La low kick es una patada normal, con cierta lateralidad, hacia una zona baja, como la cintura, el muslo, la rodilla o los tobillos. A simple vista es una patada muy simple y normalita, pero nada más lejos de la realidad. Una low kick bien ejecutada es una de las mayores hostias que cualquiera puede comerse. Requiere de mucho entrenamiento, y no por su técnica (es bastante simple) sino por la necesidad de resistencia a la hora de golpear para que no haya un rebote serio, así como la de ser capaz de medir la distancia, tanto antes del golpeo, como cuando lo haces, para mantenerse en una posición maniobrable de ventaja.
Para que os hagáis una idea:
Una buena low kick puede dormirte la pierna con un dolor espantoso si te da en el muslo, destrozarte la rodilla o la espinilla si te caza una tibia endurecida, y tumbarte de postre si te pilla con mal equilibrio o lleva una fuerza descomunal. A los profanos en la materia quizá os parezca una patada menos dolorosa que un recto o una patada en la boca o en el diafragma. Sin embargo los que se hayan comido alguna en alguna ocasión se van a echar las manos a la cabeza de dolor. Cualquiera que practique artes marciales la conoce, ya que es utilizada en infinidad de estilos (kung-fu, thai, tkd, karate...)
El tipo que os traigo es un maestro de la low kick. Probablemente los haya mejores, pero este hombre es una muestra representativa de este arte. ¿Dije muestra? Mejor digo TERROR
Y este de regalo
No podían faltar rusos (o sucedáneos)