Resulta evidente que la educación es uno de los puntos débiles del país, lo cual se muestra en los informes PISA, en los que estamos en el vagón de cola, algo intolerable para una nación europea occidental moderna y desarrollada.
Teniendo en cuenta esto, es obvio que urgen medidas para solucionar la situación, medidas efectivas que arranquen de raíz el problema y que conviertan a nuestros estudiantes en personas competitivas, pues el mundo laboral es una competición. En este sentido, yo propongo la futbolización de la educación.
¿La futbolización de la educación? ¿Qué carajo es eso y en qué consiste? Tranquilidad, que procedo a explicarlo.
Como sabréis los aficionados al fútbol, la liga española se compone de 20 equipos, de los cuales:
-Los cuatro primeros se clasifican para la UEFA Champions League.
-5º, 6º y 7º se clasifican para la UEFA Europa League.
-Los tres últimos descienden a segunda división (Liga Adelante para los pedantes).
Bueno, pues, pongamos que en una clase universitaria hay 40 alumnos (o sea, 20 por 2). Como he puesto en el paréntesis, 40 es el doble de 20, que es el número de equipos de primera división. Pues ahora sólo hay que multiplicar lo que he puesto arriba por dos, quedando así la cosa:
-1 x 2 = 2. Sólo puede un campeón de liga, ¿no? Pues si hay 40 alumnos, es como si fueran dos ligas y como si hubiera dos campeones de liga, eureka: dos matrículas de honor (un 10, vamos) para los dos alumnos que saquen mejores notas, aunque éstas sean un 4 y un 3,5.
-4 x 2 = 8. Los ocho alumnos que saquen mejor nota de la clase, sacan un excelente (de 9 hacia arriba), tengan la nota que tengan, como si es un 2,5.
-3 x 2 = 6. Los seis alumnos siguientes a los ocho mejores sacan un 8, que vendría a ser el equivalente de la Europa League. Da igual la nota real, como he dicho en los otros casos.
-3 x 2 = 6. Los seis alumnos que saquen peores notas, suspenden, que vendría a ser el equivalente estudiantil al descenso de categoría. El suspenso se puede producir aunque saques un 9, da igual.
-Para acabar, en la liga se quedan en tierra de nadie (sin Europa y sin descenso) 10 equipos. Bueno, 10 x 2 = 20. 20 estudiantes. Si los seis últimos suspenden y los catorce primeros sacan un 8 o más, pues estos 20 alumnos aprueban con una nota entre el 5 y el 7. Podríamos poner que de estos 20, los 7 mejores aprueban con un 7, los 6 siguientes lo hacen con un 6 y los 7 peores de entre estos 20 alumnos, pues tendrían un 5.
No me negaréis que para los estudiantes de ingenierías, medicina y demás cosas chungas, esto sería un chollo, ¿no?
Pero la cosa no acabaría aquí, va más allá:
-Para empezar, la única forma de evaluación sería mediante exámenes teóricos, dejando libertad a los profesores en cuanto al número de exámenes que deseen realizar (como si hacen 38 como las jornadas de liga, da igual).
-Enfatizando en el tipo de formas de evaluación, lo recomendable sería que los exámenes teóricos fueran tipo test o de preguntas concretas para facilitar la tarea de corrección a los docentes.
-La corrección sería simultánea, es decir, durante el examen. Los exámenes durarían tres horas, haciéndose una pausa cada hora para llevar a cabo la corrección (habiendo dos correcciones durante el examne y una corrección final y definitiva), corrección de la que, una vez realizada, se extraerían las notas obtenidas por los alumnos y se ordenarían de mayor a menor nota (como en la clasificación de liga), mostrándose la clasificación en la pizarra para que los alumnos supieran si están en zona de excelente, en zona de suspenso... Para llevar a cabo esto de forma ágil, habría, por lo menos, dos profesores: uno que se dedicara a corregir los exámenes y otro que se dedicara a actualizar la clasificación. Si un alumno quiere que le corrijan el examen fuera de las dos pausas para saber si lo que ha cambiado le vale para entrar en zona de 8, salir de la zona de suspenso... puede pedir la corrección y la clasificación debe actualizarse ipso facto para reflejar los posibles cambios en la clasificación (si los hubiera), sonando una sirena o un sonido como el de la radio cuando un equipo marca un gol para que el resto estén al tanto de los cambios producidos en la clasificación.
-Por último, los alumnos que acaban el examen definitivo en zona de suspenso no tienen derecho a recuperar la asignatura mediante examen de recuperación (preguntadle al Almería si le dejan recuperar la categoría sin tener que jugar el año que viene en segunda, listos), teniendo que repetir la asignatura el curso siguiente. La única excepción se daría si algún alumno aprobado hubiera copiado en el examen o no hubiera pagado la matrícula de la uni, vamos, si alguien hace un Elche este año o un Juventus en 2006.
-Como aspecto extra académico, existiría la posibilidad de afluencia de público para animar a los estudiantes.
Y creo que esto es todo.
Yo, desde luego, si fuera presidente, esto que acabo de escribir lo llevaba a la práctica y con un 85% de aprobados, subiríamos puestos en las clasificaciones mundiales sobre educación, haríamos a los alumnos más competitivos de cara al mundo laboral, reduciríamos la tasa de canis a mínimos históricos y volveríamos la educación más atractiva para estudiantes, profesores y todos.
Si me presento a las elecciones, ya estáis tardando en votarme.