El choque del Gobierno argentino con Repsol- YPF amenaza con convertirse en un auténtico conflicto diplomático de primer orden. El Gobierno español ha sido hasta ahora discreto, aunque intentó mediar en un viaje del ministro de Industria, José Manuel Soria, a Buenos Aires. Hasta el Rey de España ha intentado frenar el conflicto. El presidente de Repsol, Antoni Brufau, está estos días en Buenos Aires buscando una solución. Pero todo parece inútil.
Hasta seis provincias argentinas han retirado una docena de licencias a Repsol-YPF, lo que está hundiendo su valor en la bolsa de Bueno Aires. Y hoy el Gobierno español ha decidido salir al ataque. Desde Polonia, Soria ha hablado -en unas declaraciones recogidas por los servicios de prensa de La Moncloa- en tono muy duro: "El Gobierno de España defiende los intereses de todas las empresas españolas, dentro y fuera. Si en alguna parte del mundo hay gestos de hostilidad hacia esos intereses, el Gobierno los interpreta como gestos de hostilidad hacia España y hacia el Gobierno de España. El Gobierno lo que sí dice es que si hay gestos de hostilidad estos traerán consecuencias".
El conflicto diplomático parece servido. Repsol controla el 53,47% de YPF, mientras el grupo argentino Petersen tiene el 25,46%. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha alentado la escalada contra Repsol, a quien acusa de no invertir lo suficiente, lo que según su versión ha hecho bajar la producción y está forzando a Argentina a importar petróleo. Repsol se ha comprometido a más inversiones pero el conflicto, lejos de aplacarse, se recrudece con el riesgo de que al final del proceso Argentina se quede con la compañía a un precio bajo, lo que provocaría graves pérdidas para la petrolera española.
http://www.expansion.com/2012/04/12/empresas/energia/1334243261.html
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