#217 Entiendo que te joda que los borrachos armen jaleo todas las noches, no todos vivimos en sitios perfectos donde no hay problemas, en mi casa también hay cosas que me joda a mí y a mi familia, y no se puede hacer nada, aunque haya una ley, es un follón de mucho cuidado y seguro que al final no se consigue nada.
Creo que no lo he puesto aquí, por si os interesa a los os importa tanto la economía de los hosteleros, puede que os interesa la vida de los hosteleros que NO son dueños y tienen que aguantar humo porque no hay otra.
Absteneos de: Pues que no trabaje ahí, que eso ya lo han dicho muchos:
La Vanguardia
12/12/2010
Testimonio de un trabajador de la hostelería, fumador pasivo, que murió, el pasado día 5, víctima de un cáncer de pulmón
“¿Y mi derecho a vivir y ser feliz?”
CELESTE LÓPEZ
Madrid
Tengo 57 años y soy fumador pasivo, como la mayoría de vosotros, ya que es difícil no serlo y mucho menos si se trabaja en la hostelería”. Así empieza la carta que un vecino de Zaragoza envió el 14 de junio al Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) para que utilizara su caso particular en la lucha a favor del endurecimiento de la ley contra el tabaco. José María (pidió mantener el anonimato) murió el 5 de diciembre víctima de un cáncer de pulmón. Tenía 57 años, nunca había fumado pero llevaba más de 40 años tragando el humo del tabaco inhalado por los fumadores que acudían a los diferentes locales en los que
trabajó.
“Cuando los fumadores gritan por su derecho a fumar, derecho que nadie les niega, sólo se les pide que no fuercen a hacerlo a los demás. Y me pregunto, ¿estará este derecho por encima del mío a vivir y a ser feliz con mi familia? Yo pienso que no”, señalaba José María en su carta, tras relatar cómo, pese a que nunca había fumado, cada vez que se hacía los pertinentes chequeos médicos, el facultativo que le hacía las placas del pecho le preguntaba siempre si era fumador. No sólo no lo era sino que siempre ha hecho deporte. “Se podría decir que he llevado una vida sana, poco o nada de alcohol, no fumador y una familia de no fumadores”. De hecho, cuando en febrero del 2009 José María empezó a tener una tos seca, “iba andando a mi trabajo y dos veces por semana acudía hora y media al gimnasio. Me encontraba en plena forma”, indica en su misiva. Pero la tos no se le iba y acudió al médico, que le detectó una pequeña mancha.
“Las citas para las pruebas iban cayendo una detrás de otra y yo esperaba que no me citasen para la siguiente con la esperanza de que no fuese cáncer. Pero una cosa son los deseos y otra la realidad... Nunca podré olvidar dos de los peores momentos que he vivido. El primero fue el día que le dijimos a nuestros hijos que tenía cáncer. Los lloros, la impotencia y la rabia (...) El segundo, el día que mi hijo pequeño
me vio vomitar, estuvo hasta altas horas de la madrugada llorando sin consuelo. Y decía, papá, no quiero que te vayas... Eso rompe a cualquiera, ya que lo único que puedo garantizarle es que lucharé con todas mis fuerzas”.
Y lo hizo. José María luchó durante largos meses en los que, incluso, llegó a pensar que había vencido al cáncer. Sin embargo, en los últimos días de febrero de este año: “Tengo una costilla y una vértebra afectada de cáncer. Nueva caída, nuevo golpe. Pero hay que seguir, no queda otra”.
José María siguió luchando con la fuerza que le daba una familia “por la que seguir adelante”. Pero el cáncer siguió imparable y en junio, fecha de la carta, ya había alcanzado al riñón. “Nuevo golpe, nueva caída. Pero una cosa tengo segura, no me voy a rendir, aunque a veces pienso en si estoy haciendo algo mal, si no estoy haciendo lo que puedo, ya que soy una persona con muchos motivos para seguir adelante”.
José María murió el pasado 5 de diciembre y dos días después era enterrado. Pero antes escribió esta carta y envió los certificados médicos que acreditaban que era un fumador pasivo. Según los datos del Ministerio de Sanidad, José María es uno de los más de mil trabajadores de la hostelería que mueren cada año a consecuencia de las enfermedades relacionadas con la exposición forzada al humo del tabaco en las largas jornadas laborales de la hostelería española. Precisamente mañana, el Senado votará una enmienda del PP a la reforma de la ley del tabaco, que prohíbe fumar en cualquier espacio cerrado, solicitando que bares y restaurantes puedan habilitar espacios para fumadores. Más de 200 asociaciones sanitarias se oponen.