#1025 Menos lloros y más asumir lo que has dicho.
En cuanto a lo del funcionariado, no me retracto ni una palabra: son una clase social diferente que oprime al resto, lo dije en el mismo hilo en el que dije que estoy preparando la oposición. Lo que no soy es gilipollas y no voy a ser de los que estén bajo la bota cuando la cosa no va a cambiar en la vida. He sido trabajador industrial y he sido autónomo, en ambas me han dado palos los que mandaban, ahora me voy con el que tiene el palo. Ojalá la cosa cambiase.
Dicho esto, para los que están diciendo que el fascismo es liberal, evidentemente cuñadeando:
“Italianos:
Éste es el programa de un movimiento italiano hecho por italianos. Es revolucionario porque es antidogmático y antidemagógico; es un programa de renovación porque se levanta contra todos los anteriores prejuicios. [...]
En lo que concierne a los problemas sociales propugnamos:
a) La inmediata aprobación de la ley que garantice y asegure la jornada de ocho horas.
b) Establecimiento de un salario mínimo.
c) Inclusión de los representantes obreros en la ejecución técnica de la producción industrial.
d) Traslado de industrias y servicios públicos a las organizaciones proletarias (aquellas que hayan adquirido la suficiente madurez moral y técnica para ello).
e) La nacionalización inmediata de los ferrocarriles y de todos los medios de transporte.
f) Modificación de las leyes sobre el seguro de vejez e invalidez. Establecimiento del límite de edad en 55 años en 1 lugar de 65. [...]
Por lo que respecta a los problemas financieros:
a) Establecimiento de un fuerte impuesto sobre el capital, de tal manera que obre como nivelador parcial de la riqueza.
b) Confiscación de todos los bienes propiedad de las órdenes religiosas [...].
c) Revisión de todos los contratos sobre el suministro de material de guerra y confiscación del 85 % de los beneficios de guerra.”
Programa político de los Fasci italianii di combattimento. Agosto de 1919.
Poco importa este texto, porque en 1921 vuelve a cambiar y seguirá haciéndolo. Ahora, lo que es seguro es una cosa, un sistema autárquico y regido internamente por recetas sociales, jamás será liberal.
Es más, el fascista puro, el de primera ola en todos los movimientos, siempre quiso organizar la sociedad la economía de una manera sindical.
Dejo este extracto del ejemplo español jonsista, que es interesante:
Ledesma inició su carrera política el 14 de marzo de 1931 con la fundación del semanario La Conquista del Estado, sobre una idea del fascista italiano Curzio Malaparte. El primer número reproducía un manifiesto político ya difundido el mes anterior en el que se postulaba un régimen panestatalista basado en la exaltación de la unidad nacional y la articulación comarcal de España, con una economía planificada desde la vertiente sindical y una «intensificación» de la cultura de masas que dejaba entrever la manipulación propagandística típica de los fascismos[346]. En el punto 17º de «los principios a los que prometemos ser fieles hasta el fin» se preveía la «exclusiva actuación revolucionaria hasta lograr en España el triunfo del nuevo Estado. Método de acción directa sobre el viejo Estado y los viejos grupos político-sociales del viejo régimen». Sin embargo, la acción directa entendida en la teoría sindicalista revolucionaria como actuación de la masa obrera contra el Estado burgués sin intermediarios, a fin de exacerbar la polarización de clases, no era el objetivo de Ledesma, quien preveía emplearla para la conquista del Estado por parte de un movimiento nacionalista revolucionario de trabajadores más cercano al fascismo inicial. El intelectual zamorano siempre se movió en la frontera nebulosa que separaba el sindicalismo revolucionario del fascismo. Mientras que odiaba a los monárquicos retrógrados como Albiñana, alababa a los anarcosindicalistas por haber sido «los primeros en desasirse del amor burgués por la libertad», y consideraba a la CNT como «la palanca subversiva más eficaz» para la conquista del poder, si lograba canalizar los valores de rebeldía de la raza hispana contra el capitalismo y el internacionalismo marxista.
Contrarrevolucionarios, González Calleja.