Leete solo las primeras lineas , bueno lo inmprtante esta en el segundo parrafo
Grecia está enclavada en una esquina de Europa, arrinconada contra el mar y rodeada de enemigos tan mortales como eternos. De Oeste a Este, todos los países con los que Grecia comparte frontera tienen pretensiones territoriales sobre suelo helénico: Albania desearía anexionarse la región del Epiro, que ella considera albanesa y a la que denomina "Chameria". A su lado, la ex-república yugoslava de Macedonia pretende un territorio que ella llama "Macedonia de Lerin" y que según algunos abarcaría las provincias griegas de Florina, Kastoria y Kilkis, aunque para otros esa Macedonia eslava debería llegar a abrazar la propia Thessaloniki, la capital del Norte de Grecia y segunda ciudad en importancia de Grecia. Más al Este, a Bulgaria le encantaría anexionarse la región de Tracia, que considera históricamente búlgara y ganar así acceso al Mar Egeo. También sobre Tracia tiene pretensiones históricas el cuarto en discordia, la detestada Turquía que, además, para acabar de arreglar el asunto, también clama soberanía sobre buena parte de las islas del Egeo que hoy pertenecen a Grecia.
Con este panorama, la pequeña Grecia debe armarse hasta los dientes para defenderse, o bien para desalentar las ansias expansionistas de sus vecinos. Grecia es, de hecho, el país de la OTAN que mayor porcentaje de su PIB destina a sus Fuerzas Armadas, el 4,9%, muy por delante de los mismos Estados Unidos, que "sólo" destinan el 3,3% de su presupuesto a armamento, y bastante por encima de la media de los países de la OTAN, marcada en el 2,6%. Como referencia, España dedica apenas un 1,3% de su presupuesto anual al Ejército. Siguiendo con el paralelismo trazado con España, Grecia, que debe defender a 10 millones de habitantes, gastó en 1999 unos 612.000 millones de dólares en Defensa, superando a los 600.000 millones de España, que tiene a su cargo a 40 millones de habitantes, lo que indica el grado de inversion en defensa que el gobierno griego destina.
Grecia equipa a su ejército con armamento adquirido principalmente a los Estados Unidos (el 80% de su armamento es norteamericano), país con el que tiene suscrito acuerdos de financiación. Grecia es uno de sus mejores clientes. Por ejemplo, el Departamento de Estado norteamericano concede licencias para la exportación de un amplio rango de equipamiento y tecnología militar para sus aliados. Pues bien, el año pasado fué Japón el principal comprador de armamento a través de estas licencias; pero Grecia y el Reino Unido compartieron el segundo lugar. Por cierto que los Estados Unidos tienen una extraña manera de evitar enemistarse con ninguno de sus aliados: venden armas tanto a Grecia como a Turquía (dos países pertenecientes a la OTAN), pero siempre siguiendo una regla de 7:10. Es decir, por cada 7 millones dólares en armas vendidos a Grecia, a Turquía se le vende armamento por valor de 10 millones de dólares.
Pero los Estados Unidos no son el único proveedor armamentístico de Grecia. La Hélade es también el tercer mejor cliente de armamento ruso después de dos potencias mundiales como China y la India. Grecia es también el segundo país receptor de armamento alemán después de Corea del Sur, y también es el segundo mejor cliente de la industria armamentística francesa después de Arabia Saudí. Pero eso no es todo. Grecia fue en 1998 el tercer mayor receptor de armas convencionales del mundo, después de Taiwan y Arabia Saudí, y por delante de Turquía y otros países habituales en la compra masiva de armas como Egipto y Corea del Sur.
La defensa de un país, sin embargo, no se puede confiar exclusivamente a la maquinaria de guerra, sino también a las personas que deben manejar esa maquinaria. Y en esto, Grecia tiene una gran desventaja: su pequeño tamaño. Grecia tiene un ejército moderno y bien equipado y tiene una Armada que está considerada como una auténtica potencia regional, pero en Grecia hay poca población y por tanto pocos soldados. Las fuerzas armadas griegas cuentan con 163.000 soldados, mientras que por ejemplo Turquía tiene 693.000.
