Oye, a mi que antes no me gustaba nada que llevase cebolla hasta que un día me dio por pochar un poco con unos higadillos y desde entonces (excepto cruda) me encanta comer cebolla y que acompañe mis platos.
Y lo mismo con el marisco, los ajos, el aguacate (que antes me hacía vomitar y ahora me encanta en ensaladas), albaricoques...
Pero claro, que evolucionen tus gustos y que te des cuenta que algo te gusta al probarlo de nuevo es forzarte, ceder a la presión social, no tener personalidad...