El semanario británico NME anda estos días revuelto. La razón es el altercado que, al parecer, se produjo el pasado fin de semana en el Summercase de Barcelona entre el cantante de los Sex Pistols, John Lydon, y el de Bloc Party, Kele Okereke. Qué jugoso, amigos.
El vocalista de Bloc Party ha declarado a la revista que el viejo Lydon le propinó un puñetazo por motivos racistas. Según Okereke, que había acudido a la cita para tocar las maracas con Kaiser Chiefs, él sólo se dirigió a Lydon en el backstage para sugerirle que se replantease la reunión de PiL. Supuestamente Lydon le respondió: "Tu problema es tu actitud de negro". Okereke se vio entonces envuelto en una pelea con los tres acompañantes de Lydon, de la que tuvieron que sacarle Ricky Wilson, de Kaiser Chiefs, y Yannis Philippakis, de Foals.
Hoy se ha hecho pública la versión de Lydon, que, lo habéis adivinado, tiene poco que ver. El anteriormente conocido como Johnny Rotten achaca todo lo ocurrido a los celos de Okereke, y sostiene que “cuando estás en un festival con bandas que son idiotas celosos, la mentira y confusión suele acompañar. Si necesitan publicidad de una manera tan negativa, esta es la suerte que suelen correr”. Lydon añade que Okereke “debe crecer y aprender a ser un hombre de verdad", y sentencia: "Cuando haya logrado todo lo que yo he conseguido que vuelva y hable conmigo". Ahí queda eso.
No sé cuál de las dos versiones es más inverosímil. Probablemente estemos hablando de dos gilipollas integrales con un ego descomunal (aunque uno tiene más razones que el otro para tenerlo, dicho sea de paso). No creo que Lydon sea precisamente un racista, pero tampoco un tipo normal y corriente con el que apetezca irse de cañas. A su favor, no son pocos los que afirman que el icono punk estuvo toda la jornada de buen humor, firmando autógrafos por doquier y charlando amigablemente con el resto de las bandas. Sea como sea que ocurriese, el incidente ya se ha convertido en el culebrón festivalero del verano.
En fin.