Por contrarrestar esta desventaja numérica, el gobierno griego ha contemplado varias veces la posibilidad de instituir el servicio militar para las mujeres, algo que sólo un país del mundo, Israel, ha logrado implementar. Pero es que el caso de Grecia es hasta cierto punto comparable al de Israel: ambos países son pequeños, ambos están rodeados de enemigos por todas sus fronteras, ambos están en una situación en que poseen un territorio que esos mismos enemigos anhelan, y finalmente ambos sufren la constante amenaza de una guerra. Por todo ello, el gobierno implementó hace unos años un plan de formación militar obligatoria para las mujeres que debe durar unas semanas (los hombres cumplen con un servicio militar de 18 meses, que serán recortados a 12 el año que viene).
Esa no ha sido la única reforma de un gigantesco plan de modernización y optimización del Ejército en el que Grecia se embarcó hace unos años y que en total durará 10 años, con un coste superior a los 17.000 millones de dólares. Grecia se planteó al principio la posibilidad de profesionalizar el Ejército, pero rápidamente esa posibilidad fue desechada teniendo en cuenta la frágil situación geoestratégica en la que siempre se encuentra el país, por lo que lo que finalmente se ha hecho es desarrollar un Ejército híbrido de fuerzas profesionales con soldados de reemplazo. Para el año 2005, el 25% de las Fuerzas Armadas helénicas serán profesionales.
Por supuesto, todos estos movimientos se realizan de un modo muy discreto. Un turista tomando el sol en la paradisíaca isla de Mykonos se irá de Grecia convencido que ha estado en un país tranquilo y apacible. Al fin y al cabo, es lo es lo que piensa uno después de haberse dado una vuelta montado en burro por alguna islita del Egeo o después de beber ouzo y escuchar bouzouki en una taberna en Plaka. Pero un turista que viaje hacia el interior, hacia la Grecia auténtica, que circule por Tracia, por las provincias fronterizas del Norte o por las del Este se dará cuenta de algo muy distinto, de una Grecia en estado de vigilancia perrmanente. Por toda Grecia hay cuarteles militares y aeropuertos de las Fuerzas Aéreas, pero es que en la Grecia continental y especialmente en las áreas fronterizas es impresionante ver el despliegue del ejército. En la zona del Evros (el río que separa Grecia de Turquía), la zona fronteriza está minada para impedir una posible invasión. En las islas del egeo las patrullas navales son también protagonistas. En el interior, hacia el Norte, no es raro ver un tanque emplazado a la derecha de una carretera. En la misma Atenas hay destinados permanentemente 40.000 soldados. En muchas estaciones de metro hay soldados o bien policías con ametralladoras, perfectamente uniformados y amables, pero con ametralladoras al fin y al cabo. Todo ello, sin olvidar que Grecia es también el único país de la OTAN con un escudo anti-mísiles que cubre todo el país, implementado sobre los S-300 soviético.
Uno puede pensar que una obsesión tal por la defensa de Grecia es exagerada. Nada más lejos de la realidad, porque la posibilidad de que Grecia entre en guerra está siempre en el aire. Por ejemplo, contra Turquía, que es el país con el que Grecia tiene mayor número de disputas. En caso de que finalmente estallara la guerra con Turquía, ello sería cualquier cosa excepto algo sorprendente. Una reciente encuesta de Marzo del 2002 y publicada en el periódico turco Milliyet revelaba que una inmensa parte de los turcos (un 72%) creen que antes o después habrá una guerra con Grecia. Sólo el 11% de los turcos descartaba esa posibilidad. En otra encuesta publicada poco más tarde, un tercio de los turcos suscribía la frase de que "Grecia es el peor enemigo de Turquía", mientras que un porcentaje similar opinaba que Grecia era el país con más probabilidades de lanzar una ofensiva militar contra Turquía. No es sólo la opinión del pueblo turco, sino también la de la propia Administración turca. De hecho, los documentos del Ministerio de Defensa turco acostumbran a citar Grecia, Siria y Irán como las principales amenazas militares para Turquía, en ese orden.
