Es la bilis hecha thread
Por eso estás tú por aquí. Se os ve escocidos a la derechona del foro para no importaros nada... Ay como se caen las caretas hoy
#182 No, eso sería que los descendientes de las víctimas de su padre le hiciesen a ella lo mismo que su padre le hizo a sus ancestros...y no es el caso, para nada, esta señora ha tenido una vida plácida y tranquila y ha muerto tras una larga existencia. Durante esa larga vida podría haber mostrado un poco de solidaridad con las víctimas de su padre, como no lo hizo ni algo remotamente parecido, por eso tenemos aquí a bastante gente que, como mínimo, no les parece nada malo que haya pasado a mejor vida (o no, quien sabe).
Por poner un ejemplo, hijos de jerarcas nazis ha habido bastantes, la inmensa mayoría rechazó de pleno el veneno ideológico de su padre. Muchos de ellos tuvieron una vida bastante buena después de la guerra y no creo que los alemanes se alegren de la muerte cuando les llegue, probablemente incluso mueran en el anonimato, que es un auténtico descanso teniendo a un padre oficial nazi. Las diferencias entre arrepentirse y defender el legado familiar.
#163 Hombre como tú no lo sé, como yo no. Yo no he firmado en mi vida enterados de penas de muerte ni tampoco he sido ministro en una dictadura. Lo que tu hayas hecho por ahí no lo sé.
Durante la transición se creó una ley que eximía a mucha gente de la cárcel. La ley se hizo con el propósito de que muchos presos políticos salieran de la cárcel. Sin embargo, gracias a esa ley (y aquí está la trampa) también mucha gente se fue de rositas.
Otros que se están paseando por España, y que podría ser tu vecino:
Las torturas de Billy el niño.
Lidia Falcón fue torturada hasta la saciedad en el otoño de 1974. Fue golpeada, insultada y humillada. Pero no sólo en prisión. También en los medios de comunicación del régimen. El diario ABC no dudó en publicar su foto en portada y relacionarla con el atentado que ETA había cometido en la cafetería Rolando de la calle del Correo, muy cerca de la Puerta del Sol, el 13 de septiembre de 1974. Falcón no tenía nada que ver con aquella masacre. Pero para la Policía, para el régimen y para sus adeptos todo daba igual. Fue detenida en Barcelona y trasladada a Madrid tres días después del atentado. Llegó a pensar que no saldría de la cárcel. Que la matarían antes. Franco estaba a punto de morir y el odio de su Brigada Político y Social andaba suelto por todos los rincones del Estado. Tortura hoy que mañana ya no se podrá, debieron pensar.
Lo peor, obviamente, estaba por llegar. Falcón pasó nueve días en aquellas dependencias del terror franquista. "Allí tiraron a Grimau por la ventana. Han torturado hasta inutilizar. Una piensa que es posible que no lo cuente, que no salga", relata Falcón frente a la Embajada de Argentina en Madrid."Estaban rabiosos y deseosos de venganza. No hay que olvidar que acababan de morir 13 personas y había 84 heridos", prosigue Falcón.
Un médico la auscultó nada más llegar. "¿Padece usted alguna afección?", le preguntó. "Acabo de sufrir una hepatitis", respondió la mujer. Billy del Niño y Conesa ya tenían el blanco perfecto para destrozar a su víctima: "Me golpeaban en el estómago y en el hígado y me tiraban de los brazos que parecía que se salían" Así durante tres días. Sin dormir, ni comer, ni beber. Entre golpe y golpe, además, le hablaban sobre su hija: "Está en los calabozos. Quizá se eche novio".
Pasadas las 72 horas del plazo de detención, se personó en la celda donde estaba presa el juez instructor, el comandante del Juzgado Militar nº 1 de Jueces y Oficiales de Madrid, y tras un largo interrogatorio, Falcón firmó una declaración en la que no reconocía su participación en el atentado ni relación alguna con los terroristas. "Me llegó a preguntar sobre la implicación de la CIA en el atentado", rememora Falcón, que describe cómo el juez se daba golpes en el pecho mientras exclamaba: "No acepto traiciones a este uniforme".
Después el oficial se fue y la dejaron nuevamente en su celda. Y al día siguiente Billy el Niño y Conesa volvieron a por ella. La colgaron con dos pares de esposas a dos ganchos que estaban en el techo, pero las muñecas de Falcón eran demasiado pequeñas. Sus 50 kilos de peso no daban para llenar aquellas esposas. Falcón caía una y otra vez. Finalmente, la ataron con cuerdas y comenzaron a propinarle puñetazos en abdomen, estómago e hígado.
