El año del 8-M histórico, del #MeToo español, de la reacción masiva contra La Manada y de la palabra «consentimiento» se ha cerrado con la cifra más baja de mujeres asesinadas por su pareja o ex pareja desde que se contabiliza esta forma de violencia machista: 47.
«La reacción social ha sido importantísima y la activación del Pacto de Estado ha generado sensibilización y ha contribuido a un aumento de las denuncias, como refleja el tercer trimestre del CGPJ. Pero es una cifra insoportable. Hay que combatir esta violación de los derechos humanos con más prevención, protección y persecución. Las tres pés». Habla el último día del año en un análisis aproximativo de la cuestión la juez Pilar Llop, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.
Quince años después de que el Estado comenzara a registrar los crímenes en lo que la ley define como «violencia de género», 2018 se cierra con una cifra que no llega a la cincuentena, algo que sólo había pasado en 2016, cuando fueron asesinadas 49 mujeres. Desde 2003 han sido asesinadas en España por sus maridos, novios o ex parejas 975 mujeres.
Aun siendo la cifra más baja de todo este periodo, en 2018 este tipo de violencia machista ha destrozado 47 familias y ha dejado 39 huérfanos -hay un caso más en investigación-.
También ha matado a tres menores, aunque hay otros cuatro casos sin cerrar. Uno es el del niño de Sabadellasesinado por su padre en un pueblo de Francia. La madre denunció la desaparición en España, pero las autoridades francesas no han remitido el caso a las españolas. Si los cuatro se confirmaran, la violencia machista habría matado a siete pequeños, los mismos que en 2017.
Orden de alejamiento
De las 47 mujeres que perdieron la vida en 2018 por culpa de sus parejas o ex parejas, 14 habían denunciado. Ese 30% es un porcentaje algo mayor que el de los últimos años, pero no evitó sus asesinatos. Para nueve de ellas se adoptaron medidas de protección, pero para cinco no; en tres casos porque no se solicitaron y en dos porque se denegaron.
Cinco de los presuntos asesinos quebrantaron la orden de alejamiento que tenían sobre la víctima.
En un país con una media de 140.000 denuncias al año, que en la mayoría de los casos acaba con una sentencia condenatoria, el crimen es la punta de la pirámide. Sólo en 2018, el sistema de seguimiento policial de VioGen tiene incluidos más de medio millón de casos, 57.000 de los cuales están activos.
Aun así, los números podrían indicar alguna mejora en la tendencia histórica. «Si comparamos la tasa de mujeres asesinadas con relación a los casos de mujeres maltratadas que reflejan las macroencuestas, obtenemos un dato esperanzador: si ponemos en relación las asesinadas en 2006, cuando había 400.000 maltratadas, con las asesinadas en 2011, cuando había 600.000, la tasa de mujeres asesinadas ha descendido un 42%». El cálculo es de Miguel Lorente, ex delegado del Gobierno contra la Violencia de Género y responsable de las estadísticas. «Está influyendo el cambio social con las medidas adoptadas, lo que permite salir antes de la violencia, y, pese a los errores judiciales, atender mejor a las mujeres. El reto es parar la reacción del machismo social y político y mejorar la detección. Vamos por buen camino, pero debemos acelerar y adoptar medidas contra el machismo, no sólo contra la violencia de género»
https://www.elmundo.es/espana/2018/12/31/5c2a03f021efa0c25a8b45f4.html
Bueno, pues parece que los esfuerzos puestos en conseguir reducir los asesinatos de mujeres por violencia de género están dando sus frutos.
Además, el feminismo está consiguiendo que poco a poco la gente tome conciencia de los compartimientos machistas tan arraigados en España.
Por otra parte, la reducción se ha conseguido también en un año donde hay una corriente que achaca a la inmigración estos problemas.