Y la realidad y la historia reciente certifica que las posibilidades de guerra abierta con Turquía son reales. De hecho, es casi milagroso que Grecia y Turquía no hayan entrado en una confrontación bélica desde la década de los años 20 (exceptuando los episodios de Chipre en 1974), porque las provocaciones turcas son constantes. Así, por ejemplo, de acuerdo con los registros del Ministerio de Defensa griego, los aviones militares turcos violaron en 1996 el espacio aéreo helénico más de 1.600 veces, 538 de ellas sobrevolando tierra griega, lo que representa una violación repetida, sistemática y continuada de todas las disposiciones sobre derecho internacional. Después de los sucesos de Imia, en que sólo la intervención providencial y urgente de los Estados Unidos impidió que se desatara la guerra entre Grecia y Turquía, el primer ministro griego Kostas Simitis avisó de que cualquier movimiento de las fuerzas militares turcas en la dividida isla de Chipre llevaría inevitablemente a la guerra.
No hay que ir tan lejos. El pasado año, Chipre adquirió mísiles S-300 a Rusia por valor de 400 millones de dólares. Turquía, que desde 1974 ocupa militarmente -ilegal e ilegítimamente- un tercio de la isla, amenazó con destruirlos. Esto provocó que Grecia enviara cuatro F-16 a la base aérea de Paphos, en Chipre, a lo que Turquía respondió enviando seis F-16 a la parte de la isla que controla. El gobierno chipriota, después de tirar y soltar, al final decidió instalar esos mísiles en la isla de Creta.
Pero no sólo con Grecia hay riesgo de entrar en guerra. Aparte de Turquía está Albania, la república ex-yugoslava de Macedonia y Bulgaria. Países con pretensiones sobre suelo helénico y en los que el tráfico ilegal de armas es habitual, especialmente en Albania y FYROM. Ilias Gounaris, el representante permanente de Grecia en las Naciones Unidas, sin ir más lejos, pidió hace poco más control sobre el tráfico de armas en los Balcanes porque "la mafia rusa, las organizaciones criminales albanesas, las actividades del UCK en la frontera greco-albanesa y la Legión Extranjera en la Macedonia ex-yugoslava han puesto un collarín de tráfico de armas alrededor de Grecia". De hecho, en las montañas del Sureste de Albania existe un ejército de ex-combatientes del UCK y de voluntarios nacionalistas albaneses dispuestos a entrar en guerra con Grecia para liberar lo que ellos creen que es territorio albanés. La ex-república yugoslava de Macedonia siempre ha dicho que no reconoce las fronteras de los Balcanes como legítimas, y que el actual territorio de la república es sólo un tercio de lo que debería ser (los otros dos tercios provendrían de Grecia y Bulgaria). Bulgaria tampoco ha disimulado nunca que le gustaría recuperar la región de Tracia, que perdió hace apenas 80 años y que pasó a manos de Grecia.
Con un panorama así y enclavada en una región en la que en los últimos 10 años han habido 5 guerras y muchas otras no han explotado gracias a la providencia divina, es lógico comprender que Grecia posea un ejército y una estructura militar preparada para entrar en un escenario de guerra en cualquier momento. Y, siendo el Ejército la salvaguarda del pueblo griego, es también comprensible que el Ejército griego sea la institución más valorada, y con diferencia, de la vida pública griega, con un apoyo que sobrepasa el 90% de la población, algo inimaginable en cualquier otro país de la Unión Europea