Absuelto después de 9 años en prisión.

D
  • El Tribunal Supremo absuelve tras un recurso a José Antonio Valdivielso, de 33 años, condenado a 13 años de cárcel por varios delitos que no cometió.

  • Fue identificado por error y estuvo nueve años en la cárcel; su padre pasó mucho tiempo investigando en las calles y logró encontrar al culpable.

  • Una abogada de oficio, que solo les cobró "dos veces", se unió a la lucha; José Antonio reconoce que tiró la toalla en prisión, su padre, "nunca".

Fue identificado por las víctimas y los informes policiales le señalaron, pero él se encontraba en casa de sus padres cuando sucedieron los hechos. "Tenía que trabajar al día siguiente", explica mientras fuma y atiende llamadas constantes de la prensa. Entonces era carrocero; hoy trabaja con su suegro instalando luces en centrales eléctricas y nucleares. En la otra esquina del sofá, su padre, que pasa unos días en Madrid —vive en Torrevieja (Alicante) desde hace dos años— le echa el ojo a un documental de animales en la televisión mientras explica que hizo "lo que tenía que hacer, como cualquier padre; el que no lo hubiera hecho es un cobarde". Se refiere a conseguir la absolución.

http://www.20minutos.es/noticia/1736012/0/jose-antonio-valdivielso/absuelto/nueve-anos-prision/

Aquí tenemos un ejemplo claro de que algo falla, falla a nivel judicial y sobre todo falla a nivel humano cuando una persona inocente ve su vida truncada y debe pasar 9 años entre rejas.

Mientras tanto el verdadero culpable, en libertad.

2
Blintz

Entonces éste hombre es cuando puede hacer algo para que lo lleven a la carcel de nuevo

2
C

Ahora que le devuelvan esos 9 años de su vida. En fin...

7
Dralions

Su padre le echa el ojo a un documental de animales en la televisión mientras explica que hizo "lo que tenía que hacer".

xDDD

3
Kylar

Debería poder darle una patadita al juez como compensación.

2
Toredum

"Acabo de hablar con un juez, me ha dado la enhorabuena".

Con dos cojones el juez.

P

y que me decis de esos testigos que lo reconicieron ?

2 respuestas
Meleagant

Condenado a 13 años de cárcel por varios delitos que no cometió.

Ahora sobrevive como soldado de fortuna. Si usted tiene algún problema y se lo encuentra, quizá pueda contratarlo.

73
LaChilvy

Madre mía, 9 años de tu vida absolutamente perdidos por una equivocación...? No se como el tio no se suicidó en la cárcel sabiendo que estaba ahí injustamente.

3 respuestas
totespare

#7 en un programa de punset hablaban de esto, en concreto de la memoria. No podemos fiarnos de nuestra pésima memoria para estas cosas... Hubo una vez un caso de un delito en EEUU creo recordar, donde la mujer que lo sufrió acusó a un presentador de tv ya que le había visto en la escena del delito. Lo que ocurrió fue que estaba viendo la tv y recordó la cara del presentador, pero no se quedó con el contexto en el que lo vió y lo extrapoló al delito. Obviamente el presentador tenía coartada, pues estaba currando, pero es solo un ejemplo de cuán fiables somos los seres humanos para recordar hechos traumáticos.

Otro ejemplo de fallos de memoria es apoderarte de los recuerdos de otro (por ejemplo de tu hermano). A quién no le ha pasado pensar: "esto le pasó a mi hermano o me pasó a mi?" Pues así con mil cosas, y para los juicios igual. Un testigo único no debería ser una prueba fiable 100%...

Una pena por el hombre...

4 1 respuesta
gebimelo

Y el peor de todos en esta injusticia es el culpable que ve como un inocente va a la carcel mientras el se libra, soy yo y lo mato en cuanto salgo, total ya he cumplido 9 años de carcel.

Y si como dicen por ahi arriba hay testigos que lo colocaban en la escena del crimen hago lo mismo con ellos.

aDryur

Ni todo el dinero del mundo va a poder satisfacer o ni tan siquiera paliar el daño psicologico que ha tenido que sufrir este hombre. De vergüenza..

1
Nesfaras

#9 Salio en la tele e intento suicidarse dos veces cortandose las venas

werty

#7 #10 Pero ya no se trata de testigos:había fotos de una cámara de seguridad y aún así se empeñaron en que era él

En la tele enseño las fotos y es para morirse con la justicia.

B

Nadie ha visto ni a Urdangarín ni a Bárcenas cometiendo delitos? Aquí solo van a la cárcel la gente que cobra menos de 24.000 euros netos anuales.

1
JosE_Arcadio

Otro caso que salió en la vanguardia hace un año o así:

SABATINAS INTEMPESTIVAS

La amarga historia de Patricia Heras empieza como esos guiones de Hollywood, donde los policías mienten, los ciudadanos miran para otro lado, los jueces bostezan, los carceleros corrompen y los presos esnifan hasta los polvos de talco. Mientras, la víctima inocente contempla más allá de la desolación y el espanto, que se está “comiendo un marrón” del que apenas sabe nada, salvo que acaba de entrar en el infierno. Y que gritar la inocencia en una cárcel es como leer la Biblia en un prostíbulo; gimnasia intelectual.

