lado o hablas por el teléfono, no por otra cosa, y lo haces sin darte cuenta, simplemente porque te sale de dentro.
Eso crea un vínculo que trasciende la vida laboral, y por eso digo que dejo Giants atrás pero no a mi familia.
Hace poco menos de dos meses empecé a cuestionarme a mí mismo y mi papel en el club. ¿Estaba haciendo todo lo que realmente creía que podía hacer? Me vi a mí mismo estancado, incapaz de avanzar o de mejorar, sin inspiración. Llegué a la conclusión de que, para aprender, para crecer, necesitaba un cambio profundo. Empezar de cero, prácticamente. De esa manera podría tener el nivel de impacto positivo en los demás que quería tener.
Primero intenté cambiar dentro del club, pero cuando vi que no era capaz de mantener mi esfuerzo inicial en el nivel que consideraba adecuado, fui consciente de que algo más fallaba. ¿Era el club? ¿O era yo?
Ahí fui consciente de que algo fallaba y que no podían ser los demás.
Después de mucho meditar, llegué a la conclusión de que el problema residía en mi, y descubrí cuál no sólo el origen sino la única solución que se me ocurrió en ese momento: empezar de cero en otra ciudad, en otro ambiente. En Málaga tengo una vida demasiado cómoda, predecible, un puesto de trabajo estable y la confianza de la gente que me rodea, y eso me ha creado un estado de confort que me impide crecer. Estaba siendo víctima de mi mismo.
Conociéndome, sé que cualquier otra cosa que no fuese un cambio radical no funcionaría en mi. Siempre encontraría la forma de volver a lo cómodo. Así que decidí enfocar mi futuro lejos de donde estaba. El tiempo dirá si ha sido la decisión correcta, pero en este momento pienso que es bueno para mi y bueno para el club.
He decidido irme para salir de mi zona de confort y para crecer. Para el día de mañana poder decir que soy mejor de lo que es la persona que escribe estas palabras. Pero, eh, como dice Terminator: Volveré.
Acabo dando las gracias.
A José y Virginia todo lo que han hecho y dado por mí. Nadie hace lo que ellos han hecho por mi si no lo consideras parte de tu familia.
A mis, hasta ayer, compañeros: Rubén, David, Fernando, Caste, Lisardo, Ángel, Stannis, Guillermo y Andrés, por su amistad y lealtad durante todo este tiempo.
A todos los compañeros, staff, jugadores y colaboradores con los que he tenido el verdadero privilegio de haber trabajado a lo largo de esta década, por su implicación, compromiso, lealtad, esfuerzo y, en muchos casos, amistad.
También a todos los partners, patrocinadores, ligas y diferentes empresas del sector con las que he tenido el placer de colaborar.
También quiero dar gracias a la afición de Giants por haber apoyado y por apoyar a un proyecto que empezó como una idea, como un concepto, y que se ha convertido en lo que es gracias a la gente que le brinda su confianza.
Por último, gracias a quien haya llegado hasta aquí leyendo, que no me olvido de vosotros ni de “la chapa que os he dao”.
Afronto el futuro feliz, ilusionado, con ganas y la determinación de mejorarme y superarme a mi mismo, sin miedo a los desafíos u obstáculos que se me puedan presentar, que sé que son muchos. No sé lo que me depara el mañana, pero estoy seguro de que podré con ello.
Y si no, a unas malas, seguiré haciendo memes.
Eternamente agradecido,
Germán.
@Sparty , se te echará de menos.