Son los riesgos de jugar con fuego, actividad a la que es muy proclive Alfredo Pérez Rubalcaba, como ha quedo sobradamente demostrado en tiempo de Felipe González, con el 'Caso Gal', en tiempos de Aznar, con los atentados islamistas del 11-M y parece haber ocurrido en teimpos de Zapatero con la 'trama Gürtell'.El candidato socialista vio este 1 de septiembre escapar de sus manos una de las más claras bazas electorales con que contaba frente al PP.
El sobreseimiento provisional de la causa contra el ex tesorero popular Luis Bárcenas, dictado por el juez Pedreira, no sólo desinfla como un suflé político la pretendida implicación de Génova en el caso Gürtel, sino que permite a los populares tomarse su revancha en vísperas de las generales.
Pasados tres años desde que el también ex senador fuera acusado de presunto enriquecimiento ilícito, y un año y medio de su dimisión, el equipo de Rajoy culpó ayer al propio Rubalcaba del «montaje» urdido desde el Ministerio del Interior y le pidió explicaciones.
«Este asunto ha sido un montaje político durante casi tres años de la Udef y la Fiscalía Anticorrupción, dependientes del Gobierno, y especialmente de Rubalcaba».
«Rubalcaba debe dar explicaciones porque utilizó durante su mandato como ministro del Interior a la Fiscalía de Cándido Conde-Pumpido en contra del PP y de personas inocentes».
El PSOE, por boca de Antonio Hernando ha replicado malamente, diciendo que si tanto quieren a Bárcenas, que lo meta Rajoy en las listas electorales del 20-N, algo tan chusco como improbable.
El equipo de Rajoy en la sede de Génova 13 se ha limitado a maniferstar su alivio por el auto, pero parece claro que no tiene ninguna intención de rehabilitar política o electoralmente a su ex tesorero, cuya imagen pública, pese a la exculpación judicial, ha quedado irremediablemente maltrecha.
EL AUTO DEL JUEZ PEDREIRA
El juez del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Antonio Pedreira, archiva de forma provisional la denuncia de la Fiscalía Anticorrupción contra Luis Bárcenas y otros miembros del PP.
El magistrado subraya que el Tribunal Supremo ya investigó «exhaustivamente» durante un año al ex senador y tesorero del PP sin encontrar pruebas de delito fiscal ni de cohecho.
Bárcenas había sido imputado en julio de 2009 por el Supremo, que se había hecho cargo de la investigación por su condición de aforado.
Anteriormente, el caso había sido instruido por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, donde luego volvió al dimitir de senador, y por el juez Garzón, que inició las primeras actuaciones en la Audiencia Nacional.
Este complejo itinerario jurídico ha podido favorecer a Bárcenas, pero el hecho es que Pedreira ha archivado el caso al no encontrar pruebas para sentar al ex dirigente del PP en el banquillo.
Eso es lo que puede deducirse al menos del enmarañado y confuso auto del juez, que reconoce que no ha podido investigar el incremento patrimonial de la esposa de Bárcenas, detectado por la Agencia Tributaria al haber quedado previamente exonerada de esta causa.
Igualmente, el auto acredita también que el posible delito fiscal de Bárcenas había prescrito unos pocos días antes de la imputación formal, aunque reconoce que las cantidades hipotéticamente defraudadas en 2002 y 2003 no llegaban al montante fijado por la ley para exigir responsabilidades penales.
Estas consideraciones son importantes, pero lo esencial es que el auto de Pedreira señala que no hay indicios consistentes para afirmar que Bárcenas interviniera en favor de Francisco Correa para lograr contratos del PP ni traza de financiación ilegal alguna a nivel nacional, lo que priva al PSOE y a Rubalcaba de una importante baza propagandística.
Pedreira considera que Bárcenas como tesorero no tenía influencia para la adjudicación de contratos, pero va incluso más allá al afirmar que no se puede probar que, cuando Correa hablaba de «Luis El Cabrón», se refiriese a Bárcenas.
El magistrado afirma de forma bastante inconsistente que no es verosímil que Correa hablara en esos términos de una persona que presumiblemente le habría hecho rico.
Pero también existían en el sumario múltiples anotaciones de pagos a «L.B.», «L. Bárcenas» y «L. Barc.», la grabación de una conversación en la que Correa decía haber entregado al tesorero «1.000 millones» y los testimonios de tres antiguos empleados del cabecilla de la trama que incriminaban al acusado.
Es evidente que ni la propia Fiscalía ni el instructor han podido relacionar todos estos elementos para construir una acusación consistente.
En este sentido, el propio Pedreira señala que «no siempre se puede probar la existencia o inexistencia de un hecho jurídico», lo que puede ser interpretado como una justificación de su impotencia.
A la luz de este auto, cabe hacer dos reflexiones. La primera es que Bárcenas no ha podido ser llevado al banquillo a pesar del empeño de la Fiscalía, que puede recurrir el archivo, y de los informes incriminatorios de la Agencia Tributaria.
La segunda es que Bárcenas es ya un ciudadano libre de toda sospecha penal al haber prevalecido su presunción de inocencia.
Como ni el PP quiere volver a nombrarle para responsabilidad alguna ni él pretende volver a la política, el asunto queda de momento zanjado y el caso Gürtel, desactivado como arma electoral contra Rajoy.
Después de que la Justicia haya hablado, ¿se pedirán desde el PSOE disculpas por el derribo y acoso mediático al que se vio sometido Bárcenas? ¿es, realmente, una trama de Burracalva y la fiscalia contra el PP, como se venía denunciando? ¿saldrán ahora los voceros a decir que Pedreira es amiguísimo del alma del PP?
Este asunto huele mal, pero la Justicia ha encontrado que no hay pruebas consistentes, y como en cualquier sistema judicial sano, (j3) debe prevalecer la presunción de inocencia. Por otra parte, creo que han querido hacer de Gurtel un Filesa y al final van a ser un par de imputados por corrupción y financiación ilegal. Y se sigue pensando que por culpa de Garzón y su afán de cometer ilegalidades, unos cuantos peces van a seguir en el acuario.