Asesta 20 puñaladas a su marido maniatado y la condenan por “imprudencia”
Que la Justicia no funciona en España no es desvelar nada nuevo. En los últimos tiempos ha dejado de ser noticia las singulares sentencias judiciales que se emiten en juzgados, Audiencias Provinciales, Tribunales Superiores de Justicia y hasta instancias superiores. Sin embargo, trascienden algunas resoluciones judiciales inexplicables desde todo punto de vista, como una reciente de la Audiencia Provincial de Huesca que condena a una mujer ” por imprudencia grave“, tras atar a su marido a la cama, asestarle 20 puñaladas y dejarlo gravemente herido durante horas, sin pedir ayuda.
El marido sobrevivió, y estuvo luchando un año con la gravedad de sus lesiones intestinales, siendo intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones, hasta que finalmente falleció. De nada sirvió que los médicos reconstruyeran su intestino, escroto y ano.
Rosa María Turmo se enfrentaba a una pena por asesinato con ensañamiento de 20 años de prisión que le pedía la Fiscalía, 25 años la acusación particular, mientras que su abogado solicitó la absolución de su cliente. Finalmente, la Audiencia de Huesca ha condenado a la mujer a seis años de prisión al tipificar los hechos como “imprudencia grave con resultado de muerte”, veredicto al que llegó el jurado tras aplicarse la atenuante de confesión y las agravantes de alevosía y parentesco. La sentencia condena a la mujer a cinco años de prisión por un «delito de lesiones dolosas que producen inutilidad de miembro principal», y un año por «homicidio causado por imprudencia grave”.
En el transcurso del proceso, se presentaron las pruebas que resultaron evidentes por el propio testimonio de la condenada, pero el jurado entendió que Rosa María Turmo no quería matar a su marido, Antonio Ibarz. Como suele ocurrir en la práctica totalidad de los casos donde son mujeres las que dan muerte a sus maridos, inmediatamente se reconoce la eximente de la alteración psíquica e incluso considera procedente que se solicite el indulto. Ni siquiera se ha tenido en cuenta que los hijos de la mujer han dejado por escrito durante el juicio que tienen miedo a su madre. Han manifestado que temen que su madre pudiera causarles daño a ellos o a sus familias.
No hubo minuto de silencio por Antonio, ni el caso llamó la atención de los medios de comunicación. Rosa María en tres años estará en la calle si muestra buena compòrtamiento. Y regresará previsiblemente con sus aterrorizados hijos cuyo padre no estará para defenderlos.
Caso aislado número 288.
Mañana corred a votar lo de siempre figuras jejeje.