La Vespa velutina o avispa asiática ha llegado a Galicia. Aunque el nombre probablemente no dice casi nada, se trata de un ejemplar que ha sembrado la preocupación en el colectivo de apicultores, pues se trata de un tipo de insecto que puede destruir enjambres enteros de abejas e incluso atacar a las personas.
La Asociación Galega de Apicultores (AGA) tiene constancia de que en varios lugares se ha detectado la presencia de este insecto. Suso Asorey, secretario del colectivo, explicó ayer que en Burela y en otros lugares se había visto esta avispa. El caso del municipio de A Mariña puede resultar interesante para averiguar cómo ha llegado a Galicia este insecto, ya que en países como Francia se supone que entró en madera procedente de Asia.
Llegada en barcos
Asorey manifestó que en Francia, en donde se encontraron los primeros ejemplares de Vespa velutina ya en el 2006, se creía que el insecto había entrado por barcos que arribaron al puerto de Burdeos. Así las cosas, dijo que parece razonable suponer que las avispas detectadas en Burela también pudieron haber entrado por barcos.
Los ataques de estas avispas ya se han dado en Galicia. Un apicultor comunicó al colectivo que había sufrido la incursión en cinco de sus colmenas, lo que puede suponer la muerte de unas 250.000 abejas. De todos modos, Asorey precisó que ese caso no había ocurrido en Burela pese a tratarse de uno de los lugares en los que sí se tiene constancia de que ha aparecido. El color de esta avispa parece la mejor forma de distinguirla. La Vespa velutina presenta unas tonalidades amarillas en el abdomen y en el final de las patas, mientras que el ejemplar más común, el de la Vespa cabro, destaca por sus tonos marrones. También el tamaño tiene algunas diferencias, ya que el ejemplar más común es un poco mayor que el recién llegado a Galicia.
No se pueden matar con venenos (fumigacion)
Una de las particularidades de estos insectos es que no se pueden matar, por lo que los consejos orientados a apicultores se refieren a la forma en que se deberá trabajar contra su presencia. Una de las formas de minimizar sus daños es la creación de un embudo: para ello, explicó Asorey, se corta por la mitad una botella de plástico, se coloca la parte superior en forma invertida y se pone un líquido en el que la avispa quede atrapada.
Los ataques de estas avispas contra las abejas están relacionados con la necesidad de buscar alimento para las larvas. La Vespa velutina, que suele formar nidos en los árboles, usa las abejas para ese fin, en tanto que las abejas emplean el polen o la miel para ese mismo fin.
La asociación de apicultores informará de este problema en actividades previstas para este mes y el próximo. La más inmediata se lleva a cabo en los próximos dos días en unas jornadas que se celebran en la Granja Gayoso Castro, en Castro de Ribeiras de Lea. De todos modos, Asorey precisó ayer que la cosecha de este año se ha asegurado pese a la aparición de este insecto.
Por fin alquien que viene a pagarnos las pensiones.