¿Recuerda alguna frase que le dijera Billy el Niño durante el interrogatorio?", le pregunta el periodista. "Sí. Claro. Hay una que no se me olvidará. Nunca. Mientras me golpeaba en el estómago me dijo: 'Ahora ya no parirás más, puta'", responde Falcón, que recuerda que tras aquellos interrogatorios ha tenido que operarse hasta cinco veces para tratar de paliar las consecuencias de aquellas torturas en hombros, estómago y matriz.
Al noveno día la trasladaron a la Prisión de Mujeres de Yeserías en Madrid. Tenía rotos los tendones supraespinosos de los dos brazos y rasgados la matriz y los músculos del abdomen. Estuvo nueve meses en aquella prisión. Hasta el 11 de junio de 1975 cuando le concedieron la libertad provisional bajo la fianza de 30.000 pesetas. A pesar de estar acusada, nunca fue juzgada. De hecho, nadie fue juzgado por aquel atentado de ETA. Ni ella, ni los otros 21 procesados.
Falcón acudió años más tarde al Archivo Histórico a buscar aquellos expedientes. El de esta estancia en prisión, la anterior y las siete detenciones. No existían. Su nombre sólo aparece en documento que recoge una conversación mantenida por dos policías. "Todo ha sido eliminado. Es parte del pacto de silencio la Transición. Todo aquello queda atrás. No hay culpables. No hay condenados. No hay investigaciones. España es un país único y el bipartidismo tiene gran parte de la culpa", sentencia Falcón.
Mientras tanto Billy el Niño (Antonio González Pacheco) era premiado durante la Transición
A partir de 1977, en pleno proceso de la Transición, pasó a ser inspector del Cuerpo Superior de Policía e integrado en la nueva Brigada Central de Información, tras la desaparición de la Brigada Político-Social. En esta época se destacó en la lucha antiterrorista contra el GRAPO, en especial por la liberación del presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol, que había estado secuestrado por aquel grupo. En julio de ese año el ministro de la Gobernación Rodolfo Martín Villa le concedió la medalla de plata al Mérito Policial.
En 1981 fue traslado a la Comisaría General de Policía Judicial, lo que se interpretó como una medida para «intentar mejorar la imagen de la Brigada Central de Información».8Poco después, en 1982 abandonó la policía y desde entonces pasó a trabajar como jefe de seguridad para varias empresas privadas, como Renault España.
El 18 de septiembre de 2013 la jueza argentina María Servini dictó orden internacional de búsqueda y captura contra él y otros cuatro antiguos miembros de las fuerzas de seguridad franquistas. La justicia argentina le reclama por un delito de torturas cometido contra trece personas entre 1971 y 1975, sobre la base de una querella realizada por antiguos opositores a la dictadura franquista. En vistas de una posible extradición, el 5 de diciembre la Audiencia Nacional le retiró el pasaporte y le ordenó presentarse cada semana en sede judicial. En abril de 2014 la Audiencia Nacional rechazó la extradición de González Pacheco, argumentando que dichos delitos de torturas están «ampliamente prescritos», en oposición al razonamiento jurídico de la magistrada Servini.
Como veis, todo bien atado.
#192 Yo abuelos, por suerte, no tengo en las cunetas. Pero tengo a media familia viviendo en México por el exilio y a otra gran parte en Francia por lo mismo. Tuvieron que huir o iban a ser ejecutados por el régimen.
#192Chewirl:En MV son más de inventarse que tienen un abuelo en la cuneta total de poder sentirse integrados en algo.
Se te ve experto en eso de inventar
#195 Pues el panfleto me dice... que... página 2... no aquí no.... página 4.... Que eres un revanchista que no pasa página después de 40 años.
Porque iba a devolver algo que es legítimamente suyo xD? La izquierda no sabe ni por donde le da el aire.
#198 No me invento nada, fueron abuelos y tios de mi padre, militantes del partido comunista. Uno huyó a Francia y el otro y su mujer a México. No veo modo de poder demostrártelo, pero vamos, que me la suda más bien poco. A Mexico he ido una vez a conocerles y ellos han venido también, a los de francia los vemos muy a menudo, incluso unos tios-abuelos vinieron a mi boda