El abuelo acusado de abusar de su nieta en Vigo: «Me he acostado con 50.000 mujeres y ninguna se quejó de mí por faltarle al respeto»
El abuelo acusado de abusar sexualmente de su nieta en Vigo ha negado los hechos en el juicio celebrado en la mañana de este martes en la quinta sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. El jubilado se enfrenta a 10 años de cárcel y el pago de 30.000 euros de indemnización por un delito de abuso sexual a una menor de 12 años aprovechándose de su ascendencia e influencia sobre la niña.
El implicado no se explica la denuncia. «Me he acostado con 50.000 mujeres y ninguna se ha quejado de que le haya faltado al respeto», alegó.
La pequeña denunció que su abuelo le había hecho tocamientos en un sofá, profirió comentarios obscenos y la invitó a subir al dormitorio cuando la abuela no mirase. Él lo niega todo: «Le acaricié con la mano por encima de la ropa pero nada más. ¿Estaba yo loco o qué? Mi mujer estaba delante y me habría dado un hostión, un sopapo». Sospecha que la menor, de doce años, se inventó todo por celos porque al entrar vio el carrito de bebé de otra nieta. Además, la pequeña y su hermana, un año mayor, ya no estaban cómodas en la casa de los abuelos porque la abuela era muy estricta y no les dejaba usar el móvil.
El pensionista añadió que montó un coro de niños y niñas y dirigió una sección cultural de vecinos de gaitas y baile «y nunca hubo quejas». También contó que en su juventud asistió a un seminario de emancipación de la mujer y que crio a su prima pequeña, a la que citó como testigo en el juicio para probar su honorabilidad. «Jamás le he tocado a una niña o un niño», insistió.
La madre de la menor dijo que la pequeña le contó por WhatsApp que ella «se sentía violada por el abuelo y sucia, que lo que él había hecho no estaba bien». Al llegar a la casa de los abuelos a buscarla, la nuera relató que «vi sus ojos de horror y corrió a abrazarme. Ella lo idolatraba porque la llevaba al parque y siempre se portó bien con ella. Él era muy sobón pero nunca le vi maldad de hacer lo que hizo, no me lo esperaba. Sé que es un baboso porque se va por ahí con las mujeres pero hacerle eso a una niña, no». La progenitora añadió que fue el padrino quién denunció y que luego la menor sufrió bullyng en su instituto y necesitó un psicólogo y medicación.
Por su parte, los peritos psicólogos que declararon en el juicio vieron creíble la versión de la niña, la cual no tenía animadversión hacia el abuelo.
Parece creíble el abuelo, un auténtico vividor follador