El Ford Fusion Hybrid es una berlina híbrida de cuatro puertas realizada sobre la base del Ford Fusion, el equivalente estadounidense al Mondeo. El equipo de marketing de la firma del óvalo ha dejado bien claro que su vehículo es uno de los más eficientes de su categoría, con una autonomía estimada de 1.127 kilómetros. Su esquema de propulsión es del tipo tradicional, un motor de gasolina acoplado a otro eléctrico, cuyas baterías de níquel se recargan sobre la marcha por el motor de combustión interna.
Este es un 2.5 litros de cuatro cilindros en línea y ciclo Atkinson, desarrolla 156 CV y un par máximo de 184 Nm. El motor eléctrico entrega 35 CV y un par máximo de 225 Nm. La potencia combinada es de 191 CV, asociados a un jugoso par máximo de 411 Nm. El consumo homologado en ciudad por el Fusion Hybrid es de sólamente 5.74 l/100 km, mientras que esa cifra aumenta hasta los 6.53 l/100 km en autopista. Sus prestaciones son muy correctas, sólo emplea 8.7 segundos para acelerar hasta los 96 km/h.
Ford quería demostrar al mundo que ninguna otra berlina híbrida puede batir a su excelente Fusion. Para ello se plantearon el objetivo de recorrer 1.000 millas – unos 1.609 kilómetros – sin parar a repostar. Para asegurarse de que la prueba fuese completamente fiable el coche no fue modificado, es una unidad anónima de concesionario.
Los encargados de conducirlo fueron Carl Edwards – un campeón de la NASCAR que emplea en carrera la conducción eficiente en la medida de lo posible – y Wayne Gerdes, un hypermiler fanático de los consumos reducidos de combustible. El equipo condujo durante nada menos que 69 horas seguidas una ruta prefijada alrededor de Washington DC que incluía circunvalaciones y ciudad. Cuando la gasolina del tanque se agotó el Fusion había recorrido nada menos que 1.445,7 millas, unos impresionantes 2.325 km.
El consumo medio de combustible fue de 2.89 l/100 km.