Según nos cuentan en TICbeat, para minimizar riesgos la clave que permite acceder a las DNS está dividida en 7 llaves, que custodian 7 personas que viven en diferentes lugares y países, y no se conocen entre sí. Cada una de estas personas tiene un suplente, por si le ocurre algo y no puede hacerse cargo de su llave. Así que en total son 14 personas que controlan las 7 llaves de Internet.
Además existe un curioso ritual asociado. Cuatro veces al año, estas 14 personas se reúnen para cambiar las claves. Esta operación se lleva a cabo en dos sedes diferentes, por si una catástrofe natural impide hacer la reunión en una de esas dos ciudades.
La seguridad para acceder a esta reunión exige superar varias puertas de seguridad a través de códigos y lectores dactilares, hasta llegar a una habitación que impide las comunicaciones electrónicas con el exterior. Todo el proceso es auditado y grabado, para que quede constancia.