La dura experiencia del acoso sexual sufrido por la bloguera alemana Susi Cruz en Marruecos se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades marroquíes, empeñadas desde hace años en limpiar la imagen de su país en estos aspectos y en garantizar que los turistas, hombres y mujeres, que viajan al país no tienen nada que temer. Una imagen que ahora se hace añicos, justo en el momento en el que se inicia el verano.
Susi Cruz, nacida en Düsseldorf de padres chinos, es una joven youtuber y bloguera relativamente conocida en Alemania. Tiene 87.238 suscriptores en un canal de vídeo, donde se dedica a contar sus experiencias viajando sola por todo el mundo a bordo de una furgoneta que ella misma ha configurado a su gusto. El canal, llamado Van Life (o la vida en caravana), no había registrado mayores incidentes hasta que Cruz decidió visitar Chauen, su primera experiencia en Marruecos y en el norte de África.
Y la cosa no pudo salir peor. “Nada más poner el pie en la primera calle, varios hombres que estaban ociosos en portales y cafés empezaron a chistarme como si fuera un perro”, comenta Cruz en el vídeo que subió a las redes el pasado domingo. La alemana ha explicado que llevaba una camisa grande y pantalones amplios para pasar desapercibida.
Esa precaución, sin embargo, no sirvió de nada. El acoso continuó hasta que la mujer se refugió en una esquina y empezó a gritar. Allí surgió su salvador, un joven que la protegió amablemente, la llevó a su local, le ofreció un té y estuvo hablando con ella durante horas. Se presentó como un guía turístico local y se ofreció a acompañarla hasta su furgoneta para indicarle un lugar seguro donde poder aparcarla durante la noche.
Pero el buen samaritano no era lo que parecía. Ya en la furgoneta empezó a amenazarla. Le dijo que quería ser “su novio” y pasar la noche con ella, a lo que Susi Cruz se negó. Entonces le pidió dinero por lo que había hecho durante horas para protegerla, pero cuando la mujer fue a buscar su bolso se dio cuenta de que se lo habían robado con toda la documentación dentro. El individuo, que se hacía llamar Hassan, la acusó de mentir e insistió en mantener relaciones sexuales con ella, cada vez de manera más amenazadora. Sonó el teléfono móvil de la chica y Hassan lo apagó de un manotazo. Hasta que, según la versión de Cruz, el individuo cometió un error y salió de la furgoneta, momento que Cruz aprovechó para activar la cerradura centralizada y emprender una huida como si no hubiera un mañana hasta llegar a Ceuta, “donde pude volver a sentirme segura”, señala.
La dura experiencia del acoso sexual sufrido por la bloguera alemana Susi Cruz en Marruecos se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades marroquíes, empeñadas desde hace años en limpiar la imagen de su país en estos aspectos y en garantizar que los turistas, hombres y mujeres, que viajan al país no tienen nada que temer. Una imagen que ahora se hace añicos, justo en el momento en el que se inicia el verano.
Susi Cruz, nacida en Düsseldorf de padres chinos, es una joven youtuber y bloguera relativamente conocida en Alemania. Tiene 87.238 suscriptores en un canal de vídeo, donde se dedica a contar sus experiencias viajando sola por todo el mundo a bordo de una furgoneta que ella misma ha configurado a su gusto. El canal, llamado Van Life (o la vida en caravana), no había registrado mayores incidentes hasta que Cruz decidió visitar Chauen, su primera experiencia en Marruecos y en el norte de África.
El caso ha causado desolación en Marruecos, ya que deja la imagen del país en una difícil situación. Una encuesta publicada hace un par de años situaba al Reino como el segundo país más peligroso para que las mujeres viajasen solas. Una clasificación que fue muy atacada por exagerada y que se intenta combatir por todos los medios. Desde un endurecimiento de las penas establecidas en el Código Penal por el delito de acoso sexual a la aparición de algunas webs donde mujeres marroquíes viajan solas por todo el país para demostrar que no existe ningún peligro.
La denuncia de Susi Cruz también provocó una movilización sin precedentes entre las fuerzas de seguridad. A las pocas horas era detenido el supuesto Hassan bajo las acusaciones de acoso sexual, falsificar su identidad (no era guía turístico), tenencia y consumo de drogas. El bolso de la alemana también fue milagrosamente recuperado a las pocas horas con todas sus pertenencias y documentos.
Tras el final de su odisea, ya más calmada y a salvo en Ceuta, la bloguera alemana subió un vídeo de 23 minutos a sus redes sociales sobre su experiencia. “Yo no quiero que nadie saque la conclusión de que todos los marroquíes sean malos, simplemente he querido describir cómo me he sentido”, dice Susi Cruz, quien está dispuesta a volver a Marruecos “para descubrir su belleza”, antes de añadir que “yo creo que la próxima vez iré acompañada de mi novio y algunos amigos”.
“Se trata de un suceso muy grave”, señala Brahim Dialmy, portavoz del ministerio encargado del Turismo en el reino alauí. “El acoso sexual sigue siendo un tema serio en Marruecos. A pesar de las numerosas campañas y de las nuevas leyes contra la violencia, el acoso sexual y la discriminación de género, es una realidad que las mujeres todavía son abiertamente acosadas en las calles y en público”, añade.
Saida Idrissi, presidenta de la Asociación Democrática de Mujeres de Marruecos, asegura que “las mujeres se plantean mil veces cómo deben vestirse, la hora en la que tienen que salir a la calle o los barrios que deben evitar”. Para el sociólogo Mohamed Hakimi “en el subconsciente del hombre marroquí la presencia de la mujer en la calle sigue siendo un fenómeno extraño, lo que se traduce en diferentes modalidades de acoso sexual hacia las mujeres en los espacios públicos. Se necesita una amplia educación sexual en Marruecos que abarque a todas las categorías de la sociedad”.
La nueva ley contra el acoso sexual, aprobada en marzo con 168 votos a favor y 55 en contra en la Cámara de Representantes, prevé penas de prisión y sanciones económicas para múltiples escenarios. El acoso sexual, por ejemplo, está penado con entre uno y seis meses de cárcel, una condena que se duplica en caso de que se produzca entre compañeros de trabajo. Las multas por insultos machistas pueden alcanzar casi los 6.000 euros. Unas penas que no van a convencer a Susi Cruz para volver a pasear en solitario por Chauen.
http://www.lavanguardia.com/internacional/20180706/45708251752/acoso-sexual-bloguera-alemana-marruecos-susi-cruz.html
Video previo a su viaje a Africa