Todos sabemos que, si por algo se caracteriza la humanidad, es por su capacidad de cambio o evolución moral según avanza el tiempo. Ninguna sociedad permanece en un estado de perennidad ética y pueden producirse grandes variaciones de una generación a otra según los distintos movimientos políticos, religiosos o filosóficos que se popularicen.
Dicho esto, es normal que comentarios u opiniones que tienen sentido dentro de su contexto histórico hieran la sensibilidad de las mentes mas frágiles del presente, al igual que se han visto casos de censura o destrucción de documentos y trabajos de carácter intelectual en épocas represivas, donde se pretendía "proteger" a los ciudadanos de ideologías "nocivas" según los criterios del régimen vigente.
Por supuesto, entra dentro de la libertad del pueblo el elegir a sus héroes y villanos, produciéndose solicitudes formales para sustituir estatuas, nombres de calles o partes de un currículum educativo por otros menos ofensivos. No obstante, en ninguno de estos casos se niegan las opiniones de los personajes célebres de aquellas épocas, solo se descontextualiza la base de las mismas y se les da mas importancia que a sus propias logros... pero, ¿Qué ocurre cuando se manipulan dichas opiniones para adaptarlas a las sensibilidades modernas?
Un ejemplo es la siguiente cita de Ruth Bader Ginsburth; para quien no la conozca, fue una jueza y jurista estadounidense que destacó, especialmente, por su trabajo en la lucha por la igualdad legal de género. Dentro del movimiento feminista es considerada como un símbolo de la resistencia pública y de la justicia social ya que, haciendo uso de su influencia, votó a favor de la legalización del aborto, de la citación de Derecho Internacional en las opiniones de la Corte, en contra de la pena de muerte y a favor de los derechos de los homosexuales.
En principio, no debería existir nada problemático en lo que respecta a esta señora, ya que su posicionamiento político podría considerarse apropiado para la mayoría de jóvenes, pero no es el caso.
En sus citas sobre el aborto, Ruth siempre habla de los derechos de las mujeres, entendiéndose que son estas las que se quedan embarazadas y, dentro del contexto histórico, las que suelen críar a los hijos después, ya que los hombres tienen otras funciones. Pues bien, el que esta señora insinuase que las mujeres son las que pueden quedarse embarazadas es ahora transfobo y denigrante para los géneros identitarios, por lo que las palabras problemáticas como "mujer" y sus pronombres son editados para corresponderse a la filosofía dominante en EEUU:
La edición de citas históricas está de moda, ya que es una alternativa a la completa erradicación del personaje en ambientes educativos y de denuncia. No vamos a negar que esta sea la primera vez que se fuerzan frases célebres a alguien que jamás las ha dicho, siempre ha sido una práctica común por parte de los rivales políticos para ridiculizar o ilegitimar a su adversario, pero...
¿Consideráis esta nueva práctica un insulto a los personajes históricos afectados o, por el contrario, una alternativa necesaria para readaptar opiniones polémicas sin necesidad de indagar en su contexto?