Pero en las películas de Hollywood que tratan historias como la que le ocurrió a Patricia Heras en Barcelona siempre aparece, ya bien avanzada la cinta, un personaje positivo. Un abogado, un juez despierto, una periodista sagaz, incluso un funcionario de prisiones digno que asume “un exceso de celo” -desde que Talleyrand instituyó el “jamás demasiado celo”, el exceso de celo es de una radicalidad revolucionaria- defendiendo al inocente y sacando poco a poco, secuencia a secuencia, la verdad de la historia. Es entonces cuando la víctima del “marrón”, humillada y ofendida, recupera la normalidad y los espectadores pueden volver a casa con la sensación de vivir en una sociedad difícil, pero donde no cabe el pesimismo. Siempre me impresionó que los contratos de los directores de Hollywood tuvieran una cláusula sobre los finales de sus películas. Los decidían los productores.

Eso es el cine y la historia de Patricia Heras es la vida. Aquí no aparece un Gregory Peck que salva a la víctima injustamente acusada, sino al contrario, esta es una historia sórdida, de seguro que muchas veces repetida pero que tiene una componente que la convierte en singular. La protagonista, con toda seguridad, era un ser excepcional, sensible, independiente, inteligente y culta. Quizá insegura, pero hasta eso sería un síntoma de talento. La gente segura es peligrosa porque se aferra a las certezas, y las certezas, o son mentira o caducan.

Yo no tenía ni idea de quién era Cindy Lauper, jamás la había escuchado. Ahora lo sé, a mi pesar, gracias a Patricia Heras. Era una viernes, a principios de febrero de 2006, y entre broma y chiste a Patricia se le ocurrió que le cortaran el pelo a lo Cindy Lauper, pero pasándose; una cabeza de mujer en dados, cuadraditos, entre el dos y cero, con blancas y negras como el tablero de ajedrez, y vestirse en revoltijo, que se decía antaño, con una malla bajo el sujetador, y a gusto y placer. Si hay algo que afirman quienes conocieron a Patricia Heras es que “el vestirse, su apariencia, era un modo con el que nutría de significado su estar en el mundo”.

Y se fue de fiesta con su amigo Alex, y comieron, bebieron, fumaron e hicieron todo aquello que les apetecía hasta la madrugada, que agarraron la bicicleta y se pegaron un toba en esas zonas de la Barcelona-Sur-Mer que uno debe evitar a ciertas horas y ciertas noches. Un incidente, nada importante; una brecha en la cabeza, el chico, y algunos magulladuras ella, eso sí, con mucha sangre, tanta como para llamar a una ambulancia, que llegó algo tarde, como suele suceder, y que les trasportó con un detalle añadido de buena crianza, permitiéndoles meter la bicicleta dentro. Es importante la bicicleta, al menos yo se la doy en esta historia, porque desaparecerá con menos rastro que la inocencia.

Tienen la mala fortuna de que les lleven al Hospital del Mar y ahí da comienzo la pesadilla. Allí coinciden con varios detenidos tras los incidentes del desalojo de una casa de okupas en Sant Pere més Baix, y con los urbanos indignados porque varios de los suyos están heridos. Uno de ellos quedará parapléjico. En la sala de espera del hospital acaban todos sumados. ¿Acaso una chica con esa pinta no pertenece a la misma cuadrilla de okupas? El relato que ella misma hará de la situación en la que se ve metida pertenece al género de la picaresca trascendental. Patricia esperaba que le hicieran una radiografía para comprobar si el golpe había dejado secuelas, y acaba esposada y sin bicicleta.

Lo que viene luego es muy vulgar, tanto como la brutalidad. “De repente aparece un tipo con un pasamontañas tapándose le cara y cámara en mano me empiezan a grabar, dura unos minutos en robarme el alma y cuando termina de filmarme me da por hablar. De nuevo les explico que todo es un error, que nosotros hemos tenido un accidente de bici”. Ya no hay bicicleta, ni noche de farra y alegría, ni accidente fortuito sino una culpabilidad por homicidio, imagino que en grado de tentativa. Ya es reo de la justicia, da lo mismo que lo expliques en castellano, catalán o arameo. Estás perdido. ¡Y con esa pinta! “Mi corte de pelo es el más famoso de la ciudad. Parece increíble pero me acusaron de homicidio por mi pelo”. Entonces lo único que se te ocurre es poder salir de ese fin de semana terrorífico y poder irte a casa a duchar, a mirar por la ventana y a pensar que la pesadilla ha terminado. Pero no es así, por mucho que expliques la bicicleta y el golpe y la ambulancia y la sala de espera del Hospital del Mar, estás perdido. “Ahora pienso lo bien que me hubiera venido ver alguna de esas películas sobre juicios y menos ciencia ficción, ya me lo decía mi madre”.

