Katherine Stone es una chica de 21 años natural de Seattle que perdió hace dos años junto a su familia todo tras un incendio eléctrico que destruyó su hogar por completo.
La vivienda no estaba asegurada por lo que no pudieron recuperar ni el hogar ni ninguna de sus pertenencias.
Katherine decidió que para ayudar a su familia subastaría su virginidad, una idea extraída de otra chica, Natalie Dylan, que también quiso subastar su virginidad en 2015 para pagarse su carrera universitaria.
Katherine actualmente, tras viajar con su madre a Nevada para proponer a un empresario su idea, trabaja en un burdel de este empresario donde se está realizando esta peculiar subasta y además ofrece servicios de compañía (sin sexo).
Al principio, la chica solo se dedicaba a trabajar en el restaurante del local, pero pronto le empezaron a encargar masajes y ciertos trabajos en su dormitorio. Se le asignó a una especie de "hermana mayor" con la intención de iniciarla en los servicios del burdel:
"Definitivamente estoy creciendo como persona. Estoy aprendiendo experiencias valiosas de la vida, de verdad", ha relatado Stone. "Con el tiempo, he llegado a comprender cómo funciona la industria del sexo, cómo funciona el negocio de los burdeles. Se trata realmente de una experiencia. Proporcionamos a las personas la compañía que se están perdiendo en su vida... es más que solo sexo", asegura la joven.
Por el momento, la subasta de su virginidad ha recibido tres pujas. La más alta de 400.000 dólares, pero Stone asegura que esa oferta es "solo el comienzo"