#121 JAJJAJAJ VAYA OWNED QUE LE HACE A BUENAFUENTE Y A DEL OLMO JAJAJAA
Sólo hay entre nosotros una diferencia: yo jamás te invitaría a un programa mío; tú me invitas al tuyo y yo no voy."
Esto es lo que le sucede al machito alfa de Reus cuando se pasa de listo y pretende chulear a alguien que le supera en todo menos en estatura (y no por mucho). La lección está clara: a estos botarates petulantes hay que hacerles frente y plantarles cara. Básicamente porque nadie lo ha hecho y no se lo esperan. Este se pensaba que nos íbamos a callar y se iba a ir de rositas.
Y otra cosa que no por secundaria es menos importante. El que presume de ser el rey del buen rollito con su perilla y sus gafitas de intelectual orgánico, se ríe todas y cada una de las noches de los emigrantes andaluces que fueron a Cataluña o, al menos, de sus nietos. ¿Qué es sino la parodia del "Neng"? ¿Piensa este tío que somos tontos?
El "Neng" es un charnego de Casteldefells que funcionaba bien cuando el gafitas pastaba del erario público en TV3. Y lo hacía porque allí cachondearse de los charnegos es siempre bien recibido. Lo curioso es que sigue haciéndolo ahora que el programa es de emisión nacional. Nunca lo hubiese imaginado. Se ve que sus espectadores o son tontos o son progres, o ambas cosas.
Y es que los nietos de los "trabajadores invitados" de la Cataluña milenaria ya se sabe como son: feos, indocumentados, semianalfabetos y pierden la cabeza por la música progressive y los coches tuneados. Ergo, es natural que no les dejen gobernar a no ser que el charnego en cuestión lo ponga a dedo Zapatero desde Madrid. Con ese el gafitas no tiene problemas de ningún tipo, es más, se arrodilla cuando es necesario y se derrite con su presencia.
Debería algún hijo o nieto de andaluz decírselo a la cara. Decirle, por ejemplo, que se ría de su padre, o que mire su segundo apellido, que es Moreno, o que investigue un poco en su progenie y descubra que no es siquiera de Tarragona sino de Castellón, del Grao para ser más exactos. Y no sigo porque a sus padrinos catalanistas, tan obsesionados con los apellidos y la pureza de raza, puede darles un soponcio.
Y ahora lo bueno. El anti-Cope charnegofóbico trabajó en la mismísima COPE, en la sección de Deportes de la "cadena de los obispos (TM)". Por aquel entonces ya se llamaba Andreu y más que gafitas era gafotas. De ahí quizá le venga el complejo. Aquí está la prueba.
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