Madrid dará 400€ al mes, piso gratis, y tarjeta sanitaria a cada refugiado sirio
La caridad bien entendida, empieza por uno mismo. Rita Maestre, la portavoz del Gobierno municipal, anunció ayer que el Ayuntamiento ha aprobado una partida de hasta 10 millones de euros para prestar ayuda a los refugiados. «Pese a no ser ésta una competencia municipal, hemos tomado medidas para responder al clamor popular y a nuestro propio compromiso con los derechos humanos», expuso.
Este Plan de Acogida al Refugiado se sumará a las iniciativas que puedan tomar la Comunidad de Madrid, el Gobierno Central y la Unión Europea. Será a partir del próximo enero cuando los 10 millones de euros se pongan al servicio del Área de Equidad, Derechos Sociales y Vivienda.
«Queremos ofrecer un apoyo integral: alojamiento digno, atención psicológica y sanitaria, escolarización de los menores, normalización del idioma y regularización de la documentación». Pero la solución habitacional para refugiados irá más allá del mencionado «alojamiento digno»: «Nos referimos a un servicio de acogida de carácter permanente. Hay que tener en cuenta que estas personas no pueden volver a su lugar de origen. Haremos lo necesario para que se integren completamente en la vida de la ciudad».
El Ayuntamiento no pretende ceñirse a las cuotas de acogida estipuladas: «Aún no está delimitado el número de personas a las que podemos ofrecer ayuda, queremos acoger a todas las que lo necesiten, a todas las que huyan». Maestre reconoció que «las cuotas son necesarias», pero recalcó que en el Consistorio están «dispuestos a asistir a más personas que las que las cuotas nos impongan».
El Gobierno Carmena garantizará su subsistencia mediante ayudas económicas municipales mientras se les tramita la Renta de Inserción Mínima de la Comunidad de Madrid. El plan contempla también «el acompañamiento en todos los trámites burocráticos que sean necesarios, como el empadronamiento o la obtención de la tarjeta sanitaria».
Esto ya es directamente intolerable. ¿Y los españoles que son desahuciados de sus casas? ¿Y los que no tienen trabajo? ¿Aquellos a los que se les han negado medicamentos? ¿iNadie piensa en los de aquí!?
Los de fuera siempre primero. Somos el niño pijo en un colegio de macarras, que intenta hacer amigos a base de invitar a chucherías. Ninguna civilización duró más de 2000 años, pero Occidente está sembrando su propia destrucción de la forma más estúpida jamás recordada.
Cuando aparezca un líder que consiga aunar todo el sentimiento anti-multiculturalidad, no quiero pensar lo que puede suceder.