Patricia Heras entró en la cárcel acusada entre otras cosas de haber lanzado una valla metálica a un policía municipal, cosa que nadie, con sólo ver su aspecto y su figura, podría creer. Pero la bola siguió y su historia de la bicicleta debió de convertirse en un chiste carcelario. Entró en la prisión de Wad-Ras y escribió un dietario impresionante por su lucidez irónica. La convivencia en una cárcel de mujeres contada por una chica que sabe escribir: “No he perdido mi capacidad asombrosa de abstracción con lo cual no he perdido la sonrisa ni el buen humor, sólo perturbado por un increíble atasco intestinal”.

Le cayeron tres años. El Supremo los confirmó. “Lo más duro son las entrevistas con la Junta de Tratamiento -la que debe aprobar si pueden concederle el tercer grado-. Duele escuchar que si no reconozco mi delito no tengo voluntad de reinserción, ni arrepentimiento; hoy me ha dicho el psicólogo que eso es propio de psicópatas”. Cuando le permiten salir e ir a dormir a la cárcel, no hay unanimidad en la Junta. La jurista del grupo le dice textualmente “te perdonamos que seas de Madrid”, y ella escribe, alucinada, “creo que con eso ya me lo dijo todo”. El que pone más pegas es el psicólogo, “que encuentra lagunas en mi vida”.

Sé muy poco de Patricia Heras, que vino de Madrid a estudiar Filología en la Universidad de Barcelona, que se licenció, y la descripción que de ella hace una de sus profesoras: “Era de una sensibilidad y una lucidez que pocos más tenían dentro del aula. Además de persona extremadamente educada, había leído muchísimo y se había dedicado a reflexionar sobre las constantes humanas con refinamiento espiritual y rigor intelectual”. Lo había dicho ella misma a la juez de instrucción y al fiscal: “No soy okupa, no soy punki y no soy una desarraigada”. Pero se olvidó de añadir, “me visto y peino como me sale de los ovarios”. Mejor no haberlo dicho, la hubieran acusado de desacato.

Siguió así, saliendo y entrando de prisión, hasta que una tarde de martes, en ese momento que hay que ir preparando los bártulos para volver a la cárcel, abrió el balcón y se tiró. Fue el 26 de abril, el miércoles hará seis meses. Dejó versos, porque ya no quedaba otra cosa que dejar. “Mi reino está inerme y envenenado como todo mi ser… Me sé vencida”. La madre de uno de los procesados, Mariana Huidobro, escribió una carta a los responsables de su muerte, políticos y jueces, que llevarán sobre su conciencia, dice ella, este crimen impune. “Patricia era un ángel que necesitaba sus alas para volar y ustedes se las cortaron”. La conciencia de toda esa gente pesa menos aún que los artículos de periódico que nunca salieron para homenajear a una poeta muerta, con final de perro abandonado.

RPV:

spoiler
4
-jack69-

Ahora deben de indemnizar al tío este no? Porque los años en la cárcel por culpa de la policía y el juez no los recupera ni de coña

1 respuesta
Moler

9 años de tu vida, pronto se dicen.

No me imagino lo que es pasar esos 9 años pensando cada día que no has hecho nada mientras otros hacen mucho más daño y ni pasan por juicio.

2
SasSeR_18

pobre hombre

sagha

fotos o fake

que el 20 min no sirve ni pa envolver pescao

B

es que no hay dinero en el mundo que compense 9 años de vida eso si a los que la liaron en el juicio a todos una bala en la cabeza

MeCagoEnDios

Pero si se ve que no es él... ¡El del video no es calvo!

allmy

Hay cientos de casos como este

http://www.innocenceproject.org/

Las identificaciones visuales son absurdamente poco fiables, casi tan poco fiables como el testimonio de una persona normal. Por eso precisamente existe lo que muchos se quieren cargar, la presunción de inocencia.

Flying-flame

Lo mejor es que a los testigos oculares se les sigue dando demasiado crédito, cuando está probado que son menos fiables que ryanair.

2
O

a todo esto a este tío no lo tienen que indemnizar?

1 respuesta
S

Y mientras tanto Farrukiller Carromero con el tercer grado.

http://www.abc.es/espana/20130111/abci-carromero-tercer-grado-201301102052.html

3
vinilester

#17 #25 Si. Le soltaran varios millones.

edit: Ni de coña. Varios miles.

1 respuesta
-jack69-

#27 Se sabe cuanto??

3 respuestas
allmy

#28 Insuficiente para el tiempo que ha estado en prisión. Yo creo que le tendrían que indemnizar con una cantidad tal que pueda no solo vivir como un rey el resto de su vida, si no también dejar para que sus hijos también puedan vivir desahogadamente.

1 respuesta
vinilester

#28 Ni idea. Pero creo que me he colao en lo de millones.

Podriamos hacer una porra.

400.000 euros.

4 respuestas