El mes pasado estuvimos en Londres en la presentación del segundo juego publicado por Trion Worlds después del éxito de Rift. En el lujoso hotel W de Leicester Square pudimos probar End of Nations y hablar con algunos de sus creadores.
Aunque aún queda un tiempo para que se abra al público, si os pica la curiosidad ya podéis apuntaros a la beta.
End of Nations es la úlima criatura de Petroglyph, una compañía formada por los renegados de Westwood y que tiene en plantilla a muchos de los responsables de Dune II, Command and Conquer y Age of Empires, entre otros.
Con esas credenciales no es difícil imaginar que se trata de un juego de estrategia: uno que va un poco más allá y que ellos definen como un MMORTS. Pero que nadie se espere un RTS a la antigua usanza, con economía, construcción y miles de clics por segundo, porque estamos ante un título que gira en torno al juego en equipo y a las decisiones antes de la partida.
Si tuviésemos que establecer un paralelismo, podríamos decir que End of Nations es un World in Conflict llevado al extremo, con más unidades, más posibilidades de personalización, más modos de juego y con batallas masivas de hasta 56 jugadores manejando cientos de unidades en pantalla.
Además, las dos facciones tendrán que controlar el mapa del mundo, luchando continuamente por los puntos clave para conquistar territorio.
Free to play
End of Nations será gratuito pero Trion promete que será muy justo y pagar no dará ninguna ventaja, aparte de fardar con skins más chulas que las de nuestros adversarios.
Los dos recursos que nos permitirán desbloquear el contenido serán la experiencia y el dinero, y ambos se podrán conseguir invirtiendo tiempo. Por supuesto, podremos comprar boosts de experiencia para avanzar más rápido, pero en ningún caso tendremos un juego capado si decidimos no pagar un duro.
Un poco para todos
Uno de los puntos fuertes de End of Nations es la gran cantidad de modos de juego que tendrá. ¿Que no nos apetece pegarnos contra otra gente? Podemos jugar solos. ¿Que queremos relajarnos un rato con unos amigos? Tendremos mapas cooperativos.
Por ejemplo, uno de los modos de juego más curiosos que pudimos probar es el 1 vs. 1 indirecto, en el que nos enfrentaremos a otro jugador, teniendo que controlar puntos y aguantar las embestidas de la IA. La peculiaridad es que solo hay un punto en el centro del mapa por el que nos pegaremos contra el otro humano y que al controlarlo nos permitirá putear al adversario lanzándole EMP y bombas en su base.
Por supuesto, no faltarán los modos competitivos, con especial énfasis en los que enfrentarán a manadas de una facción contra la otra.
Realmente masivo
Al final de la tarde, tuvimos la oportunidad de probar un adelanto de lo que serán las batallas grandes en el juego con un mapa de 12 contra 12.
Con tanta gente, el juego divide los equipos automáticamente en escuadras de cuatro jugadores para facilitar la comunicación y para evitar el spam de las habilidades más potentes, ya que tendremos que tener la visión de nuestra escuadra para poder lanzarlas.
La sensación cuando estás dentro es la de estar dentro de una auténtica guerra. Es difícil hacer grandes jugadas, así que hay que estar coordinándose sin parar para contrarrestar al enemigo e ir avanzando poco a poco hacia su base.
La partida nos dejó con un muy buen sabor de boca y con muchas ganas la locura que pueden ser con 56 jugadores a la vez.
¿El próximo bombazo?
Todavía quedan unos meses antes de que salga y Petroglyph tendrá que pulir la jugabilidad, pero End of Nations lo tiene todo para ser el próximo gran éxito de los juegos F2P. Gratis, accesible, con mapas para todo tipo de jugadores y con un sistema que fomenta la cooperación por encima todo.