Ante todo agradezco los mensajes y las sentidas palabras de apoyo. Sinceramente todo esto me está costando superarlo y son bienvenidas.
Por otro lado reconozco que soy "un calentón" (como decimos en mi país) y un rebelde desde los 6 años y eso es otra cosa que no he podido superar y a veces no logro aguantarme.
Así que como veo que a algunos el árbol les ha tapado el bosque, la llanura, el río, la montaña, la cordillera, el continente y también el planeta, me voy a tomar el trabajo de derribar el árbol para que se les aclare la visión, ya que parece que no sólo están obnubilados por el árbol sino que tienen la cabeza clavada en él.
Ya les dije, soy "un calenton" de aquellos y no puedo entender lo cerrado de algunas mentes.
El tema que siempre prevaleció para publicar mi "carta a Mara" ha sido el de rendirle tributo y contar nuestra historia. Aparte de los mensajes “de apoyo y consuelo” que agradeceré eternamente y me hacen falta día a día, fueron apareciendo otros aspectos que no habían pasado por mi mente.
1.- Personas desilusionadas del amor y la pareja a quienes se les abría una puerta de esperanza respecto a seguir intentando acomodar sus vidas.
2.- Personas que me manifestaban que tras la lectura de la carta se habían propuesto vivir más intensamente su pareja.
3.- Personas que hasta el momento habían descuidado el tema de que en las relaciones familiares no todo es honestidad.
4.- Personas que están pasando por lo mismo y compartimos nuestra experiencia respecto a transitar por este camino de dolor que nunca imaginamos.
5.- Personas a quienes el contenido de la carta les producía una sacudida y se les generaba un repensar de sus vidas.
6.- Personas que sus familiares están pasando situaciones de enfermedad similares a Mara y me consultan sus dudas.
Y muchas cosas más.
Esto surgió de comentarios y mensajes privados.
Y así este tributo trajo aparejado todo esto y si toda la mierd* pasada por este viejo que según algunos "se lamenta golpeandose el pecho" sirve para algo pués "vamos con la frente pa delante". Como decía mi viejo y mis cuatro abuelos gallegos.
He podido desde mi experiencia, ayudar a otros que no conozco ni nunca conoceré, y no me he preocupado en pedirles el certificado de parentesco o de amistad.
Por Dios. Abran sus mentes. Aprendan a leer entre líneas. Somos seres sociables. Si así no lo fuéramos habría un solo ser humano en el mundo o habría uno en cada continente o en cada planeta.
Ryan
P.D. Pido perdón si a alguno ofenden mis palabras, pero lo heredé de mi viejo que aparte de gallego era “muy calentón”.