Pero vaya tonterías que se marcan algunos. Para defender sus argumentos convierten a la gente que simplemente no quiere continuar en las bases de datos de una empresa (Iglesia Católica) como afiliado en anticatólicos y activistas enérgicos y públicos de ese anticatolicismo.
Pero vamos a ver, que te la puede sudar ampliamente la iglesia católica, o puedes sentir asco de lo que han hecho a lo largo de los siglos, de las muertes, violaciones, robos y apropiaciones de bienes a base de espadazos y latigazos. Y eso no ha de llevarte a ir con carteles de "quememos iglesias". Y si reciben dinero en base a sus "fieles" pues me parece de lo más normal que alguien no quiera que reciban un céntimo porque sus padres dejaron que un cura me echase un poco de agua por la cabeza y les dijese que ahora ya tenía alma y podía ir al cielo. Como borrarte de las bases de datos de Vodafone, que al final son lo mismo: una empresa. ¿Te convierte eso es un agresivo activista antitelefonía móvil? ¿Deberías hacer gala de ese activismo y si un amigo te pide que le acompañes a por un móvil nuevo, tú quedarte fuera de la tienda? ¿De verdad alguien piensa esas gilipolleces? ¿Enseñan educación hoy en día en la escuela?
Y también es de lo más normal que si te invitan a un sitio, como persona educada se haga acto de presencia.
En mi clase en mi colegio católico dirigido por monjas, había una chica protestante. Ella no iba a misa cada miércoles, ni rezaba. Y otro chico era ateo y jamás rezaba ni en clase ni en el comedor (se quedaba fuera porque le sacaba de quicio la tontería de rezar y prefería no escucharlo). Pero las monjas bien que les aceptaban en el colegio. Que el dinero todos los meses sí que era una bendición.
Deberían haber sido ellas las primeras en decir la patochada esa de la renuncia pública y bla bla bla. ¿No? Y mira, bien que ponían la mano cada mes para recibir la pasta.
#146 Lo respeto, pero estás atado por los convencionalismos sociales, tu familia, sabiendo lo que piensas ¿se van a ofender si faltas al rito?.
Sí, porque presuponen que soy una persona educada y no han criado a un retrasado mental. Si mi opinión de la iglesia católica y sus trabajadores no es la misma que la suya lo saben, lo respetan pero esperan que asista al acto, me siente al final, me comporte como si estuviese en el teatro y al salir les felicite. Porque para ellos sí que es importante que yo esté ahí.
Cosas de la educación y de no ser subnormal.
Y si me invitan al teatro a una obra de un actor que no me gusta, pues lo mismo. O a patinar sobre hielo, o a lo que sea que resulte importante para la persona que me invita.